El plato típico de Palencia que pocos conocen y que simboliza la esencia de la cocina castellana

Nació en Palencia, y desde allí se extendió por buena parte de Castilla y León como símbolo de una forma de cocinar sencilla pero ingeniosa. De hecho, es uno de los platos que resume la historia de una tierra austera, de posguerra y de cocina de aprovechamiento.

Se trata de las patatas a la importancia, una receta elaborada con apenas unas patatas, un poco de harina, huevos, cebolla, ajo, vino blanco y un toque de azafrán. El nombre de este plato, 'a la importancia', es lo que más llama la atención. En una época en la que la carne escaseaba, había que hacer que la patata pareciera un manjar digno de domingo.

Algunos expertos gastronómicos creen que la fórmula nació en los años cuarenta, cuando la escasez obligaba a sacar el máximo partido a los ingredientes más humildes. Otros, la sitúan incluso antes, como una evolución de antiguos guisos de patata y azafrán de la meseta castellana.

El secreto de las patatas a la importancia está en el doble proceso: primero se rebozan las rodajas de patata en harina y huevo batido y se fríen hasta que queden doradas; después se guisan lentamente en una salsa hecha con ajo, cebolla, vino blanco y un majado con perejil y azafrán.

El rebozado que protege la patata permite que se cueza por dentro sin deshacerse y que absorba el sabor de la salsa. El resultado es un plato meloso, de textura suave y con un sabor profundo, ideal para acompañar con un buen pan.

Aunque su origen se sitúa en Palencia, la receta se ha convertido también en tradición familiar en otras zonas de la Comunidad.

Las jornadas gastronómicas

En Palencia se celebran cada año las 'Jornadas Gastronómicas de la Patata a la Importancia', un evento impulsado por el Ayuntamiento y por la Diputación Provincial que reúne a cocineros y restaurantes para reinterpretar el plato con nuevas técnicas y presentaciones.

La edición de este año comienza este mismo miércoles y terminará el día 16, y lleva por título ‘Las patatas, un tesoro de nuestra tierra’. Diez establecimientos hosteleros competirán por elaborar la mejor versión de este plato emblemático de la gastronomía palentina.

Según destacó recientemente la concejal de Impulso Económico, Judith Castro, estas jornadas refuerzan la identidad palentina a través de la cocina y cuentan con el respaldo del sello de calidad gastronómica. «Es un incentivo para atraer turismo y dejar un buen sabor de boca en los visitantes», afirmó. Además, señaló que los ganadores de la edición anterior experimentaron un impacto positivo en sus negocios, lo que justifica la continuidad del evento.