
Manifestación de los inmigrante acogidos frente al Ayuntamiento de Guardamar del Segura (Alicante)
Tensión en Guardamar (Alicante) tras la protesta masiva de inmigrantes acogidos: «Este país 'no es' bien»
La manifestación bloqueó el tráfico en varias carreteras y requirió la intervención de la Policía Local y la Guardia Civil
Cerca de 200 inmigrantes irregulares acogidos en el municipio alicantino de Guardamar del Segura protagonizaron este miércoles una protesta que ha alterado la normalidad en la localidad. Los manifestantes han marchado desde el centro de acogida en el que residen hasta el Ayuntamiento, exigiendo mejoras en sus condiciones de vida y una mayor celeridad en la regularización de su situación.
Durante el recorrido, la movilización ha paralizado el tráfico en varios puntos del municipio, lo que ha requerido la intervención de la Policía Local y la Guardia Civil para garantizar la seguridad. Sin embargo, ambos cuerpos han declinado realizar declaraciones al respecto al ser consultados por El Debate.
Según testimonios recabados por este medio, los inmigrantes, en su mayoría provenientes de Mali, Senegal y Mauritania, expresaron su malestar por el traslado del centro de acogida con lemas como «este país 'no es' bien» o «venimos a por trabajo y papeles». Antes estaban alojados en el hotel Parquemar, situado en una zona más céntrica, y ahora residen en un complejo ubicado a unos cinco kilómetros del núcleo urbano.
Los extranjeros denuncian hacinamiento en las habitaciones, donde duermen hasta cinco personas en espacios diseñados para dos, además de cortes de agua que dificultan su higiene. Asimismo, critican la gestión de la ONG Cepaim, encargada de su atención y regularización, argumentando que el proceso en su caso es más lento que en otros centros de acogida que albergan a sus compatriotas.
El alcalde de Guardamar del Segura, el socialista José Luis Sáez, ha manifestado a El Debate que estas marchas se han vuelto recurrentes desde el cambio de ubicación. «Cada tres o cuatro semanas, un grupo de alrededor de 60 personas se manifiesta y el concejal de Servicios Sociales les atiende para trasladar sus quejas, pero en esta ocasión han acudido más del doble y estaban mucho más agitados, lo que me sorprendió. Siempre han sido pacíficos», explica.
Sáez apunta que el Ayuntamiento ha visitado el centro de acogida varias veces y que, en esas inspecciones, las condiciones parecían adecuadas, con una alimentación «nutritiva y suficiente». No obstante, reconoce que las visitas se realizan con previo aviso, por lo que no pueden confirmar si la situación real difiere de lo que observan. Asimismo, ha indicado que han preguntado por los cortes de agua de los que se quejan los inmigrantes y Cepaim asegura que «fueron debidos a un control de legionela».
«Episodios aislados»
Respecto a los altercados que han protagonizado algunos inmigrantes meses atrás, cuando se denunció que dos de los acogidos -de nacionalidad venezolana y maliense- habían agredido sexualmente a dos empleadas del resort donde se alojaban, el alcalde minimiza su impacto, calificándolos de «episodios aislados». Preguntado por las palizas que sufrieron el portero de un pub y un joven de la ciudad, el primer edil lo enmarca «dentro de lo que es habitual en la vida nocturna, sin querer normalizarlo», recalca. «Se generó una alarma desproporcionada a nivel nacional, como si en Guardamar no se pudiera salir a la calle sin temor a que te violen o te peguen una paliza», lamenta.
Además, señala que en su momento solicitó un refuerzo de la Guardia Civil ante la Subdelegación del Gobierno, pero aclara que la petición respondía a la preocupación por posibles brotes de racismo, derivados de ciertos discursos políticos, y no a la conducta de los inmigrantes en sí, a la vez que defiende que «la convivencia ha sido exquisita». No obstante, su solicitud no fue atendida por el Ministerio del Interior, por lo que subraya la dificultad que vivió el municipio para manejar la situación.
La postura de Vox
El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Guardamar, Ángel Delfín, asevera en conversación con este periódico que ya había avisado sobre los problemas que podría generar la acogida de inmigrantes en la localidad, pero que sus declaraciones fueron tachadas de racistas en su momento: «Cuando alerté sobre lo que podía pasar, me llamaron fascista, hijo de p*** y nazi», insiste.
Delfín afirma que, durante la protesta del miércoles, varios ciudadanos que anteriormente le habían insultado por posicionarse en contra de una acogida en estas condiciones, le llamaron pidiéndole ayuda, preocupados por la situación. En su opinión, los inmigrantes han sido engañados con la promesa de una rápida regularización y ahora se sienten frustrados por la lentitud de los trámites. Además, prevé que en las próximas semanas «llegarán más inmigrantes irregulares -incluyendo menores de edad- lo que obligará a expulsar a algunos de los actuales acogidos», algo que, según el concejal, «podría generar nuevos conflictos».
El portavoz de Vox expresa su «inquietud» por la falta de recursos policiales para gestionar estas situaciones: «Durante la protesta solo había ocho agentes de la Guardia Civil y seis de la Policía Local. Si los manifestantes hubieran querido entrar por la fuerza al Ayuntamiento, lo habrían conseguido sin oposición», advierte. Desde la formación de Santiago Abascal, el diputado alicantino en el Congreso de los Diputados David García ha publicado un vídeo de la protesta frente al Consistorio en el que escribe «Guardamar, Alicante. No, no es Kenia».
Desde el pasado año, cuando los incidentes comenzaron a ser más frecuentes, la población de este municipio costero espera una solución definitiva que garantice la convivencia y la seguridad de los guardamarencos.