Un edificio okupado en el barrio de Vallcarca, a 18 de mayo de 2023, en Barcelona, Catalunya (España). El 42% de las okupaciones que se registran en España se localizan en Cataluña, siendo Barcelona la provincia con más viviendas allanadas. Los pasados días 9 y 11 de mayo se produjeron varias protestas de vecinos contra unos 150 okupas que viven en los inmuebles de ‘El Kubo’ y ‘La Ruïna', situados en la plaza Bonanova de la ciudad condal
Cataluña
Los edificios municipales okupados se disparan en Barcelona: hay más ahora que cuando gobernaba Colau
El líder del PP en Barcelona, Daniel Sirera, recuerda que hace dos años el número de inmuebles municipales okupados era de 22. Ahora, ascienden a casi 40.
El Ayuntamiento de Barcelona ha reconocido la existencia de 32 espacios y equipamientos públicos ocupados de forma ilegal. Así lo ha asegurado el teniente de alcalde de Prevención y Seguridad, Albert Batlle, en la comisión municipal de Seguridad.
Lo ha hecho a instancias del líder del grupo municipal popular, Daniel Sirera, a quien no le salen las cuentas, porque eleva el número de inmuebles municipales ocupados a 38: cinco en Ciutat Vella, otros tantos en Sants-Montjuic; seis en Sant Martí y Gracia; nueve en Sant Andreu, tres en Nou Barris y Horta y uno en Sarrià. El consistorio contabiliza dos menos en Nou Barris y cuatro menos en Ciutat Vella.
Lo que sí está claro, para Daniel Sirera, es que, con Jaume Collboni (PSC) de alcalde, estas cifras se han disparado. De hecho, ha recordado que hace dos años, al inicio de su mandato, el número de inmuebles municipales okupados eran 22. En estos momentos, recordemos, son 38.
De ahí que el PP haya «exigido» al alcalde de Barcelona que «desaloje todos los edificios municipales okupados porque el Ayuntamiento de Barcelona no puede ser permisivo con quienes dan una patada en la puerta para okupar un edificio que es de todos los barceloneses». En cualquier caso, el concejal popular asegura ese incremento es «vergonzoso».
Y, desde el Ayuntamiento, Albert Batlle, reconoce esos 32 inmuebles ocupados, de los que solo en tres, asegura, no se ha iniciado aún el expediente de desalojo, porque el objetivo es avanzar en los procedimientos administrativos para que el consistorio pueda recuperarlos de forma «ordenada y garantista», priorizando aquellos que representan riesgos de infravivienda o focos de delincuencia.
El responsable de Seguridad municipal ha defendido la estrategia del Ayuntamiento, que, a su juicio, combina rigor legal con sensibilidad social. «Es una prioridad en materia de seguridad y convivencia», ha asegurado Batlle, quien también ha añadido que «Barcelona no puede ni tiene que dar pie a ocupaciones ilegales, menos cuando los bienes son de titularidad municipal».
En este sentido, ha destacado la necesidad de analizar cada caso por su complejidad, porque se incluyen desde naves industriales hasta edificios con familias vulnerables, y también de coordinar acciones con servicios sociales para ofrecer alternativas habitacionales a los afectados en situación de precariedad. Y ha recordado que, recientemente, el gobierno municipal ha logrado desalojos en espacios emblemáticos como la nave de La Escocesa o los asentamientos de Vallcarca, porque según Batlle, «o puede ni debe dar pie a ocupaciones ilegales, y menos aún cuando se trata de bienes que pertenecen al conjunto de la ciudadanía».
Críticias del PP
Pero Daniel Sirera ha puesto el acento, precisamente, en el incremento de inmuebles municipales ocupados desde que Collboni es alcalde. Y ha lamentado que mire «hacia otro lado mientras unos pocos se apropian de lo que es de todos. La okupación no es un derecho, es un abuso. Barcelona necesita orden, autoridad y respeto a la ley».
También ha preguntado al responsable de Seguridad de Barcelona, por qué no se ha actuado con mayor celeridad, y por qué no se ha conseguido rebajar la cifra de equipamientos ocupados. «Es preocupante que, desde que el PSC gobierna, las ocupaciones ilegales de edificios municipales se incrementen», ha lamentado y también ha pedido al equipo de gobierno que «no le tiemble las piernas» para «liberar los espacios municipales ocupados lo más rápido posible».
Entre otras cosas, porque si se mantiene esta situación en el tipo, estos inmuebles se acaban siendo un foco de degradación urbana y, en algunos casos, se convierten en centros de conflicto o actividades ilícitas.