Mercè Villar Rueda: «La misión de estos cuentos es que los niños aprendan a amar a Jesús»

La autora de Cinco cuentos de Navidad presenta un pequeño libro pensado para que los más pequeños —y también los mayores— redescubran el nacimiento de Jesús en familia, a través de historias breves, sencillas y profundamente creyentes. No se considera escritora profesional, pero ha volcado en estas páginas su vida de madre de siete hijos, abuela y mujer de fe, convencida de que la Navidad sigue siendo una ocasión privilegiada para hablar de Dios a los niños.

- ¿Cómo nació la idea de crear este libro de cuentos de Navidad?

- Durante la pandemia empecé a escribir cada año un cuento de Navidad; me puse el reto de hacer uno nuevo cada año y llegué a tener siete cuentos. Los grababa con un poco de música, en castellano y en catalán, y los enviaba para felicitar la Navidad a amigos y familia, hasta que decidimos recoger cinco de ellos, prepararlos bien y llevarlos a la editorial para publicarlos en este libro.

- ¿Qué extensión tienen los relatos?

- Son cuentos cortos; el libro en sí es pequeño y ninguno es muy largo. El más extenso es El pastorcito perdido, mientras que el primero que escribí es el más breve.

- ¿Hay un hilo conductor entre las distintas historias?

- Sí, el tema central es siempre la Navidad y Jesús. En unos relatos aparecen animalitos que hablan entre ellos, en otros una estrellita, un pastorcillo que se pierde, ángeles que cantan en el cielo o los Reyes Magos, pero todo conduce al nacimiento de Jesús.

- ¿Cuál diría que es la misión del libro?

- La misión es transmitir la Navidad a niños pequeños y también a los mayores. Cuando yo contaba estos cuentos los interpretaba, ponía voces distintas al buey, a la mula… para que los niños vivieran la historia y llegaran a conocer, querer y adorar a Jesús, que es siempre el centro.

- Cada cuento, ¿qué idea principal propone?

- Cada historia tiene un mensaje de fondo. Por ejemplo, uno habla de la sonrisa del Niño Jesús; otro, de una estrellita muy pequeña que duda de poder cumplir la misión que Dios le confía, pero al final se fía y deja que Dios haga el resto.

- ¿Qué reflexión o sentimiento le gustaría que quedara en el lector después de leerlos?

- Al final de cada cuento hay una pequeña reflexión y me gustaría que el lector se quedara con esa idea concreta. Aunque están escritos pensando en niños —con ilustraciones y un lenguaje sencillo— también son para adultos, porque todos podemos aprender algo de estas historias.

- ¿Desde qué edad recomendaría el libro?

- Se pueden contar estos cuentos a partir de los tres años, y servir hasta los noventa, como suelo decir. Son relatos breves que ayudan a vivir la Navidad y a transmitir una idea sencilla en cada historia.

- ¿Qué papel tiene su fe personal en este proyecto?

- La fe, para mí, es lo más importante y eso se refleja en los cuentos, porque en cada historieta se habla de ella de una u otra manera. Mi reto es que, a través de estas páginas, la gente llegue a conocer y amar a Jesús, que es quien puede darnos la paz.

- ¿Cree que hoy se está perdiendo la fe, especialmente entre los niños?

- Sí, creo que se está perdiendo; hay familias cristianas firmes, pero son pocas. Muchos niños saben muy poco, incluso en las clases de religión se explica poca cosa, y es una lástima que ni siquiera conozcan la historia de Jesús.

- ¿Cómo pueden ayudar estos cuentos a transmitir ese conocimiento?

- El libro pretende precisamente acercar esa enseñanza de forma más dinámica y didáctica. Quien cuenta el cuento —un padre, un abuelo— puede ampliar lo que está escrito y hablar, por ejemplo, de la obediencia del pastorcito que se pierde por no hacer caso a su padre, o de que cada uno tiene sus talentos, como la estrellita pequeña.

- ¿Cuál ha sido su mayor reto al escribir el libro?

- No tanto escribir de forma perfecta, porque yo no tengo facilidad para escribir, sino lograr que en cada cuento quede clara la idea que quiero transmitir. Me costó montar los relatos por escrito, pero al final han salido y estoy contenta con el resultado.

- ¿Cómo le gustaría que se la presentara: como escritora o de otro modo?

- Yo no me considero escritora; he cantado, he pintado, estoy en un coro góspel y soy una persona creativa que a veces inventa letras de canciones. Sobre todo soy madre y abuela, y ahora, de forma muy sencilla, he plasmado unas ideas por escrito.

- ¿A qué se dedica en su día a día?

- Ahora ya soy mayor y he dejado muchas cosas que hacía antes, como la pintura —llegué a hacer alguna exposición—. Soy madre de siete hijos y abuela, doy alguna charla y hago algo de formación, pero la escritura es lo que menos hago; estos meses me he dedicado más a ella por la preparación del libro.

- ¿Dónde se puede comprar su libro y a qué precio?

- De momento se puede encontrar en la librería Paulinas y también a través de Amazon. El precio es de 12,95 euros, tanto en la librería como en las demás opciones de compra.