Joan Tardà y Gabriel Rufián, en una imagen de archivo
Política
Joan Tardà propone un ‘Frankenstein de izquierdas’ al estilo de Rufián e «intentará convencer» a Junqueras
«Hay que construir frentes populares», asegura el exdirigente republicano
El exportavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, se ha subido al carro de la propuesta que su protegido y sucesor en el cargo, Gabriel Rufián, lleva un tiempo articulando: conseguir una confluencia de todos los partidos de izquierdas en las próximas elecciones generales para ejercer como contrapeso a la previsible victoria de la derecha. Tardà, no obstante, no lo plantea a nivel de toda España, sino en clave catalana.
Su propuesta, según ha detallado este martes en una entrevista en la SER, es que ERc se presente en coalición con «todas las izquierdas a la izquierda del PSC» en las próximas elecciones generales y autonómicas. Esto es, agrupar en una única papeleta a los republicanos, los Comunes –la marca local de Sumar– y la CUP, así como a Podemos, en caso de que se pusieran a tiro.
«No tiene ningún sentido que un ciudadano que vota a la CUP en Cataluña, uno que vota Comunes, uno que vota ERC o uno que vota Comunistes hoy tengan que optar por listas distintas», ha asegurado Tardà, que ha adelantado en la entrevista que presionará para abrir el debate en el seno del partido este 2026.
«Frentes populares»
«Hay que construir frentes populares, nosotros intentaremos convencer a la dirección de ERC y las bases de ERC», ha dicho. Cabe recordar que Oriol Junqueras y el resto de la cúpula de los republicanos ya rechazaron esta idea para unos comicios que no sean los europeos cuando la propuso Rufián.
Tardà, no obstante, lo tiene claro: «Todos deberíamos ir en una misma candidatura, porque además, sería el preámbulo de aquello que deberíamos hacer al año siguiente, en el 2028, cuando finalice la legislatura catalana, es decir, en las elecciones catalanas del 2028, repetir la experiencia», ha defendido.
El exdirigente republicano ha asegurado que le consta que este debate «ya está ocurriendo» en la CUP y en los Comunes. Según Tardà, la única «objeción» es la «comodidad» de las direcciones de los partidos.
