
Interior de un negocio arrasado por la dana y su dueña, Nany.
El hartazgo de una autónoma arrasada por la dana: «El Gobierno me quita las ganas de continuar»
Nany lamenta la falta de rapidez para la reconstrucción de negocios «sin dejar de cobrar todos los impuestos» y señala a Juan Roig «como el único que ha ayudado de verdad»
Más de seis meses han pasado desde la dana que el 29 de octubre arrasó buena parte de las poblaciones al sur de la ciudad de Valencia. Seis meses, pero hay lugares en los que el tiempo parece anclado en aquel fatídico día. La normalidad no ha regresado, simplemente se ha instaurado como habitual vivir en una situación al límite entre lo trágico y lo surrealista. Entre los restos de la destrucción surge un clamor, un grito de auxilio y de hartazgo: «El Gobierno no está teniendo piedad con nosotros». Nany, empresaria autónoma propietaria de la tienda de ropa Nany & Vany de Picaña, denuncia la falta de ayudas «reales» para la reconstrucción «sin faltar el cobro de impuestos y cuotas». La salvación la tiene clara: «Aquí el único que ha ayudado de verdad a poder volver a la actividad es Juan Roig». Así cuenta Nany su historia a El Debate.
Nany utilizó recientemente la cuenta profesional del negocio en Instagram para denunciar públicamente la situación que están viviendo los trabajadores autónomos afectados por la dana. «A fecha del 30 de abril del 2025, con nuestros negocios totalmente destruidos, el Gobierno de España ha cobrado dos cuotas de autónomos, noviembre abril. Esta es la ayuda que tenemos», reza el texto publicado, que además se ha ganado la aprobación tanto de clientes como de compañeros en idéntica situación. Lejos de ser un caso puntual, Nany señala que «esto nos está ocurriendo a todos. Hay autónomos a los que nos han cobrado noviembre, a otros diciembre», pero el temor no cesa de cara a los próximos movimientos bancarios: «Ahora me espero que en mayo nos cobren noviembre».
Es decir, que con negocios que «no pueden trabajar al 100% ni de lejos», según indica la trabajadora, la cuenta bancaria se va vaciando con los obligatorios cobros de impuestos y las respectivas cuotas laborales. «Mi negocio no puede estar ni a una cuarta parte de lo que hacía antes, me ha tocado ponerme a vender por catálogo de WhatsApp. Eso sí, las obligaciones de pago son como si nada hubiera pasado, como si yo pudiera trabajar sin problema».
Es tal el hartazgo de Nany que estalla y señala bien claro al culpable. «El Gobierno no está teniendo piedad con nosotros». Y por si hubiera alguna duda con respecto a la famosa resiliencia, la autónoma especifica: «A mi la dana no me ha quitado la ganas de continuar, a mi quien me quita las ganas es el Gobierno».Con un discurso bastante claro y contundente, la responsable de la tienda Nany & Vany de Picaña dice que «rabia es poco» con lo que respecta a sus sentimientos actuales. Ella tiene el negocio «destrozado», habiendo tenido que hacer «demoliciones porque se encuentra en la zona más afectada del municipio».
«¿Y todas las ayudas que anunció el Gobierno?»
La pregunta ante un grito de auxilio tan claro y evidente es saber qué ocurre con todas las ayudas que el Gobierno de Pedro Sánchez ha ido anunciando. «Me recomendaron que pidiera un crédito ICO y menos mal que no lo hice y el Consorcio me ha pagado 38.000 euros menos. Firmé porque pensaba que lo ingresaría inmediatamente y aún tardé varios meses en recibirlo», explica Nany.
La trabajadora tiene claro el culpable: «Se te quitan las ganas de continuar, pero no por la dana, sino por el Gobierno. Lo tengo muy claro: este Gobierno te quita todas las ganas. No nos dejan reconstruirnos, no nos dejan respirar, no nos ayudan y nos meten la cabeza bajo del agua. Nos cobran todo como si el negocio estuviera a pleno rendimiento, sin miramientos, ni consideraciones. Al menos eso es así con los que nos hemos quedado sin nada, con los que tenemos el negocio reventado».
Seis meses después Nany sabe decir bien claro quién sí ha ayudado, en contraposición de la postura del Gobierno. «En toda esta zona, si los negocios han podido volver a la actividad es gracias a Juan Roig. Su ayuda sí es de verdad y sí ha permitido volver. Ahora también ha llegado una ayuda de Cruz Roja. ¿Pero del Gobierno? Las pocas ayudas que dieron han ido directas a pagar impuestos. No ha dado para más».
Así está la Valencia que se llenó de barro en octubre; así están los empresarios y trabajadores que no ven futuro con la situación actual; así sufren los que buscan levantar la persiana cada día.