Imagen de la actuación policial durante un cumpleaños en Picassent.

Imagen de la actuación policial durante un cumpleaños en Picassent.Instagram: @cosetesdepicassent

Un grupo de okupas amenaza a unos vecinos que celebraban un cumpleaños: encerrados en el local y escolta policial

Una asociación reclama al Ayuntamiento que solucione los «problemas de convivencia diaria» y el Consistorio emite un comunicado delegando su responsabilidad en los propietarios de las viviendas

Era un cumpleaños, una fiesta cualquiera en la que se celebra un momento de armonía y felicidad. Pero el evento acabó precisando de escolta policial para que los asistentes pudiera salir del local. Ocurrió en la localidad valenciana de Picassent y es el enésimo encontronazo con los residentes ilegales en un bloque de viviendas. Un grupo de okupas se dedicó a incomodar a los invitados de una celebración y la tensión fue en aumento hasta el punto de que los asistentes se tuvieron que encerrar en el local hasta que los agentes garantizaron su integridad física. El vecindario ha dicho basta.

Los hechos ocurrieron este penúltimo fin de semana del mes de julio, cuando un grupo de vecinos estaba en un local celebrando una fiesta de cumpleaños. Lo normal y habitual en estos casos es que los más pequeños no aguanten sentados ni se puedan manejar dentro del local, por lo que salen a la calle y juegan con cierta libertad. Según ha podido saber El Debate, mientras los menores estaban a las puertas del local situado en la calle Nou de Picassent, «un grupo de los okupas lanzaron objetos desde las ventanas y bajaron a empujarlos».

Tras este encontronazo fueron los mayores de edad que estaban dentro del local los que salieron a averiguar qué estaba pasando en la calle, pidiendo al grupo de okupas «que pararan ya». El efecto fue completamente el contrario. Bajaron más personas y la tensión fue en aumento. Amenazas e intentos de agresión, provocando que los invitados al cumpleaños se tuvieran que encerrar en el local de la fiesta para evitar males mayores.

Al ver que en el exterior la situación que les esperaba si volvía a salir era ciertamente hostil, no quedó más remedio que alertar a la Policía Local de Picassent y a la Guardia Civil. En unos minutos se presentaron a las puertas del local varios agentes para garantizar la seguridad de los asistentes a la fiesta.

El mundo al revés. Entre la Policía Local y la Guardia Civil «escoltaron» la salida de los invitados al cumpleaños, como si la actuación contra los beligerantes no fuera la opción más adecuada.

Los okupas de la calle Nou

Pero este incidente, según ha podido saber El Debate es sólo «uno más» de los que está provocando este grupo de okupas en el municipio valenciano. Los vecinos, que preservan su identidad para no tener que sufrir represalias, señalan que «todos viven en la misma finca del carrer Nou».

Al parecer, «algunos son extranjeros y otros de etnia gitana». Con sus vecinos muestran una actitud «agresiva», así como que su comportamiento habitual es el de «gritos, música alta, mobiliario tirado en la calle y desmontaje de coches en la vía pública». La actitud incívica se completa con «escupitajos a las personas que pasan por debajo de la finca okupada y hasta se bañan en las fuentes».

Grupo de vecinos afectados

La situación que tienen que aguantar los vecinos es tal, ante la plena libertad de los okupas y la inmovilidad del Ayuntamiento de Picassent, que se han unido conformando el Grupo de Vecinos Afectados de las calles Nou, Sant Joan y Gómez Ferrer.

En un comunicado publicado a través de redes sociales, el colectivo afea la actitud demostrada por el consistorio liderado por la socialista Conxa García Ferrer tras haber solicitado una «audiencia formal» para «dialogar constructivamente y colaborar en la búsqueda de soluciones efectivas y duraderas».

En dicho texto lamentan que el Ayuntamiento les haya «expuesto públicamente. Al señalar de forma inequívoca el origen del conflicto como respuesta a nuestra queja, se nos ha colocado en una situación de extrema vulnerabilidad», denuncian. Además recuerdan que su escrito inicial sólo pretendía «la intervención municipal sobre situaciones concretas que afecta a la vía pública» y reiteran la denuncia con problemas de «salubridad, limpieza, ruido y seguridad».

Un Ayuntamiento a la defensiva

Imagen del edificio okupado en la calle Nou de Picassent.

Imagen del edificio okupado en la calle Nou de Picassent.Ayuntamiento de Picassent

Por su parte, el Consistorio reconoce que entre los bloques de las calles Nou 29 y Sant Joan 36 hay «22 viviendas okupadas, de las que 16 son propiedad del llamado banco malo, la Sareb, mientras que los otros 6 corresponden a Servihabitat, un gestor de activos del fondo estadounidense Lone Star».

Al hilo del último incidente por la fiesta de cumpleaños, fuentes municipales suman «otros 15 avisos a las fuerzas de seguridad por discusiones o peleas en el inmueble en los tres años que está habitado el edificio».

En un comunicado netamente a la defensiva el Ayuntamiento de Picassent justifica que «se ha intentado erradicar este problema de convivencia por diferentes medios, tanto judiciales como policiales. Así, a finales de 2023 se mantuvo una reunión con el decanato de los juzgados de Picassent para motivar una causa común sobre los problemas en el edificio okupado, que no tuvo la efectividad esperada por la incomparecencia de las entidades propietarias en el proceso».

En ese mismo sentido, «en las diferentes reuniones que ha mantenido el Ayuntamiento con la Sareb, la entidad propietaria de la mayoría de inmuebles del edificio, se comprometió a aumentar las medidas de seguridad y las acciones oportunas para evitar nuevas okupaciones, existiendo en la actualidad solo una vivienda con el acceso tapiado. El consistorio además ha insistido en que se proceda a limpiar y tapiar los bajos del edificio, para evitar la acumulación de enseres y los consecuentes problemas de salubridad».

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