
Esquela de Junts que circula por redes sociales tras su pacto con el PSOE
Cataluña
El pacto entre Junts y PSOE irrita al independentismo más radical, que ya considera a Puigdemont 'botifler'
ERC mantiene el perfil bajo sobre el pacto de Junts, pero se alegra de que se «sumen» a la vía del diálogo
En mayo de 2022 corría por las redes sociales el hashtag #aneualamerda (iros a la mierda). Entonces, se acababa de conocer el caso Pegasus, de presunto espionaje a líderes de partidos políticos y de entidades independentistas. Y el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se sumaba a este lema y añadía: «nunca podemos sentarnos en ninguna mesa con esta gente hasta que tengamos que decidir los términos de la separación. Idos a la mierda todos los que han violado nuestras vidas y las de nuestras familias. Miserables quienes lo hacen y quienes lo justifican».
Pues bien, un año y medio después se ha sentado en la mesa con ellos y ha pactado con ellos, con el PSOE, lo que se traducirá en que el primer secretario de los socialistas, Pedro Sánchez, será investido presidente del Gobierno. Un cambio de postura y una decisión que no acaba de entender el independentismo radical, que, ahora, le devuelve el hashtag a Puigdemont.
El mismo independentismo, que ha ido calificando de «botifler» (traidor), a dirigentes del Partido Popular, también del PSC, como a Miquel Iceta o a Salvador Illa, o al cantante Joan Manuel Serrat, ahora también considera que el expresidente de la Generalitat se puede unir a este club, por haberlos traicionado. La independencia, aseguran, no está ni mucho menos más cerca y le acusan de haber buscado una salida personal.
Y dentro de este independentismo radical se puede incluir algunos militantes de Junts que han decidido darse de baja de la formación. Cuestionan que no se haya consultado a las bases antes de anunciar a bombo y platillo el acuerdo. Eso se hará el fin de semana con una consulta que será telemática. También este viernes se reunirá el Consejo Nacional de Junts.El «traidor» de Puigdemont
No hay más que echar un vistazo por las redes sociales para comprobar el cabreo tremendo que tienen los independentistas más radicales. Le llaman «mentiroso y manipulador», «españolito de mierda»; otros aseguran que ya no le van a considerar como el President legítimo; también de traidor o de haber cavado su propia tumba. De hecho, una de las fotografías que más se ha extendido, es un montaje, una esquela sobre la «defunción» de Junts per Catalunya.

Esquela de Junts que circula por redes sociales tras su pacto con el PSOE
De hecho, este independentismo le pedía que no se concretara ningún pacto, y a los partidos separatistas en general, que no aceptaran la amnistía, que no se buscaran «soluciones personales» porque eso supondría «claudicar». Así lo ha hecho saber el Colectivo 1 de octubre, más próximo a ERC, pero también la ANC, más próxima a Junts, y que ha registrado en el Parlament una petición en la que se pide a la cámara que rechaza estos pactos de investidura con el PSOE.
La presidente de la entidad, Dolors Feliu, considera que son una forma de «españolización de Cataluña» y reclama que lo que debe tener Cataluña es un «estado propio» para acabar con la represión. «Es la única vía», ha dejado claro. Por este motivo, en el texto se pide que se impulse un pacto por la independencia y que se active nuevamente la declaración unilateral de independencia de 2017.
No hay que perder de vista en este contexto, que está previsto que en 2025 se celebren elecciones en Cataluña. Y la ANC está trabajando en una lista cívica que pueda representar al «independentismo huérfano», aquel que apuesta por dejar definitivamente la visión «autonomista» y avanzar claramente hacia la independencia. También algunos independentistas más radicales ven con buenos ojos a la formación Aliança Catalana, que tiene como cara visible a la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols. Se trata de un partido claramente independentista (defiende una declaración unilateral de independencia) que promete tolerancia cero con la inseguridad ciudadana, el islamismo radical y el terrorismo.
ERC se alegra que Junts se sume a la vía del pacto
Y con esas elecciones en el horizonte, los próximos meses pueden ser una especie de «juegos del hambre» entre Junts y ERC, que siguen mostrando sus diferencias. Oficialmente, los republicanos han mantenido un tono suave a la hora de valorar el acuerdo alcanzado entre los de Puigdemont y el PSOE. La portavoz de ERC, Raquel Sans, decía que es «una buena oportunidad para sincronizar y coordinar» las estrategias de ambos partidos. Pero eso sí, posteriormente celebraba que Junts se «sume» a la vía de la negociación porque ésta es la forma de «hacer avanzar» y de que «gane el país».
En definitiva, Sans sacaba pecho porque Junts estaba siguiendo la misma estrategia de Esquerra, la del diálogo y el acuerdo, y que tanto había denostado el partido de Carles Puigdemont. En esta idea abundaba el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès: «celebro que la amnistía pueda salir adelante, que se abra una nueva etapa en la que nos centraremos en la resolución del conflicto político y en que coincidamos en la vía de la negociación para conseguir estos objetivos».
Han sido referencias sutiles con las que los republicanos han querido reivindicarse. Sí ha sido mucho más claro el exdiputado de ERC Joan Tardà. Ha interpelado directamente tanto a Carles Puigdemont como a Junts y en tono irónico, les ha dicho: «vosotros sí que sabéis y no como los botiflers de ERC». En definitiva, para el republicano lo conseguido por Junts resultan migajas, frente al acuerdo alcanzado con ERC. Al menos, si atendemos al número de páginas, 14 vs. 4.
Y luego está a la CUP, que considera que el acuerdo aleja a Junts «de las posiciones independentistas» porque deja fuera la autodeterminación. Consideran los antisistema que sea «inconcreto» y «volátil» y que se haga dejado al Parlament «al margen» de estas negociaciones, lo que, a su juicio, ha vaciado a la cámara catalana de soberanía. Los cuperos auguran que Cataluña se encuentra en «un final de ciclo político», teniendo en cuenta que tanto Junts como ERC han traicionado sus ideas y su objetivos.