El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, en una imagen de archivo
Política
Se cumplen diez años desde que Rufián aseguró que solo estaría «18 meses» en el Congreso
El portavoz de ERC en Madrid sigue ganando popularidad y se establece como 'verso suelto' republicano
El próximo viernes 12 de diciembre se cumplirán diez años desde que Gabriel Rufián pronunció la frase que le ha acompañado desde entonces, como un zumbido molesto que se intensifica cada vez que un rival político se la recuerda. Fue en una entrevista en el diario Público, durante la campaña electoral para las elecciones generales de aquel año, en pleno procés independentista.
Fue en este contexto cuando Rufián, cabeza de lista de ERC a los comicios, dijo: «En 18 meses dejaré mi escaño para regresar a la República Catalana». La república no se materializó, terminó el plazo y Rufián mantuvo su escaño en el Congreso… y así ha sido durante la última década.
El aniversario de aquel preludio a su entrada en el Congreso llega en un momento en el que Rufián se ha situado en una posición compleja. Por un lado, se ha adaptado perfectamente al ambiente madrileño, hasta el punto de que en buena parte del independentismo se cuestiona su adherencia a la causa. «Es el mejor diputado del PSOE», aseguraba Xavier Martínez-Gil, el portavoz de la corriente interna de ERC Primer d’Octubre.
Nacido en Santa Coloma de Gramenet, hijo de andaluces emigrados a Cataluña y cowboy de tuit ligero, en su momento fue el rostro de la estrategia de ERC para «ensanchar la base» del independentismo. Al contrario que sus aliados-enemigos de Junts, Rufián no tiene problemas en usar el español, y a menudo se le ve más suelto en la lengua de Cervantes que en la de Pompeu Fabra.
Su imagen de personaje mediático, labrada a conciencia en los platós más selectos –fue invitado a La Revuelta y entrevistado por Jordi Évole, pero también le divierte protagonizar intercambios con Vito Quiles que favorecen a ambos– le ha llevado a ensombrecer al resto de su grupo parlamentario. Internamente enfrenta críticas duras, pero en el último congreso de ERC eligió el bando ganador, el de Oriol Junqueras, que mantuvo la presidencia del partido por la mínima.
Verso suelto
Con todo, de un tiempo a esta parte se ha convertido en un verso suelto, especialmente por su defensa de una lista de izquierdas «plurinacional» –es decir, que agrupase a los homólogos de ERC en Galicia, Valencia o el País Vasco– para hacer frente al previsible auge de Vox y PP. Un sondeo de GESOP para Prensa Ibérica señalaba que el 60% del electorado de izquierdas acogería esta opción.
Oriol Junqueras y Gabriel Rufián, en una imagen de archivo
Su popularidad, de hecho, va en aumento, según los sondeos. En el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat de Cataluña, Rufián aparecía como uno de los cinco líderes políticos preferidos por los catalanes para convertirse en presidente de la Generalitat: el ránking incluía a Salvador Illa (21% de apoyos), Carles Puigdemont (8%), Sílvia Orriols (8%), Junqueras (7%) y Rufián (4%).
Fuentes del CEO recogidas por The Objective confirman que la valoración de Rufián ha ido en aumento durante este 2025: en la primera ola del barómetro obtuvo un 1,3%; en la segunda, un 2,4%, y en esta tercera ya ha llegado al 4%. «Por este motivo en este barómetro de noviembre ha salido en el gráfico, porque el porcentaje se considera suficientemente relevante», señalan.
Rufián nunca ha sido candidato a la Generalitat, pero hay un porcentaje no menor de catalanes que le tiene en cuenta. Además, el CIS de noviembre incluía a Rufián en quinto lugar como favorito a la presidencia del Gobierno, tras Pedro Sánchez, Santiago Abascal, Alberto Núñez Feijóo y Yolanda Díaz. A la vista de estos movimientos, si la inhabilitación de Junqueras se mantiene, no sería extraño que Rufián vuelva a estar sobre la mesa en próximos comicios.