
El jesuita Josep Buades presenta el informe sobre los CIE con José Javier Ordóñez, abogado de la fundación Migra Studium; Cielo Faro, voluntaria de visitas al CIE de la Zona franca y Maria de Carmen de la Fuente, directora de Migra Studium.
Sociedad
El CIE de Barcelona, el que más personas acogió en España este 2023
El Servicio Jesuita a Migrantes y las entidades que visitan los CIE indican que muchas personas tenían perfiles muy complejos, en situaciones de mucha vulnerabilidad y con arraigo
El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona franca es el que más personas tuvo en 2023, 589 de las 2.085 en el conjunto de los siete recintos del estado español.
Prácticamente todas las mujeres internas estuvieron en este CIE, 62 de las 64 (dos en el de Madrid los pocos días que estuvo activo por obras). Una de ellas había sido víctima de tráfico de seres humanos. Son datos del informe del Servicio Jesuita a Migrantes en colaboración con Migra Studium y otras entidades. De las 561 personas que salieron del CIE de la Zona franca el año pasado, 322 fueron puestas en libertad (57%) y 218 expulsadas o devueltas (39%). «El internamiento es una medida ineficaz y de mucho sufrimiento», ha advertido Josep Buades, primer autor del informe.
El informe, titulado «Internamente muteado’» para hacer hincapié en la opacidad política y el silencio social que rodea los CIE, recoge que en 2023 estuvieron activos los centros de Algeciras, Barcelona, Las Palmas, Murcia y València; el de Madrid durante unos pocos días de enero y la segunda quincena de diciembre después de los trabajos de reforma y el de Tenerife estuvo inactivo todo el año por obras.
De las 2.085 personas internadas en un CIE en 2023, 64 eran mujeres. Se practicaron diez pruebas para determinar la edad de los internos y dos personas fueron identificados como menores, en el CIE de València. 877 personas solicitaron protección internacional. 1.488 internamientos tenían causa de expulsión (71%); 557 de devolución (27%) y 40 de salida obligatoria (2%), según la compilación del informe a partir de datos del Ministerio del Interior.El Servicio Jesuita a Migrantes y las entidades que visitan los CIE indican que muchas personas tenían perfiles muy complejos, en situaciones de mucha vulnerabilidad y con arraigo. Una de cada tres de las 3.091 expulsiones fueron ejecutadas desde el CIE (919, 30%), una proporción parecida a las 597 devoluciones y salidas obligatorias (201, 34%).
«El internamiento es una medida innecesaria, puesto que no depende de la eficacia de las devoluciones y expulsiones. Es una medida ineficaz. Y es una institución sumamente aflictiva, un sufrimiento oculto en la sociedad y muy costoso para el bolsillo del contribuyente», ha avisado Buades en la presentación del informe este martes.
El CIE de Barcelona fue el centro con más personas del Estado, 589 (28% de las 2.085), y también el que tuvo los internamientos más largos, con 34 días (27 de media en el conjunto del CIE). Más de la mitad de las personas en este CIE (336) estaban internas por estancia irregular; 68 para llegar con patera o 58 por expulsión judicial para sustituir una pena superior a un año, entre otras casuísticas.
Los autores del informe también ponen el foco en que el CIE de la Zona franca es el único donde hay mujeres. La de ellas también es una realidad en este centro. “Ha habido episodios en los que solo ha habido una mujer en el módulo durante días.
Cielo Faro, educadora social y voluntaria de visitas en el CIE de la Zona franca, ha recordado los nombres de algunas personas que solicitaron visita y algunas de las cuales no llegó a conocer, puesto que cuando recibió la autorización para entrar en el centro ya habían sido expulsadas o puestas, ha dicho, «en relativa libertad, con un papel en la puerta del CIE y, con un poco de suerte, con una tarjeta de metro con algún viaje». Esta voluntaria también ha relatado las condiciones precarias en que realizan las visitas y ha hablado de las vidas, muy frágiles, en situación de mucha vulnerabilidad, de las personas cerradas en estos centros.
Ordóñez también ha querido poner el foco en la retención de un grupo de 69 persones bolivianas sin visado válido en un crucero en abril En Barcelona. Para este abogado, el crucero se convirtió «en un tipo de CIE para hacer la criba (de entrada en el Estado)». “Estamos convencidos que fue una prueba piloto de cómo tendría que funcionar el Puerto de Barcelona en la aplicación de futuras políticas del Pacto Europeo", ha avisado Ordóñez, que ha lamentado que se tenga muy poca información de lo que pasa en el Puerto de Barcelona.