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25 de abril de 2024

Ilustración historia de España

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Cataluña «perdió» la Guerra Civil: un informe recoge el «adoctrinamiento político» de los libros de Historia en la comunidad

El sindicato de profesores Ames denuncia que la educación se usa como «un caladero de votos»

Lluís Companys no protagonizó un intento de golpe de Estado, sino que «proclamó el Estado catalán dentro de la República Federal española de manera unilateral», o protagonizó de forma genérica «els Fets d'octubre de 1934» (los hechos de octubre de 1934). Son algunos de los ejemplos que recoge el estudio elaborado por el sindicato de profesores AMES sobre libros de Historia de segundo de Bachillerato en Cataluña, y que son un compendio de «adoctrinamiento político», en palabras del coordinador del informe Antonio Jimeno. Hasta seis profesores de historia han analizado los cinco libros de Historia más utilizados en Cataluña en esta etapa educativa; tres de otras comunidades autónomas, y para comparar otra autonomía bilingüe, se ha escogido en concreto un libro de las Islas Baleares.
Y la conclusión, según Jimeno, es que «hay un intento oculto de conseguir que los alumnos sean aleccionados en unas ideas políticas concretas» y se corre el peligro, añade, «de convertir la enseñanza en una cantera de futuros votantes». De hecho, este informe sobre libros de Historia en Bachillerato completa otros informes elaborados por el sindicato en años anteriores, en relación a manuales usados en la educación Primaria y Secundaria en Cataluña, y también reflejan la misma idea: hay adoctrinamiento, la educación «es una correa de transmisión» del gobierno nacionalista.
Libros que explican que «Cataluña perdió la guerra», cuando se refiere a la Guerra Civil española; una Cataluña que también fue «vencida políticamente el 11 de septiembre de 1714», dando a entender de que «estaba en guerra con el resto de España cuando no fue así. La Guerra de Sucesión terminó con la derrota del bando austracista y la victoria del bando de Felipe V. No es la derrota de todo un territorio, eso es una falsedad; sino de un bando en una guerra en toda España. Se pretende hacer creer al alumno que toda Cataluña estaba en contra de Felipe V, cuando no fue así», apuntan los autores del informe.
Unos libros plagados de «lenguaje nacionalista» con el objetivo «de marcar una diferencia conceptual e histórica en los episodios de la historia de Cataluña». Así, por ejemplo, se habla de «Guerra del Francés», en lugar de referirse a la «Guerra de la Independencia». Y no sólo eso, estos libros, refiriéndose a la cultura, a los llamados Jocs Florals, dicen que sirvieron para «dinamizar y prestigiar el uso del catalán como lengua propia y símbolo de la patria, principal seña de identidad del país y de su historia».
A menudo también se presenta una «España vinculada al atraso, el antiguo régimen y la economía agraria» frente a una Cataluña «moderna e industrializada». En algunos de los libros estudiados, al hablar de demografía se hace una comparativa entre España y Cataluña «como si fueran dos entidades completamente diferentes»; y no hay que perder de vista que la palabra «represión» es «frecuentemente utilizada, pero siempre para políticas conservadoras y contrarias al nacionalismo». Así, por ejemplo, en relación al período 1898-1931 se dice: «El Govern de Madrid va iniciar a partir d'aquest moment una forta repressió contra el catalanisme». (El Gobierno de Madrid inició, a partir de este momento, una fuerte represión contra el catalanismo).
En definitiva, los autores del informe dicen que en los libros estudiados se ha detectado «un falseamiento de la historia, o se explican según qué hechos, y en cambio, se incorporan otros que no están comprobados, según decía Berta Romero, profesora de Historia y de Geografía. ¿Un ejemplo? En el apartado referido al fusilamiento de Companys, no se explican los motivos y simplemente se dice que «después de un consejo de guerra sumarísimo fue cínicamente condenado a muerte por rebelión militar y ejecutado», y además se añade parte del mito de su muerte, de que en el último momento se «quitó los zapatos para morir pisando tierra catalana».
En algunos libros las unidades constan de dos partes: una dedicada a España y otra a Cataluña. La de España, según la profesora Berta Romero, es «muy breve y genérica», mientras que en el otro caso tiene un «contenido denso y pormenorizado». Otra cuestión a tener en cuenta que la Historia de España, en Cataluña, sólo es «Historia» y empieza en el siglo XIX. Sólo por eso dicen desde el sindicato Ames, ya «debería haber intervenido el Ministerio». Una historia, eso sí, que recoge hasta hechos de la actualidad aunque, en palabras de la profesora de la Universidad Juan Carlos I, Vera Cruz Miranda, «hablar del referéndum, de manifestaciones, no es historia. Ahí hay mucho ejemplo de estos acontecimientos de ayer y anteayer, que se utiliza como algo histórico, cuando no lo es. La historia se debe reposar». Libros que apenas hacen referencia a la Constitución y a la Monarquía, aunque también en este aspecto las connotaciones son negativas.
Por todo ello, desde el sindicato piden que al final de Bachillerato el Ministerio haga una prueba común en todas las comunidades autónomas y que los contenidos de los libros de texto sean autorizados previamente también por el gobierno central.
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