El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig (izq.), junto a Héctor Illueca y Aitana Mas en las Cortes regionales.

El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, junto a Héctor Illueca y Aitana Mas en las Cortes regionalesMANUEL BRUQUE/EFE

Comunidad Valenciana  El feminismo del tripartito valenciano: divididos por el 'sí es sí' y 14 imputados en el caso Oltra siguen en sus puestos

La división de la izquierda a nivel nacional tiene su traslación en la Comunidad Valenciana, con el agravante de la causa contra la exvicepresidenta por los abusos de su exmarido a una menor tutelada

El Día Internacional de la Mujer ha sido tradicionalmente una de las grandes y principales celebraciones para los partidos de izquierdas, empeñados en arrogarse la bandera del feminismo desde la llegada de la democracia a España.
Este aspecto ha cobrado especial relevancia en los últimos años, aupado por el auge de formaciones de corte populista como Unidas Podemos y la consolidación de las políticas orientadas hacia la mujer como uno de los ejes vertebradores de la acción legislativa en la mayoría de las administraciones.
Sin embargo, este 8 de marzo de 2023 va a ser bien diferente por todas las polémicas suscitadas a raíz de leyes como la del 'solo sí es sí', la trans o el escándalo del caso Mediador, con Tito Berni como sórdido protagonista de imágenes y actuaciones poco a favor de las mujeres.
En la Comunidad Valenciana, este contexto de fractura en el movimiento feminista también se está escenificando como consecuencia de las reacciones políticas al proyecto estrella de la ministra de Igualdad, Irene Montero. Si a nivel nacional el PSOE, Unidas Podemos y sus socios de investidura han votado en diferentes sentidos para reformar el texto, lo mismo está sucediendo en la región.

Puig, ahora fiel al Gobierno

A pesar de que también se trata de socialistas, comunistas y los nacionalistas de Compromís, cada formación se muestra inamovible en su posición sobre qué hacer con la ley del 'solo sí es sí'.
Ni siquiera hechos como que en la Generalitat los tres forman parte del mismo Gobierno o la necesidad de escenificar una unidad de criterio –aunque sea impostada– de cara a todo lo que se juegan en las elecciones autonómicas del 28 de mayo les ha movido a hacer piña.
Aunque en asuntos como el trasvase Tajo-Segura o los impuestos se ha desmarcado de las directrices de su partido, con la modificación de la ley de Montero el presidente de la Comunidad, Ximo Puig, ha seguido a pies juntillas los argumentarios socialistas.
De este modo, ha pasado de vanagloriar el texto a defender a ultranza su reforma cuanto antes: «Hay que ser humilde y rectificar», le dijo el jefe del Ejecutivo valenciano a Carlos Herrera días atrás.
Por la parte 'morada', el vicepresidente segundo de la Generalitat, Héctor Illueca, lleva un tiempo marcando espacio político propio distinguiéndose de Puig y Compromís y se ha valido de la ley del 'solo sí es sí' para intentar salir de la irrelevancia mediática en la que ha estado instalado en estos cuatro años de legislatura.
Así, el dirigente 'podemita' ha respaldado a sus compañeras Irene Montero y Ione Belarra y se ha expresado en contra de introducir cambios en la norma.
De hecho, pocas dudas quedan sobre el apoyo de Illueca a las tesis de su partido, que el pasado fin de semana compartió acto con la siempre polémica secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, en Alicante.
La postura equidistante entre socialistas y comunistas la ha adoptado Compromís, cuyo único diputado nacional, Joan Baldoví, se abstuvo ayer en la votación celebrada en el Congreso.
Según explicó, optó por ello porque, a su juicio, no tenía «ningún sentido» que la reforma de la ley se hiciese a propuesta «de un partido solo y a espaldas de Igualdad». Aunque repitió el mantra de los «efectos no deseados», el nacionalista cree que se trata de «una buena ley», por lo que reprochó a PSOE y Unidas Podemos su falta de acuerdo: «Me da un poco de vergüenza lo que ha pasado con este tema. Se están tirando el feminismo a la cabeza los unos a los otros», llegó a lamentar.
Algo más explícita se ha expresado la vicepresidenta de la Generalitat, Aitana Mas, también de Compromís. Para ella, es necesario introducir determinadas modificaciones para que la ley «no vaya encaminada a rebajar penas». Por tanto, marca distancias frente a la supuesta «venganza punitiva» que denuncian sus socios 'morados'.
Joan Baldoví junto a Mónica Oltra en un acto de Compromís

Joan Baldoví junto a Mónica Oltra en un acto de CompromísEP

Sortear el 8-M con el 'solo sí es sí' marcando la agenda es una papeleta. Pero también lo es pregonar el feminismo cuando aún se tiene en un pedestal a Mónica Oltra, que tuvo que dimitir por, supuestamente, encubrir los abusos sexuales de su marido a una niña en un centro de menores tutelados por ella misma.
En los nueve meses que han transcurrido desde el paso atrás de la exlíder de Compromís, ni ella ni ningún responsable de la coalición han pedido perdón a la víctima, que cuando ocurrieron los hechos tan solo tenía catorce años. Por la sede del partido hace tiempo que ya no se escucha aquello de «hermana, yo sí te creo».
Es más, ha ocurrido todo lo contrario. Según Oltra y sus hasta junio compañeros, toda la causa en la que está investigada es producto de una suerte de conspiración de la ultraderecha y una judicatura machista y retrógrada, teniendo ambos a la nacionalista en el punto de mira. En el centro, los jueces, no la víctima.
Prueba de que en Compromís están sin fisuras con Oltra es que su sucesora, la propia Aitana Mas, aseguró sentirse «orgullosa» de su legado. Y lo está demostrando.
Junto a Oltra hay casi una veintena de imputados en el procedimiento judicial; catorce de ellos son de la propia Consejería de Igualdad que dirigía.
Actualmente, todos ellos siguen en su puesto de trabajo y mantienen exactamente las mismas responsabilidades. Lo hacen a pesar de que se encuentran investigados por, presuntamente, haber cometido delitos relacionados con el encubrimiento de abusos a menores y de maniobrar por la puerta de atrás para desacreditar la versión de la niña.
Por tanto, el 8 de marzo en la Comunidad Valenciana se prevé con un toque extra de pancarta que intente tapar los desaguisados del 'solo sí es sí' o no destituir a implicados en el caso Oltra.
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