Alejandro Soler y José Luis Ábalos, en un acto del PSOE de cara a las elecciones generales del 23 de julio

Alejandro Soler y José Luis Ábalos, en un acto del PSOE de cara a las elecciones generales del 23 de julioPSPV

Un diputado afín a Ábalos presidirá la comisión del caso Koldo en el Congreso

Alejandro Soler, del círculo más cercano al exdiputado socialista, será quien coordine y organice la ​comisión sobre las mascarillas en la Cámara Baja

La llamada 'guerra de las comisiones' tiene muchas aristas. Más allá de que si el PSOE llama a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y si el Partido Popular hace lo propio con el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez –y, en un caso hipotético a su esposa, Begoña Gómez–, la lucha política va mucho más allá.
Sirva como ejemplo el caso de Alejandro Soler, que ha sido designado como presidente de la comisión en la Cámara Baja para investigar todo lo relacionado con la compra de las mascarillas en el caso Koldo. Llama la atención dicha designación. No tanto por su valía parlamentaria, que es bastante raquítica, sino sobre todo por de dónde viene.
121 diputados cosechó el Partido Socialista el pasado 23 de julio en las elecciones generales. Por tanto, tanto Pedro Sánchez como Patxi López, que es quien se encarga de organizar y coordinar a sus compañeros, tenían donde elegir.

Unas primarias que nunca fueron

Sin embargo, la suerte, siempre en el término socialista, ha llevado a que Alejandro Soler, diputado por Alicante, vaya a ser el afortunado. El agraciado, quizás, no sea de modo casual, puesto que es uno de los cargos del PSPV-PSOE más afines al exministro, exsecretrario de Organización y, recientemente, apestado, José Luis Ábalos.
Soler no solo es cercano al diputado del Grupo Mixto, sino que en el seno del socialismo en la Comunidad Valenciana uno y otro han hecho, o al menos han intentado hacer, una pinza al 'bulgarismo' de Feraz. Tanto es así que Soler se llegó a presentar para las primarias de la federación valenciana. Fue el primero: llegó a presentar los avales necesarios antes que la candidata oficial y oficialista, Diana Morant.
No obstante, en el móvil de Soler una llamada lo cambió todo. Tuvo que acudir la sede de Ferraz. Allí estaban el secretario de Organización a nivel nacional, Santos Cerdán, y su otros dos contrincantes. La consigna era clara: o Diana o Diana. Tanto él como Carlos Fernández Bielsa firmaron y punto. Donde manda Sánchez no manda nadie.
En esas fechas, Soler tenía aún gran influencia: dominaba la provincia de Alicante en lo que a socialismo se refiere y, por si no fuera suficiente, era el embajador de Ábalos, con lo que hacía lo propio con buena parte de la provincia de Valencia. En cambio, el estallido del denominado caso Koldo todo lo cambió.
No porque el mismo Soler apareciera en el sumario, que va sumando páginas y páginas, tomos y tomos, sino porque el mayor baluarte del dirigente alicantino cayó de la noche a la mañana. Por si fuera poco para él, todo el escándalo le llegó cuando el PSPV-PSOE estaba inmerso en su Congreso Extraordinario, con lo que su nivel de influencia se vio notablemente reducido.
Ahora, será Soler el que tenga que decidir a quién da la palabra, a quién se la quita y deberá, según el Reglamento del Congreso, ordenar los debates. Ahora bien, la relación entre Alejandro Soler y José Luis Ábalos, por mucho que esté en el grupo Mixto, siempre estará ahí.
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