Edificios okupados en la calle Juan de Austria en Almazora, CastellónEl Debate

«Tenemos miedo de salir a la calle ante la invasión de okupas»: el 'Bronx' de una localidad costera valenciana

El Debate recaba la opinión de los vecinos de Almazora afectados por un foco de allanamiento, que atrae el menudeo de drogas, robos y agresiones

«Tenemos miedo de salir a la calle ante la invasión de okupas». Así se ha pronunciado una vecina del barrio del Botánico Calduch, en la localidad castellonense de Almazora, cuando ha sido preguntada por El Debate ante el aumento de la okupación en la zona. Lo que fue durante años un barrio tranquilo, habitado por familias de toda la vida, se ha convertido en un punto caliente de allanamientos y delincuencia que preocupa seriamente a sus vecinos. Su testimonio no es aislado, sino reflejo de una realidad que se ha instalado con fuerza en calles como Juan de Austria, que muchos residentes ya apodan, con resignación, como 'el Bronx'.

La situación que se vive en este barrio no es nueva, pero sí cada vez más grave. Las okupaciones ilegales se han multiplicado, y con ellas, según denuncian los vecinos, han llegado los trapicheos de drogas, robos, amenazas, agresiones y una sensación generalizada de abandono institucional. El parque infantil de la zona, ubicado justo enfrente de esta calle conflictiva, se encuentra actualmente vallado y cerrado por las noches, y muy cerca también se ubica un colegio de educación primaria, lo que agrava la preocupación de las familias que deben convivir diariamente con este entorno degradado.

Imagen del parque del Botánico Calduch en Almazora, completamente valladoEl Debate

A plena luz del día, las calles del barrio presentan un aspecto desértico. Apenas circulan coches ni peatones. «Da miedo pasar», reconoce la vecina con la que ha podido hablar este periódico, mientras señala la escasa presencia policial: «Casi no pasa ni la policía, apenas patrullan con el coche por aquí». En redes sociales, los comentarios sobre el Botánico Calduch se repiten una y otra vez. «Es inaguantable», afirma un usuario en uno de los foros locales de Facebook. Estas denuncias se trasladan con frecuencia a las reuniones de la asociación vecinal, donde los residentes comparten su frustración con la alcaldesa, María Tormo, y reclaman un refuerzo de la vigilancia.

La organización vecinal ha adoptado un papel clave en la defensa del barrio. A través de múltiples grupos de WhatsApp, los residentes comparten vídeos e imágenes que documentan la situación diaria, desde personas drogándose en los portales, defecando en las escaleras o incluso traficando con estupefacientes a plena luz del día. El material, además de visibilizar el problema, se remite directamente a la Guardia Civil de Castellón como prueba de las actividades delictivas.

Como informó El Debate, uno de los episodios más recientes ocurrió hace apenas cuatro meses, cuando la Policía Local tuvo que desalojar una vivienda okupada mientras su legítimo propietario se encontraba ingresado en el hospital. El piso, que era su residencia habitual, fue ocupado aprovechando su ausencia, y fueron los propios vecinos quienes alertaron a su familia. El desalojo se produjo tras la denuncia por allanamiento de morada y la intervención de los agentes.

Exigen más presencia policial

La preocupación ha traspasado el ámbito vecinal y ha llegado a la política autonómica. La presidenta de Vox Castellón y de las Cortes Valencianas, Llanos Massó, visitó la calle Juan de Austria y denunció públicamente la degradación de la convivencia en la zona: «Los vecinos de toda la vida de este municipio ya no viven con tranquilidad. Tienen miedo a salir de casa, miedo a que se la ocupen, miedo a ser víctimas de robos o agresiones».

«No es de recibo que quienes han construido sus vidas aquí, con esfuerzo y trabajo, se vean ahora desprotegidos por unas administraciones que no actúan». En un comunicado posterior, exigió al Ayuntamiento de Almazora «actuar con contundencia, reforzando la presencia de la Policía Local y tomando medidas firmes contra las mafias de la okupación».

Este foco no es un caso aislado

El foco de Botánico Calduch no es el único que preocupa en la localidad costera. En la Avenida Castellón, uno de los bloques acumula nueve viviendas okupadas de un total de 16. Los vecinos aseguran que algunos de los ocupantes portan armas, trafican con drogas y utilizan al menos uno de los pisos para actividades relacionadas con la prostitución. Las agresiones a los propietarios, denuncian, han sido reiteradas. El propio Ayuntamiento ha confirmado a este medio que las quejas sobre esta finca llevan acumulándose durante al menos dos años, y que el origen del problema está en varios inmuebles propiedad de la Sareb.

Alrededores de un edificio con nueve viviendas okupadas en la localidad de Almazora, CastellónEl Debate

Otro intento de okupación masiva se registró hace unos meses en la zona de la playa, en un bloque de adosados vacíos. Almazora, que ronda los 28.500 habitantes censados, ve cómo su población se multiplica en verano por la llegada de turistas. Sin embargo, ni el litoral ni el centro del municipio escapan ya de este problema, que afecta por igual a residentes de toda la vida y a nuevos vecinos que ven cómo algunos pierden su vivienda por la okupación.

Mientras tanto, los vecinos del Botánico Calduch continúan organizándose, reclamando soluciones urgentes y tratando de no ceder al miedo. Piden seguridad, presencia policial y una respuesta institucional clara ante una situación que, para ellos, ha dejado de ser tolerable.