Enfermeras en un hospital de Cataluña
Cataluña
Los nacionalistas exigen a Illa que obligue a los médicos extranjeros a aprender catalán en horario de trabajo
La petición viene de los propios profesionales sanitarios representados en la asociación Salud para el Catalán
Se llama Josep Lluís Mont. Es cardiólogo y, además, es presidente la asociación Médicos por el Catalán – Salud para el Catalán. Este doctor ha dejado claro que garantizar el derecho de los pacientes a ser atendidos en catalán solo será posible si se hace obligatorio el aprendizaje de la lengua para todos los profesionales sanitarios.
Mont ha lanzado este mensaje durante una jornada sobre la salud del catalán en la sanidad, que se ha celebrado esta semana en el Colegio de Médicos de Barcelona. Allí alertó de que el idioma «vive una situación de regresión grave» y que la falta de políticas claras puede estar afectando al atractivo del sistema sanitario catalán.
De hecho, ha recordado que el 56 % de los nuevos colegiados que llegan a Barcelona son extracomunitarios, principalmente de América Latina, y que actualmente no se les exige acreditar ningún nivel de catalán. «Como mucho, se les ofrece un curso introductorio que no es obligatorio, y muchos no lo terminan», ha lamentado. Por este motivo, defiende que el aprendizaje del catalán debe ser obligatorio y contar con recursos, formación y tiempo dentro del horario laboral.
Según Mont, esta carencia no es solo una cuestión de derechos lingüísticos, sino también un factor que puede afectar a la calidad asistencial y a la relación médico-paciente. «Si estás en tu país y no puedes hablar tu lengua, eso ya te pone nervioso», asegura, por lo que deja claro que la comunicación efectiva influye directamente en los resultados clínicos.
En esa charla estuvo presente el consejero de Política Lingüística, Xavier Vila. Y Mont aprovechó la ocasión para reconocer que el Govern ha dado «pasos adelante» con la aprobación del Plan Nacional por la Lengua, pero también para criticar la «dejadez» de los últimos años de la administración, porque ha hecho la «vista gorda». En este sentido, ha pedido «objetivos claros, concreción y medios para ejecutarlos».
Los MIR ya no eligen Cataluña
Mont se quejaba de que más de la mitad de los nuevos colegiados son extracomunitarios. Y a eso hay que añadir un informe reciente del Departamento de Economía de la Empresa de la Universidad Carlos III de Madrid, elaborado por los investigadores David Martínez-Miera y Carlos Sunyer, que concluye que los médicos con mejores resultados en el MIR eligen cada vez menos Cataluña para realizar su residencia.
El estudio, titulado Polarización política y asignación de capital humano, analiza los datos del MIR entre 2012 y 2024 y señala que, desde 2017, Cataluña ha perdido atractivo para los residentes más cualificados, mientras que la proporción de facultativos con notas más bajas que optan por esta comunidad ha aumentado un 20 %.
Según los autores, esta tendencia se explica por factores políticos, institucionales y también por la percepción de barreras lingüísticas o falta de oportunidades de integración. Y, este talento prefiere ir a otras comunidades autónomas. Una de las más beneficiadas es Valencia.
Planes de acogida
Pero a los profesionales sanitarios que forman parte de esta entidad no parece importarles las conclusiones de este estudio. Mont propone un plan de acogida integral para los nuevos profesionales sanitarios, que incluya formación lingüística dentro del horario laboral. Y pone como ejemplo el proyecto piloto de Salud para el Catalán en el Hospital Clínico de Barcelona, con actividades culturales, talleres de cocina en catalán y cursos adaptados a los nuevos residentes. «La respuesta ha sido muy positiva», ha destacado.
También ha reclamado una mayor coordinación entre los departamentos de Salud, Política Lingüística y Universidades, ya que la falta de competencia lingüística afecta tanto a la atención directa como a la investigación biomédica.
Mont ha planteado la creación de una mesa de seguimiento con sindicatos, colegios profesionales y la Administración para evaluar el cumplimiento de los compromisos lingüísticos y definir objetivos medibles. Asimismo, ha pedido que se implique a la sociedad civil, con entidades como Òmnium Cultural o Plataforma per la Llengua, y ha animado a los propios profesionales a ser «parte activa del cambio». Entidades estas, por cierto, que animan a denunciar y a señalar a profesionales que hablen en español.
Pero Mont también cree que los médicos deben cambiar su actitud: «queremos que los sanitarios también ejerzan presión desde dentro, porque a menudo somos nosotros mismos los primeros en cambiar de lengua en una sesión».