Una de las ediciones anteriores de la Carrera por la Vida de Barcelona

Una de las ediciones anteriores de la Carrera por la Vida de BarcelonaDeportistas por la Vida

Defensa de la vida

Corriendo contra el aborto: así será la Carrera por la Vida de Barcelona, que une deporte y solidaridad

Los beneficios del evento se donarán a Entitats per la Vida

Este sábado, un centenar largo de personas —adultos y jóvenes, familias y solteros— se reunirán en el polideportivo La Mar Bella de Barcelona para una nueva edición de la Carrera por la Vida y la Familia. «El año récord éramos unos 150», explica su organizador, Francisco Castellví, en conversación con El Debate.

La convocatoria comenzará a las 17 h con el reparto de dorsales, y a las 18 h empezará el calentamiento. «Es una carrera diferente», advierte Castellví. Primero, porque es solidaria, pero todos los beneficios se donarán a Entitats per la Vida, un nuevo grupo que coordina las actividades de una quincena de asociaciones provida catalanas, como Hogar de María, Provida Cataluña o Apasionados por la Vida.

Segundo, porque es una forma de evangelizar: los participantes llevan camisetas de un verde alegre que claman «Sí a la vida», y los niños que encabezan el pelotón portan una estatuilla de la Virgen de Lourdes. «Evangelizar a través de algo divertido, jovial y que aporta salud realmente es más fácil», celebra Castellví, que gestó la idea de esta carrera durante un viaje a Medjugorje y la puso en marcha en 2016.

La primera edición se llamó Carrera de la Misericordia, y se organizó a petición de la delegación de juventud del arzobispado de Barcelona, pero a partir del año siguiente ya fue la Carrera por la Vida, que Castellví impulsa junto a Javier Jáuregui. «La hemos hecho cada año desde entonces, menos el de la pandemia», señala Castellví, y cita a santa Teresa de Calcuta: «Si el aborto no está mal, entonces nada está mal».

Una meta evangélica

El recorrido de la carrera es de cinco kilómetros: unos lo hacen caminando y siguiendo a la Virgen, otros lo hacen corriendo, en busca de la medalla. Con una diferencia: «Al llegar a la meta, nos ponemos haciendo un pasillo, como en la Copa del Rey, y los que llegan nos van chocando la mano a todos». ¿Quién gana? «Lo bueno es llegar último, como dice el Evangelio», bromea Castellví.

Este año, además, se ha introducido una nueva dinámica para solteros al acabar la carrera, para fomentar que los jóvenes sin pareja que acudan puedan conocerse entre ellos. Acabada esta edición, Castellví ya estará pensando en la del año que viene, en la que plantea cambiar el formato: una Marcha por la Vida, como la de Madrid, rodeando la Basílica de la Sagrada Familia.

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