Pilar Bernabé, este martes, en el barranco del Poyo en Massanassa.
Sánchez fía la recuperación de la alcaldía de Valencia para el PSOE 36 años después a la delegada del Gobierno de la dana
Pilar Bernabé lanza su precampaña frente a la popular María José Catalá con una agenda que combina ya lo oficial con lo electoral
Pilar Bernabé es delegada del Gobierno de Pedro Sánchez y, a la vez, secretaria general de los socialistas en la ciudad de Valencia. Teóricamente debería optar a la alcaldía de la tercera ciudad más importante de España, aunque hasta en su propio partido hay voces cercanas que, off the record, reconocen que mejoraría los resultados socialistas que se prevén según las últimas encuestas electorales en la Comunidad Valenciana. Pilar Bernabé ha ido escalando posiciones dentro del socialismo valenciano, pero hay dos llamadas de Pedro Sánchez que han catapultado su carrera política. De asesora de Sandra Gómez a delegada del Gobierno en plena nada y ahora ya en precampaña para que los socialistas recuperen la ciudad de Valencia 36 años después.
En la capital del Turia no hay un alcalde socialista desde 1991, cuando un pacto entre PP y Unión Valenciana dio inicio al mandato de Rita Barberá. Desde aquel entonces el socialismo valenciano ha navegado por una travesía a la sombra de las mayorías absolutas del PP y sólo pudo tocar poder obteniendo sus peores resultados ante un boyante Compromís. Es decir, en 2027 hará 36 años que Valencia 'no es socialista'. Pero lo importante a día de hoy en el PSOE ya no es recuperar administraciones grandes o pequeñas, sino su influencia en que el voto se arrastre y dé para que Pedro Sánchez pueda mantenerse en La Moncloa. Es por ello que el presidente está plagando las primarias internas socialistas de ministros o personas afines a las que se le permite un doble altavoz, como también ocurre por ejemplo en el caso de Diana Morant. Pero la situación de Pilar Bernabé podría ser ciertamente distinta.
A la que era concejal de Deportes en el Ayuntamiento de Valencia le llegó un día una llamada, dicen sus colaboradores más próximos, que de Ximo Puig a la atención de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno había decidido que ella, natural del barrio valenciano de Patraix, dejara la gestión municipal para ser la delegada de Pedro Sánchez en la Comunidad Valenciana. Ahora se cumplirán tres años de aquel desembarco. Obviamente nadie esperaría el boom mediático de Pilar Bernabé con la tragedia de la dana.
La delegada del Gobierno no estuvo presente en el Cecopi del 29 de octubre, sino que se conectó de forma telemática. Es por ello que la gestión de aquel día se centró las decisiones que adoptara la consejera Salomé Pradas y los equipos de Emergencias. Pese a tener que estar en el ojo del huracán, la delegada de Sánchez se ha salvado de la imputación en el caso que busca esclarecer si la gestión política de la emergencia es responsable directa de los 228 muertos de la riada. Eso sí, Bernabé acudió a declarar y ante la jueza de Catarroja deshinchó varias de las consignas que había estado repitiendo desde aquel 29 de octubre.
Nada tiene que ver la Pilar Bernabé de las primeras horas y días tras la tragedia y la que ha deparado tras la huida de Sánchez de Paiporta. Convertida en azote diario contra Carlos Mazón, la delegada del Gobierno ha buscado siempre el choque contra la administración autonómica. Así ha ido creciendo la visibilidad de un animal político que hasta en su propio partido ven «mejor que Diana Morant para la Generalitat Valenciana». Antes de la dana incluso se aventuraba un posible ascenso ministerial de Bernabé para que su aterrizaje en la ciudad de Valencia fuera más exitoso, pero es llamativo señalar que una tragedia ha sido el trono perfecto sobre el que se ha entronizado a Pilar Bernabé como emblema socialista para recuperar la ciudad de Valencia.
Su lista fue aprobada a nivel municipal el 24 de mayo y ya el domingo 25 estaba en un acto popular en un barrio de la ciudad de Valencia. «Ha ido como delegada», señalaban a este periódico fuentes de Delegación del Gobierno. Después llegarían actos como reunirse con los vecinos de Orriols para tratar la seguridad en las calles («ella siempre ha tenido mucho actos en Valencia», argumentaban las mismas fuentes) o recibir al Levante UD por su ascenso a Primera División cuando no hizo lo mismo con el Valencia Basket femenino por ganar la Liga («es imposible negar lo levantinista que es», indicaban desde Delegación).
A Pilar Bernabé le quedan, si no hay bandazo previo de Pedro Sánchez, dos años en los que su trabajo diario pasa por la gestión autonómica pero su aspiración política se centra en la ciudad de Valencia. La dana le convirtió en emblema socialista en Valencia, sus ataques a Mazón le abren caminos a cotas superiores, pero ahora su guerra está contra María José Catalá. En menos de una semana ha hablado del «Corredor Verde» que busca tapar las obras de soterramiento de las vías del tren en su llegada a Valencia y ha recibido la visita de Marlaska para anunciar una nueva fecha a la puerta en marcha de la Comisaría de Zapadores. Muchas casualidades en clave local.
Podríamos pensar que es una doble agenda, pero realmente Bernabé afronta tres agendes en los dos próximos años. En la base estará la dana. Los socialistas se saben que su futuro político pasa por mantener viva la indignación popular contra el PP hasta 2027, sólo así se podrían entender unas encuestas electorales que, a día de hoy, sólo contemplan una bajada del PP pero en ningún caso un repunte del PSOE. Ni en la ciudad de Valencia se anuncia un vuelco electoral, al menos en la izquierda. El PSOE seguiría por detrás de Compromís en el Ayuntamiento. Tras la dana (Pilar Bernabé visitó este martes las obras en el barranco del Poyo en Massanassa), la segunda agenda pasaría por la de delegada de Gobierno, sabiéndose que todo choque frontal contra Mazón en un acicate al menos en clave interna; la tercera agenda de Bernabé pasa por servirse de la Delegación para afianzar su posición en la ciudad de Valencia.
El socialismo no está en su mejor momento en la ciudad de Valencia. Ningún candidato ha conseguido enganchar a la población y los resultados de Sandra Gómez en los dos últimos comicios fueron catastróficos, pese a dar la mínima para sumarse a la gobernabilidad del partido catalanista Compromís.
En 2027 se cumplirán 36 años del último alcalde socialista en Valencia (Clementina Ródenas) y parece que el PSOE ha mostrado sus cartas para intentar plantar batalla: dana, ataques a Mazón y servirse de la Delegación. Parece que todo vale por intentar que Pilar Bernabé supere a Compromís y PP y pueda llegar a ser alcaldesa. Así lo necesita Pedro Sánchez para que su estructura interna de poder se pueda mantener pese a los recientes casos de corrupción interna.