
Adolf Hitler en una gira propagandística en 1923
Historia de Cataluña
La entrevista ‘fake’ a Hitler de dos corresponsales catalanes que advirtió sobre el Holocausto 15 años antes
Tanto Josep Pla como Eugeni Xammar publicaron artículos sobre una supuesta entrevista con Adolf Hitler
A finales de noviembre de 1923, los periodistas Josep Pla y Eugeni Xammar publicaban dos artículos sobre una entrevista que les había concedido Adolf Hitler. Ahora bien: ¿existió realmente dicha entrevista? Todo parece indicar que no fue así.
En aquel momento, Pla y Xammar eran corresponsales de La Publicitat y La Veu de Catalunya. El 8 de noviembre de 1923, ambos estaban en Múnich, cuando tuvo lugar el putsch de Hitler en la cervecería Bürgerbräukeller. La imaginación de ambos hizo creer a sus lectores que habían estando con Hitler en su despacho del diario nazi Völkischer Beobachter.
Fake o no el artículo, lo importante es lo que escribieron: tanto Xammar como Pla plasman en sus artículos lo que sucederá. Ambos explican la persecución contra los judíos y la xenofobia de Hitler. Esa es la clave de ambos escritos. Eso era lo que se vivía en la Alemania de 1923 y ambos lo reflejan en sus artículos.
Dicho de otra manera, reflejan el odio y la xenofobia contra todo aquellos que tuviera que ver con los judíos y los extranjeros, menos los españoles, como dice Hitler. Ambos advierten sobre lo que ocurrirá. Y, como ocurre muchas veces, nadie les hizo caso.
Cosas de Baviera
El 28 de noviembre de 1923, en La Publicitat, Pla publicaba el artículo, titulado «Cosas de Baviera: Hitler (monólogo)». Entre otras cosas, escribía esto en boca de Hitler:
Sobre todo, tenemos que resolver de una forma general, con una explosión en los cuatro puntos del Imperio, el problema judío. Este problema lo resolveremos con la expulsión en masa. Tenemos un precedente en lo que hizo España con los judíos. Nosotros, sin embargo, corregiremos la solución española. No les dejaremos a los judíos la opción de la conversión o la expulsión, como hizo España. No. Estamos a favor de la expulsión pura y simple. Para España, el problema judío era un problema religioso: para nosotros es un problema de raza.
El marxismo es la negación de nuestro espíritu, que es antes que nada nacionalista y patriota. Nosotros somos socialistas, todos los problemas de la clase obrera nos interesan, porque son problemas germánicos, pero no creemos que estos problemas puedan tener otra solución que la antimarxista, esto es, que el nacionalismo. Nuestro partido se llama nacionalsocialista, nombre que se ajusta perfectamente a nuestra situación.
[…] Rusia está hoy gobernada por elementos marxistas. El papel de Alemania será expulsar del Gobierno del gran país del Este estos elementos, y hacer que en Rusia los elementos halógenos sean dominados por los elementos puros. Entonces habrá llegado la hora de hacer marchar paralelamente, hacia el grandioso porvenir que tienen abierto delante, al pueblo alemán y al pueblo ruso.
Por su parte, en «Adolf Hitler o la ximpleria desencadenada», publicado en La Veu de Catalunya el 24 de noviembre de 1924, Xammar describe a Hitler como un «ximplet» («tonto») afirmando que era «un tonto monumental». En el artículo transcribe parte de la conversación, seguramente ficticia, mantenida con él:
— Los españoles en Baviera tienen sus puertas abiertas. Son los únicos extranjeros que pueden decirlo. Para otros extranjeros tenemos muy pocas simpatías. No los necesitamos no los queremos y en Múnich -gracias a Dios- se puede decir que ya no quedan. La mayor parte de los extranjeros que van por el mundo son judíos, ¿comprende? No hace falta fiarse italianos, ingleses, rumanos, holandeses, cada uno con su pasaporte. ¡Permítame que me ría! Todos judíos. Hace unos meses, pasearse por la calle de Múnich, con cara de extranjero era peligroso, se lo confieso. La juventud estaba muy excitada y los palos eran frecuentes. Usted mismo, con su nariz, no habría escapado. De todas formas, declarando que era español después del primer trompazo, nadie le habría dado la segunda…
Y continúa con el tema judío...
— La cuestión judía es un cáncer que roe el organismo nacional germánico. Un cáncer político y social. Afortunadamente, los cánceres políticos y sociales no son una enfermedad incurable. Tenemos la extirpación. Si queremos que Alemania viva, debemos eliminar a los judíos…
— ¿A garrotazos?
— Ojalá, si no hubiera tantos. El pogromo es una gran cosa, pero hoy por hoy ha perdido buena parte de su eficacia medieval. A la Edad Media no había problemas nacionales judíos. No había sino una serie de problemas locales o municipales, y el pogromo era un método adecuado y suficiente para resolverlo. Pero ahora las cosas han cambiado. ¿Qué ganaríamos con apalear la población judía de Múnich si en el resto de Alemania los judíos continuaran siendo, como ahora, los dueños del dinero y de la política? En toda Alemania hay más de un millón de judíos. ¿Qué quiere hacer? ¿Los quiere matar a todos en una noche? Sería la gran solución, evidentemente, y si eso pudiera ocurrir la salvación de Alemania estaría asegurada. Pero no es posible. Lo he estudiado de todas maneras y no es posible. El mundo se nos echaría encima, en lugar de darnos las gracias, que es lo que debería hacer. El mundo no ha comprendido la importancia de la cuestión judía por la sencilla razón que el mundo está dominado por los judíos. ¿Lo va viendo claro, ahora? La cuestión judía es una cadena. Alemania, si no quiere morir, ha de romper esta cadena. ¿Cómo? ¿De qué manera? Ya hemos visto que el pogromo no era posible. No queda sino la expulsión: la expulsión en masa. Con la expulsión de los judíos hace más de cuatro siglos, España…
Sigue explicando que para resolver el problema judío se les tiene que expulsar. También dice que el principal defensor de los judíos en Baviera es el cardenal Faulhaber, arzobispo de Múnich. También que el Vaticano es el centro de intrigas internacionales contra el alumbramiento de la raza germánica.
El cardenal Michael von Faulhaber (1869-1952) fue un opositor político del gobierno nazi, y consideraba a la ideología nazi como incompatible con el cristianismo. Ahora bien, si nos ceñimos al contenido de los dos artículos, ambos vaticinan el futuro. Con lo cual, ¿importa si fue o no una entrevista fake? Lo importante es que ambos escribieron sobre lo que después hemos conocido como Shoah.