JOSÉ MARÍA LLANOS

En aquel momento, la Nación venció. Ahora, también vencerá

El señor Sánchez se ha dedicado a insultar a los valencianos, diciendo que si queremos ayuda, que la pidamos. El señor Sánchez se ha referido a la tragedia de Valencia como un tema que no le preocupa, en su paseo romántico con la investigada señora de Sánchez en la India

Actualizada 04:30

Estoy convencido de que ningún español -salvo sus parientes y amigos -, le importamos al presidente del Gobierno un pimiento. Pero permítanme que me refiera en esta ocasión más concretamente a los valencianos teniendo en cuenta, como digo, que es igualmente aplicable a todos los ciudadanos de mi querida España.

El señor Sánchez se ha permitido despreciar a los valencianos, negándonos la ayuda necesaria para poder afrontar con la mínima dignidad y suficiencia de recursos la tragedia que hemos vivido y que aún siguen viviendo miles y miles de familias. El señor Sánchez se ha permitido no declarar la emergencia nacional, nivel 3, para así dejarnos desprotegidos de un mando único, de una dirección única y del apoyo de todo nuestro ejército en la zona de la catástrofe. El señor Sánchez se ha dedicado a insultar a los valencianos, diciendo que si queremos ayuda, que la pidamos. El señor Sánchez se ha referido a la tragedia de Valencia como un tema que no le preocupa, en su paseo romántico con la investigada señora de Sánchez en la India. Y todos los ministros que tenían algo que ver con esta tragedia, Marlaska, Bolaños, Robles, Ribera, Redondo, Puente, nos han dirigido palabras a los valencianos de desprecio y abandono, utilizando esta situación para sacar rédito político. La ministra Redondo escribió: «es nuestro momento», mientras que la ministra Robles nos decía que el Ejército no está para todo, y también «eso no es cosa mía».

Uno ya tiene una edad, y recuerda los atentados en la estación de Atocha de 2004 y cómo el Partido Socialista utilizó a los muertos para generar el 11-M y, aprovechando el lógico sentimiento de rabia y desazón de la calle, cambiar el más que previsible resultado electoral. Pero el PP no aprende. El Partido Popular, no sólo no aprende, sino que no para de echar piedras sobre su propio tejado. Y lo hace por falta de gestión, mostrando un comportamiento de novatos o fallando en la comunicación de esa gestión, que los ciudadanos quieren conocer día a día, con actualización de datos de forma periódica. O blanqueando día sí y otro también a un Gobierno corrupto, a una mafia que domina el poder en España, y que va a hacer lo imposible para eternizarse. No se puede apoyar a Ribera en Europa cuando es la responsable de que no se limpien los cauces, o de que se abrieran las compuertas de la presa de Forata sin avisar a los municipios. O que con su fanatismo climático imponga los rastrojos a las vidas humanas, o quite casi 90 millones a las confederaciones hidrográficas y le conceda 75 millones a la fundación que dirige.

Y así las cosas, Mazón se queda solo porque a Feijóo no le interesan ni nuestros fallecidos ni la recuperación de las familias, ni el patrimonio de los valencianos afectados por la riada. Parece que lo único que le interesa es compadrear con Sánchez para repartirse periódicamente el poder porque cuando Vox propone una comisión de investigación en Europa votan «que no» y cuando hay que votar a Ribera como vicepresidente de la Comisión Europea el PP europeo vota «que sí».

Está claro que al PSOE no le interesa que Vox exista porque somos la verdadera, la única oposición a sus desmanes. Pero sabe perfectamente que estamos y que estaremos con el apoyo de muchos españoles. Pero si hablamos del PP de Feijóo, parece que Vox le molesta más que a Sánchez y que no se ha dado cuenta de que estamos y que seguiremos estando. Puedo entender que no nos quiera; no se puede obligar a nadie a quererte. Pero sí se puede exigir, al menos, un mínimo de sentido de Estado, de seriedad y rigurosidad política, de respeto institucional. Y «narices» para enfrentarse por aire, mar y tierra, a un Gobierno corrupto, traidor, negligente que cada día demuestra más a las claras una conducta criminal.

Sólo hay una oposición: Vox. Solo hay un líder en la oposición: Santiago Abascal. Cada día queda más claro. Feijóo ha renunciado a hacer oposición y no sé por qué: ¿Por cobardía? ¿Por algo que callar? ¿Por incompetencia? Pues si esta va a ser la actitud continua del Partido Popular o sobra el Partido Popular o sobra Feijóo.

A Mazón le ha tocado una buena papeleta: no la reconstrucción, porque es su obligación primera y casi debe ser la única en estos momentos. Pero sí la de tener un líder nacional que no va a mover un dedo por los valencianos.

Uno, Sánchez, repartiendo falsas ayudas, que son créditos o cantidades que recuperará vía impuestos. El otro, Feijóo, callando, callando, y callando.

Pues es la hora de los valientes; es la hora de una política de verdad y para la verdad. Es la hora de un líder. España lo tiene en Vox, Santiago Abascal. En los demás, una miseria moral cada vez más extendida.

Recuerdo aquella Oda al 2 de mayo: «Oigo, Patria, fu aflicción, y escucho el triste concierto, que forman, tocando a muerto, la campana y el cañón».

Pero en aquel momento, la Nación venció. Ahora, también vencerá.

  • José María Llanos es portavoz de Vox en las Cortes Valencianas.
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