El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, y el portavoz de Vox en las Cortes Valencianas, José María Llanos
Vox aprieta al PP para acabar con la marginación del español impuesta por el PSOE hace más de cuatro décadas en la Comunidad Valenciana
El Ayuntamiento de Alicante aprobó el pasado jueves una moción impulsada por Vox y apoyada por el Partido Popular para solicitar a las Cortes Valencianas que modifiquen la Ley de Uso y Enseñanza del Valenciano de 1983 y reconozcan oficialmente a la ciudad como municipio castellanohablante. La propuesta salió adelante con 17 votos a favor, frente a 10 en contra, y marca un nuevo episodio en el pulso político sobre la lengua en la Comunidad Valenciana.
La medida forma parte del acuerdo político entre ambas formaciones para aprobar el Plan Económico Financiero del Consistorio. El cambio supondría trasladar a Alicante del artículo 35 de la ley, que clasifica a los municipios de predominio valenciano, al artículo 36, reservado para aquellos de predominio castellano.
Desde Vox justifican la propuesta como un ejercicio de «adecuación a la realidad sociolingüística» de la ciudad. Carmen Robledillo, portavoz del grupo, fue tajante: «El 85 % de los alicantinos habla castellano. Tenemos obligación de defender los derechos de los alicantinos y el español como lengua predominante en Alicante».
«Actualizar el mapa lingüístico»
Fuentes del partido trasladan a El Debate su rechazo a la «manipulación de la izquierda», en referencia a las críticas lanzadas por PSOE, Compromís e Izquierda Unida. «No se pretende eliminar el valenciano. Hay municipios donde la mayoría habla valenciano y lo compartimos, pero Alicante no es uno de ellos. Solo pedimos que se refleje lo que todo el mundo sabe: aquí se habla mayoritariamente en castellano». Sin embargo, también señalan que «la intención es actualizar el mapa lingüístico».
Los datos oficiales respaldan esta visión. Según una encuesta realizada por la Generalitat Valenciana en 2021, más del 70 % de los alicantinos usa el castellano en su día a día, frente a un 7,5 % que utiliza el valenciano en casa y apenas un 4 % en conversaciones con amistades, tal y como informó El Debate. Con la revisión que pretenden hacer los de Abascal, Alicante podría ser el primero de otros municipios de la Comunidad que cambien su clasificación y dejen de ser oficialmente valencianohablantes.
La izquierda agita la calle
Por su parte, la izquierda ha reaccionado con virulencia. Durante el pleno, Compromís y PSOE acusaron a PP y Vox de querer «retroceder décadas» y «atacar la convivencia». La concejal de Compromís, Sara Llobell, llegó a decir que «ustedes quieren volver a los tiempos de Paquito Franco», mezclando la moción con la consulta del Consell sobre la lengua base en los centros escolares.
Los concejales de PSOE, Compromís y EU del Ayuntamiento de Alicante protestan tras la aprobación de la moción de PP y Vox
Esta comparación ha resultado especialmente llamativa, dado que en esa consulta, el 83,07 % de las familias alicantinas eligieron el castellano como lengua vehicular frente al 16,93 % que optaron por el valenciano, lo que pone en entredicho la supuesta «mayoría valencianohablante» que defiende Compromís.
Desde el PSOE, el concejal Miguel Castelló calificó la propuesta de «retroceso social y político» y anunció que su partido interpondrá un recurso contencioso-administrativo para frenar la declaración. Aseguró que la moción responde «al odio hacia el valenciano» y que solo busca «generar conflicto».
Frente a estas acusaciones, la portavoz 'popular' Mari Carmen de España defendió que no se trata de «atacar ninguna lengua» sino de «poner fin a las imposiciones». «Los alicantinos hemos demostrado que la convivencia con el valenciano es posible y enriquecedora, pero respetando la libertad de elección, sin conflictos ni imposiciones».
Durante la votación, frente al Consistorio, se concentraron colectivos de defensa del valenciano -procedentes de municipios donde sí es lengua mayoritaria- en una protesta organizada por PSOE y Compromís. La intervención de tres de sus representantes fue permitida, pero no alteró el rumbo de la votación.
El acuerdo ahora deberá ser tramitado por las Cortes Valencianas, que tienen la última palabra sobre una eventual reforma legislativa. En Vox lo tienen claro: «Esta es una batalla cultural clave para acabar con décadas de imposición y reconocer lo evidente: en Alicante se habla en español».
Queda por ver si este es el inicio de un revisionismo más amplio y si el Partido Popular estaría dispuesto a asumir la misma posición ante una izquierda en pie de guerra.