Mustafá Aberchán, y Joan Baldoví, en el Congreso de los Diputados el pasado mes de marzo.

Mustafá Aberchán, y Joan Baldoví, en el Congreso de los Diputados el pasado mes de marzoCPM

Elecciones 28-M  Compromís y sus compañías: Oltra, Alberto Rodríguez y el líder del partido de la compra de votos en Melilla

La coalición nacionalista ha roto «preventivamente» con CpM, algo que no hizo con su exlíder o Ada Colau a pesar de estar imputadas ni con el exdiputado de Podemos, condenado por agredir a un policía

A algunas formaciones de izquierdas, la campaña electoral del 28 de mayo se le ha convertido en una suerte de yincana en la que los contratiempos se les acumulan mientras avanzan los días y los colegios electorales están más cerca de abrir. En el Partido Socialista, mediante los sucesivos anuncios de cada sábado en sus mítines, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, creía tener controlada la agenda mediática. Sin embargo, el plan no ha salido todo lo bien que pretendía.
La primera semana de campaña estuvo protagonizada por la inclusión de terroristas en las listas de EH Bildu, algo que supuso un terremoto en Ferraz, que veía como poco a poco la falta de apoyo se reflejaba en las encuestas. Así, en los últimos días la principal noticia ha sido la presunta trama para la compra de votos primeramente en Melilla, pero también en la localidad almeriense de Mojácar, donde dos candidatos socialistas han sido detenidos.
En lo concerniente a la investigación en la ciudad independiente, la formación a la que se acusa de organizar el supuesto fraude electoral es Coalición por Melilla (CpM), que comparte Gobierno con el PSOE y cuyo líder es Mustafá Aberchán. No obstante, el del puño y la rosa no es el único partido afectado en términos de opinión pública de la operación judicial. A su izquierda, hay otros que están estrechamente ligados al dirigente melillense.
Así, a principios de este año tomó forma el denominado Acuerdo del Turia, una sinergia de organizaciones como Más País, Compromís, Més Mallorca o la propia Coalición por Melilla. De hecho, los nacionalistas valencianos están en el ojo del huracán por sus alianzas ideológicas porque en dos días se juegan el ser o no ser, estar o no estar, en el próximo Gobierno de la Generalitat Valenciana.

Ataques de Ione Belarra

Aunque el candidato a la presidencia autonómica, Joan Baldoví, se ha apresurado a comunicar que su partido rompe «preventivamente» con CpM, la hemeroteca es un lastre muy pesado. Entre las críticas y reproches generalizados, quizás los que más estén escociendo en Compromís sean los lanzados por Unidas Podemos, antes socios y hoy enemigos íntimos.
Aprovechando que los integrantes del Acuerdo del Turia están destinados más pronto que tarde a integrarse dentro de Sumar, el proyecto personal de Yolanda Díaz, la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha criticado a sus otrora colegas: «Es muy grave y a mí me preocupa que algunos partidos progresistas hayan pensado que estos son socios aceptables con las previas que ya conocíamos», apuntó, lanzando un dardo porque Aberchán ya fue condenado por lo mismo en 2008.
No obstante, este 'error' de Compromís no es el primero que el partido comete a la hora de elegir sus compañías políticas. Sin duda, el más emblemático es el de quien fuera su líder todopoderosa hasta junio del año pasado, Mónica Oltra. Estando al frente de la Consejería de Igualdad y siendo vicepresidenta de la Generalitat, fue imputada por, presuntamente, haber encubierto los episodios de abusos sexuales que su marido cometió contra una niña de catorce años de cuya tutela se encargaba la propia Oltra.
Aunque la nacionalista ha intentado acortar los plazos de instrucción y que no se incorporasen determinadas pruebas como correos electrónicos, la causa continua y el juez le mantiene los cargos. Lo paradójico de este caso siempre ha sido la reacción que sus compañeros de partido tuvieron. Como hay ocasiones en que política y lógica son un oxímoron, en lugar de pedirle que se apartara de la primera línea institucional, le organizaron una fiesta en la que ella era la protagonista mientras bailaba, cantaba y saltaba junto a dirigentes de la formación como Baldoví o el alcalde de Valencia, Joan Ribó.
De hecho, si finalmente Oltra decidió dar un paso atrás en ningún caso fue por voluntad propia ni por consejo de cargos de Compromís –tanto una como los otros siguen pensando que todo es un bulo de la ultraderecha–, sino por la presión de Ximo Puig y porque las escenas de la fiesta dieron la vuelta a España, produciendo una sensación difícilmente descriptible.
Joan Baldoví junto a Mónica Oltra en un acto de Compromís

Joan Baldoví junto a Mónica Oltra en un acto de CompromísEP

La relación de los nacionalistas con socios imputados no se restringe a Oltra –Compromís son tres formaciones– y a Aberchán. Uno de los impulsores del mencionado Acuerdo del Turia es Alberto Rodríguez, el exdiputado canario de Unidas Podemos que tiene esa condición después de que la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, acatara a regañadientes la sentencia del Tribunal Supremo y le retirara su escaño en la Cámara Baja.
El motivo de esa decisión fue la condena que sobre el ya exdirigente 'morado' pesaba por agredir a un agente de Policía y que le supuso inhabilitación para el sufragio pasivo. Al igual que con Oltra, y sin ningún escenario de elecciones a la vuelta de la esquina que pudiera perjudicarle, Baldoví no dudó en respaldar al comunista a pesar de la gravedad por las que tuvo que responder ante la Justicia.
Si hablar de Compromís es, al menos en parte, hablar de Yolanda Díaz, no se puede dejar pasar por alto el acto en que la ministra de Trabajo dio pistas de que a medio plazo iba a desligarse de la matriz 'podemita'. Fue en un céntrico teatro valenciano y allí se produjo una imagen en la que sus dos mayores reclamos se encuentran inmersas en causas judiciales. Entre las conferenciantes, junto a Mónica García, Fátima Hamed y Díaz se encontraban Mónica Oltra, con su periplo legal aún en proceso, y Ada Colau, actualmente imputada por prevaricación y coacciones.
Por tanto, Compromís con Coalición por Melilla vuelve a demostrar que tiene una complicada relación con la elección de sus compañeros de viaje. No cabe olvidar que es un partido que en su día abanderó la lucha por la regeneración institucional, pero que hoy tiene a quien le aupó y a algunos aliados con líos judiciales de diverso tipo.
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