Francesc Macià proclamando la república, el 14 de abril de 1931

Francesc Macià proclamando la república, el 14 de abril de 1931Wikimedia

El líder independentista que quiso invadir Cataluña y fue encarcelado en la misma prisión que Sarkozy

La prisión parisina que albergó al presidente catalán tras su fallido complot de 1926 ahora encierra al expresidente francés condenado por financiación libia

Nicolas Sarkozy acaba de convertirse en el primer expresidente francés en entrar en prisión. «No es un expresidente de la República quien está encarcelado, sino un hombre inocente», declaró al iniciar su condena de cinco años por asociación ilícita relacionada con financiación libia. Su destino: La Santé, la célebre cárcel parisina que hace casi un siglo albergó a otro presidente, aunque de muy distinto perfil.

En 1926, Francesc Macià fue encerrado entre los mismos muros tras liderar un episodio tan temerario como fallido: un intento de invasión armada de Cataluña desde Francia. El fundador de Estat Català había organizado desde su exilio en Bois-Colombes, cerca de París, una acción militar para proclamar una República Catalana dentro de una federación ibérica. El 2 de noviembre de ese año, con ayuda de exiliados catalanes y mercenarios italianos, lanzó su ofensiva desde Prats de Molló.

El resultado fue un desastre militar, pero un triunfo propagandístico. La gendarmería francesa detuvo a Macià junto a Ventura Gassol, Carner-Ribalta, Bordas de la Cuesta, Martí Vilanova, Jaume Miravitlles y otros conspiradores. Primero fueron recluidos en Perpiñán, pero pronto Macià fue trasladado a La Santé, donde el proceso judicial captó la atención de la prensa internacional.

La condena fue relativamente benévola: dos meses de prisión por tenencia de armas y expulsión de Francia. Macià se refugió entonces en Bruselas, acogido por Jaume Mir, un catalán de Martorell condecorado en la Primera Guerra Mundial por su labor como espía. Allí viviría tres exilios entre 1927 y febrero de 1931, antes de regresar triunfalmente para proclamar la República Catalana en abril de ese mismo año.

Hoy, mientras Sarkozy cumple su condena —su abogado estima que estará entre rejas un mínimo de tres semanas o un mes—, La Santé mantiene su condición de prisión para casos de alto perfil. Entre sus muros, la historia política francesa y la catalana se cruzan con casi un siglo de distancia: un presidente condenado por conspirar contra el Estado, otro por corromperse dentro de él.

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