El alcalde de Valencia, Joan Ribó

El alcalde de Valencia, Joan RibóEfe

Comunidad Valenciana  Ribó sigue sin dar solución a los vecinos que protestan contra un macrohotel en un patio de luces

Ante la inacción del alcalde de Valencia, fueron los propios residentes los que denunciaron a la Policía que las obras habían comenzado ilegalmente

Al alcalde de Valencia, Joan Ribó, se le acumulan las polémicas a cuatro meses de que sus vecinos decidan si debe seguir en el cargo. No es que a lo largo de estos casi ocho años el nacionalista no haya nadado entre escándalos, pero su sprint final está siendo destacable.
No contento con que en la céntrica calle Colón planease embotellarla como otras vías adyacentes, que los vecinos se quejasen de su estado y que automáticamente retirase la propuesta por falta de presupuesto, ahora el principal foco de indignación se ha desplazado.
Se trata del barrio de San Antonio-Zaidía, una zona obrera de la periferia valenciana. Allí hay un proyecto para construir un macrohotel-residencia de estudiantes en un patio de luces con el que los vecinos no es que no estén de acuerdo, sino que lo rechazan de plano.
Para explicar los detalles, una de las portavoces de la Asociación de Vecinos del barrio Amparo Vidal atiende a El Debate. «Es una aberración urbanística. Dentro de un patio de luces nos quieren construir un macrohotel con 575 habitaciones y unas mil plazas para pernoctar», se queja.
Imagen del emplazamiento donde estaría el futuro macrohotel en el barrio de San Antonio-La Zaidía de Valencia.

Imagen del emplazamiento donde estaría el futuro macrohotel en el barrio de San Antonio-La Zaidía de Valencia.AA.VV.

Según detalla la representante vecinal, el complejo se pretende levantar en el interior del «séptimo barrio más poblado de Valencia entre los 87 que hay y el segundo con menos dotaciones municipales».

Sin hogar del jubilado ni guardería

Al respecto, señala que los vecinos carecen de «ambulatorio auxiliar, hogar del jubilado o guardería», entre otros servicios.
Esa es una de las causas por las que se quejan al Ayuntamiento capitaneado por Ribó. «El espacio donde se quiere construir es espectacular para montar un centro cívico… Luego nos dicen que no nos dan dotaciones porque no tienen terrenos», protesta Vidal.
Sin embargo, por muy grave que pueda parecer esa queja, no es la única dirigida hacia el Consistorio valenciano.
Fueron los vecinos los únicos que dieron la voz de alarma ante tal obra. Lo hicieron hace casi año y medio y la gestión del tiempo del equipo de Ribó no parece que esté agradando a los vecinos de San Antonio-Zaidía.
«Tras catorce meses, ahora dicen que hacen un estudio», comenta Vidal, a lo que añade: «Se ha reunido con nosotros varias veces, siempre nos dice que se está estudiando».
No queda ahí el mosqueo con el alcalde de la portavoz vecinal, porque exige a Ribó «que se siente» con ellos y que les diga «algo en firme y no simplemente buenas palabras».
Aunque Vidal reconoce que el Consistorio «tendrá que negociar con la propiedad», sí denuncia ciertos aspectos. Uno de ellos ocurrió el pasado 27 de diciembre. Ese día, ante la pasividad del alcalde y de las concejalías implicadas, la empresa propietaria entró con las máquinas demoledoras al recinto para empezar la obra.
De no ser por las llamadas de los vecinos a la Policía, que se acercó y paralizó lo que se estaba llevando a cabo ilegalmente, las actuaciones habrían continuado.
Momento en que la Policía sale de las naves tras la llamada de los vecinos para paralizar las obras.

Momento en que la Policía sale de las naves tras la llamada de los vecinos para paralizar las obrasAA.VV.

Hay diversos aspectos que a Vidal y a los vecinos no les gustan del proyecto macrohotelero. Uno de ellos, tal como indica, es que el barrio está «densamente poblado y con casi ninguna prestación», por lo que considera que «no está preparado para tal aglomeración» y, además, «destruye» su «tejido social».
Asimismo, destaca que, tal como viene especificado en el proyecto de edificación, «habrá viviendas donde a escasos metros de sus ventanas pernoctarán mil estudiantes».
Sobre ellos, y aunque Vidal incide en que está a favor del turismo «porque es riqueza», subraya que los huéspedes, al ser un hostel (hotel de una estrella y de muy bajo coste), podrían llegar al barrio grupos de borrachera.
Con ello, la portavoz vecinal concluye contundentemente: «Nuestros dirigentes tienen que tener sentido común. No se puede arrasar un barrio. ¿Adónde vamos?».

«Esto se va a arreglar»

En el apartado político, el concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia Narciso Estellés comparte la visión de la vecina de San Antonio-Zaidía y complementa:
«El problema surge cuando, tras las quejas de los residentes, la portavoz de Compromís, Papi Robles, dice que hay que cambiar el Plan de Ordenación Urbana. Pero lo hace sin decir nada y obviando aspectos como las indemnizaciones», asegura el edil 'naranja', ya que la titularidad de las naves es privada.
Denuncia Estellés que, a partir de las palabras de la síndica nacionalista, varios concejales se apuntan a la siempre gustosa y fácil frase de «esto se va a arreglar». Entre ellos, cuándo no es fiesta, el siempre polémico responsable de Movilidad, Giuseppe Grezzi.
Por tanto, en opinión de Estellés, el gran error del Equipo de Gobierno municipal es el de «generar expectativas a los vecinos». «Si no lo tienes claro y crees que no va a ser tan fácil, no crees expectativas. Ahora, los vecinos piensan que el Ayuntamiento les ha mentido», afirma el concejal.
Como solución, Estellés exhorta a Ribó a que «estudie» todas las opciones: «Expropiación, permuta, traspaso de propiedad o lo que la normativa permita».
En todo caso, hace hincapié en que el Urbanismo «no puede ser arbitrario» e insta a Ribó a que busque «soluciones de diálogo».
Por su parte, la candidata del Partido Popular a la alcaldía de Valencia, María José Catalá, retoma la situación del barrio y recalca que merece «muchas más dotaciones».
Así, señala que el asunto del macrohotel se solucione cuanto antes y y que, fruto del periodo preelectoral actual, no sufriera un tiempo «de pausa totalmente intencionada».
Del mismo modo, Catalá resalta la importancia del caso del barrio de San Antonio-Zaidía, pero lo extiende a toda la capital levantina. «Se trata de un modelo de ciudad. Queremos una ciudad mucho más abierta, mucho más espaciosa y que respete los patios interiores de manzana que toda la vida han sido tradicionales de Valencia», zanja la popular.
En cuanto a Vox, su portavoz en el Ayuntamiento, Pepe Gosálbez, apunta que la protección urbanística que tienen las naves que han de dejar sitio al complejo «no está clara».
En la gestión de este expediente, a su juicio, «se está mostrando la ruptura total del desgobierno de Valencia». En base a ello, socialistas del PSPV-PSOE y nacionalistas de Compromís se estarían manteniendo «unidos única y exclusivamente por la poltrona, por el sillón y por el poder».
Finalmente, Gosálbez echa en cara que Ribó y los suyos se presentaran a las elecciones de 2015 bajo el lema «rescatamos personas». «Ignora totalmente a los vecinos que han aportado más de mil firmas en contra de este macrohotel», zanja el portavoz de Vox.
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