El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en una audiencia con la portavoz de Ciudadanos en las Cortes, Mamen Peris.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en una audiencia con la portavoz de Ciudadanos en las Cortes, Mamen PerisBIEL ALIÑO/EFE

Comunidad Valenciana  Ciudadanos consuma su acercamiento a Puig y ahora amenaza a Mazón con romper en la Diputación de Alicante

El cambio en la dirección 'naranja' ha conllevado un discurso más amable hacia el presidente de la Generalitat, incluso ofreciendo sus votos para la reforma exprés de la ley electoral

El grupo parlamentario de Ciudadanos podría tener las semanas contadas en las Cortes Valencianas. Según indican todas las encuestas, la formación 'naranja' no alcanzaría el próximo 28 de mayo el mínimo del 5 % de los votos para obtener representación.
De confirmarse los pronósticos, vendrían a seguir la línea sufrida en los últimos procesos electorales, donde Ciudadanos no logró escaños en Madrid ni Andalucía, en Castilla y León se quedó en solo uno y en Cataluña el tropiezo fue mayúsculo, pasando de ser primera fuerza con 36 asientos a penúltimos con únicamente seis.
Ese panorama poco alentador no parece que se haya frenado tras el proceso de refundación del partido y la victoria de la lista encabezada por Patricia Guasp y en la que también estaba integrada Inés Arrimadas.
En la Comunidad Valenciana, el cisma en la organización afectó al cambio de portavoz en el parlamento regional. Así, Ruth Merino renunció a su cargo y abandonó Ciudadanos porque en el congreso no iba a cambiar «nada». Le sustituyó Mamen Peris.

El pacto «es con Ciudadanos»

Desde que asumió sus nuevas responsabilidades en las Cortes, la estrategia 'naranja' se ha fundamentado en un repentino acercamiento hacia las posiciones del tripartito, especialmente a las del PSPV-PSOE del presidente de la Generalitat, Ximo Puig.
El último ejemplo de ello ha sido la amenaza de romper el pacto que su partido tiene en la Diputación de Alicante. En virtud de ese acuerdo, al frente del organismo provincial esta el candidato del Partido Popular a la presidencia de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón.
El motivo que esgrime Peris para «evaluar» la alianza a solo dos meses de las elecciones es la marcha del diputado Javier Gutiérrez de las filas del partido liberal y pasar a formar parte del grupo de los no adscritos por el coqueteo con postulados de izquierdas de la síndica. Según la líder de la organización en la región, el pacto que aupó a Mazón «es con Ciudadanos».
Su exigencia se basa en exigirle al presidente provincial que retire «de manera inmediata» a Gutiérrez las competencias que aún ejerce en materia de Infraestructuras por considerarle «un tránsfuga».
Asimismo, también reclama su renuncia al acta de concejal en el Ayuntamiento de Jijona, olvidando que pertenece a quien la ostenta, independientemente del grupo al que pertenezca.

Ciudadanos ha ofrecido sus votos a Puig para reformar la ley electoral a última hora y reducir el porcentaje mínimo para lograr escaños

Con una ajustada mayoría absoluta que sumarían PP y Vox, la intención de Peris pasa por ser resultar indispensable para la reedición de un tercer ejecutivo autonómico encabezado por Puig. Para ello, naturalmente, Ciudadanos necesita estar presente en las Cortes.
Sabedores, la nueva dirección 'naranja' no ha dudado ni un instante en ofrecerle sus votos al presidente de la Generalitat para que apruebe en el único pleno que le resta a la legislatura la rebaja del porcentaje mínimo para lograr escaño. De este modo, se reduciría del 5 % actual dos puntos, hasta el 3 %.
La portavoz de Ciudadanos en las Cortes Valencianas, Mamen Peris, en el hemiciclo autonómico.

La portavoz de Ciudadanos en las Cortes Valencianas, Mamen Peris, en el hemiciclo autonómico.CORTES VALENCIANAS

El principal beneficiado de esta improvisada e interesada medida, curiosamente, no sería Ciudadanos, sino Unides Podem. Según la encuesta que realizó hace un mes Target Point para El Debate, la sucursal valenciana del partido fundado por Pablo Iglesias tendría el 6 % de los sufragios el 28 de mayo. De ser así, entraría en las Cortes, pero la tendencia es a la baja y de desaparecer del parlamento autonómico el tripartito tendría pocos visos de conformarse de nuevo.
El mismo estudio le otorga a Ciudadanos un 2,3 % de los votos. En otras palabras, ni siquiera con la reforma exprés planteada por Puig conseguiría representación parlamentaria y los dieciocho escaños de 2019 se quedarían en cero.
Aún con todo, las esperanzas entre el PSPV-PSOE, Compromís, Unides Podem y el propio Ciudadanos de que la reforma de la ley electoral salga adelante son prácticamente nulas. Para que fuese así, se necesitarían que dos tercios de la Cámara valenciana votasen a favor y hoy día no dan los números.
El grupo de Ciudadanos está partido, varios de sus miembros lo abandonaron y figuran entre los no adscritos. Lo mismo que sucedió con Vox. Todos ellos ya han manifestado que si la rebaja se llevase a pleno votarían en contra. Si se le suman los diecinueve diputados del PP que harían la propio, el anhelo partidista de la izquierda y su nuevo aliado quedaría en nada.
En las escasas semanas que lleva al frente de su grupo parlamentario, Peris no ha desaprovechado el tiempo a la hora de mostrar públicamente su disposición para llegar a futuros acuerdos con el PSPV-PSOE. Así, en una de sus primeras declaraciones criticó duramente la política de pactos de su formación, asegurando que le había regalado al PP muchos ayuntamientos y puestos en instituciones.
El cambio de actitud de Ciudadanos con Puig también se ha notado en las sesiones parlamentarias en que Peris ha actuado como portavoz. Dejando a un lado el discurso combativo que venía manteniendo Merino, la nueva síndica ha mostrado un relato en el que apenas se vislumbra una crítica contundente hacia los numerosos escándalos que rodean al Gobierno de Puig.
Dicho viraje no parece que haya calado en los sondeos, en los que Ciudadanos continua en el furgón de cola entre los partidos con representación actualmente. Tampoco se prevé que las medidas a la desesperada y hacer tabla rasa de los últimos cuatro años vaya a impedir lo que se aprecia como irremediable.
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