La ministra de Universidades, Diana Morant, y el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón

La ministra de Universidades, Diana Morant, y el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos MazónEFE

El fin de la tregua política por Fallas deja paso a un ciclo electoral clave para los líderes valencianos

Con los comicios en el País Vasco, Cataluña y las europeas, Mazón buscará prolongar su momento dulce, Morant y Vox intentarán encontrar su propio espacio y Baldoví está en la encrucijada entre apoyar aún más a Yolanda Díaz o marcar distancias

Como si de justicia poética se tratara, el fuego que este mismo martes quemó cientos de monumentos falleros a lo largo y ancho de Valencia también se ha llevado la tranquilidad política en la Comunidad Valenciana. Durante los días grandes de la capital del Turia, tanto el balcón del Ayuntamiento como todo el imponente edificio municipal se ha caracterizado por albergar un gran clima entre rivales en las urnas. Quitando los aproximadamente cinco o siete minutos que han durado las mascletàs, cuando todo el mundo estaba pendiente de los petardos, el ambiente entre representantes públicos de partidos de izquierdas y derechas ha sido más que apacible.
Sin embargo, el calendario hace prever que esa afabilidad no tardará mucho en torcerse. En apenas un mes habrá elecciones en el País Vasco. Sin apenas tener tiempo para la resaca de las urnas, lo mismo sucederá en Cataluña, el 12 de mayo y el 9 de junio todos los españoles están llamados a elegir a los representantes en el Parlamento Europeo durante los próximos cinco años.
A priori, serían unas citas que directamente poco involucrarían a los líderes políticos en la Comunidad Valenciana. No obstante, todos ellos tienen un gran reto. Por orden de representación parlamentaria en las Cortes autonómicas, el presidente de la Generalitat y del PP en la región, Carlos Mazón, buscará mantener y prolongar el dulce momento que está viviendo como jefe del Ejecutivo. Su Gabinete goza de una estabilidad envidiable y su figura a nivel nacional gana enteros por meses. Por ello, que los 'populares' lograsen una significativa victoria en las elecciones continentales supondría un espaldarazo a su gestión.

Morant y el dedazo de Pedro Sánchez

Por su parte, la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, afronta el trimestre electoral recién llegada a la secretaría general del PSPV-PSOE y con la gran dificultad ante la opinión pública de tener que convencerle de que ella no es como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Lo más complicado para la exalcaldesa de Gandía es que ha sido precisamente él quien se ha encargado con ahínco y entusiasmo de colocarle en el puesto que hoy día ostenta.
Además, afirmaciones como que implantaría en la Comunidad las mismas políticas que el líder socialista está haciendo en el conjunto de España no es que le pueda servir, a tenor de las encuestas, como el mejor de los avales a Morant.
La ministra de Ciencia, Diana Morant, y el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, en la final del Benidorm Fest

Diana Morant y el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, en la final del Benidorm FestEFE / Manuel Lorenzo

Siguiendo en la izquierda, Compromís está en una gran encrucijada. No solo a nivel interno está instalado en una permanente inestabilidad en busca de un liderazgo ausente desde junio de 2022 tras la forzosa marcha de Mónica Oltra por ser investigada por, supuestamente, haber encubierto los abusos sexuales de su marido a una niña de 14 años cuya tutela tenía encomendada la Consejería en la que estaba a cargo, sino que su alianza con la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, no pasa por su mejor momento.
Si antes del del pasado 28 de mayo y en el 23-J las relaciones entre nacionalistas y comunistas eran inquebrantables, la pérdida de foco y notoriedad mediática de la coalición valenciana y la desesperación de la ministra de Trabajo al respecto con innumerables polémicas han supuesto una crisis en dicho matrimonio de conveniencia. De hecho, el portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas, Joan Baldoví, y la adjunta en el Congreso de los Diputados, Àgueda Micó, criticaron abiertamente la estrategia de Díaz de cara a las elecciones gallegas del pasado 18 de febrero, en las que el PP obtuvo mayoría absoluta.
Tanto es así que afearon la hoja de ruta puesta en marcha por Sumar e, incluso, siguiendo el dicho de arrimarse al sol que más calienta, se acercaron al Bloque Nacionalista Galego (BNG), que, a pesar de no poder retornar al Gobierno de la Xunta, obtuvo un gran resultado e hizo que los socialistas gallegos se hundieran hasta cosechar su mínimo histórico. Según palabras del propio Baldoví, ese es ahora el «espejo» en el que mirarse.
Por último, Vox también está obligado a tener un muy buen resultado en las elecciones europeas en la Comunidad Valenciana. Ya no solo por dar carpetazo a un mal momento que dura desde las generales de julio y que se ha visto agravado por no pocas idas y venidas internas, sino porque el guion de la estrategia política establece que quien no consigue marcar perfil propio termina con un varapalo en las urnas.
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