Mónica Oltra y Joan Baldoví, durante un acto de Compromís, en una imagen de archivo
Mónica Oltra y su vuelta a la política: dos 'gallos en el mismo corral' de un Compromís dividido y hundido en las encuestas
Salvo el CIS de José Félix Tezanos, pocas encuestas dan que Sumar y Compromís sea un buen binomio electoral. De hecho, muchos de los aludidos creen poder despejar una ecuación tan complicada pero en la que ellos mismos se han metido y de la que no saben cómo salir ni ahora ni en el corto plazo. No solo eso, sino que lo que hace no tanto se presentaban como un cuento de hadas que iba a traer una unidad de la izquierda más allá del Partido Socialista hoy día está más cerca de convertirse en una auténtica pesadilla.
No se sabe muy bien a estas alturas qué papel juega Yolanda Díaz. En términos de partido, ella misma dice que no está, pero a la par está, como ese mal suplente que ha quedado relegado al banquillo. La Comunidad Valenciana es, quizás junto a Galicia, donde mejor se puede reflejar ese rol. Hasta sus por ahora, a medias, socios de Compromís, le han dicho que hasta aquí se ha llegado.
Pero ni mucho menos eso significa para los nacionalistas que la fiesta siga. Nada de eso. A nivel general, tienen un gran problema: perdieron en 2023 la mayoría de su poder local y todo el provincial y regional y ni mucho menos se prevé que lo puedan conquistar de nuevo.
Pero en lo meramente orgánico, el panorama ni mucho menos es más alentador. Su actual líder es Joan Baldoví, pero la sombra sobre la que él se proyecta tiene figura de mujer. Y ella es Mónica Oltra. Pendiente de si los jueces ven de manera definitiva si pudo haber cometido o no un presunto encubrimiento de los abusos sexuales por parte de su exmarido a una niña de 14 años que la propia Consellería de Oltra tutelaba, el caso es que su vuelta a la primera línea política suena cada vez con más fuerza.
El último que ha dado un 'campanazo' al respecto ha sido Alberto Ibáñez, el parlamentario en el Congreso de Compromís (del partido de Otra) que decidió quedarse en el grupo de Sumar y no seguir los pasos de su compañera en Valencia pero no en Madrid, Àgueda Micó, que optó por pasarse al cada vez más nutrido Grupo Mixto.
El caso es que Ibáñez, quién sabe si por cuenta propia o ajena, ha definido a Oltra como «la mejor» candidata a la alcaldía de Valencia. Esa frase, sin duda bien estudiada y preparada en todos los sentidos, deja varios aspectos a destacar. El primero es que da por seguro que Oltra resultará finalmente eximida de cualquier responsabilidad penal. Eso resulta obvio desde un punto de vista propagandístico, pero hay que ir más allá.
Y es ahí cuando entrarían los siempre frecuentes 'cuchillos' de la izquierda y, más en concreto, de Compromís. La líder hoy día de Compromís en el Ayuntamiento de la capital levantina es Papi Robles, de Més y líder de la oposición, aunque con un éxito ante la opinión pública raquítico más allá de los suyos.
Aun con todo, la hipotética entrada de Oltra supondría una revolución absoluta no solo en el partido, sino también en las futuras listas de 2027 que, aunque pudieran parecer muy lejanas, se han de empezar a conformar a la vuelta de la esquina. Terremoto municipal, pero también regional, ya que no sería baladí el choque de placas.
¿Baldoví y Oltra juntos? 'Dos gallos en el mismo corral' y que, además, arrastran reproches mutuos por multitud de aspectos. No solo es que pertenezcan a diferentes partidos (Més el uno e Iniciativa del Poble Valencià la otra). Es que las rencillas desde que Compromís salió de la Generalitat y, a mayor abundamiento, desde que Oltra resultó imputada, fueron, son y probablemente serán incurables.
Por tanto, ese llamado ticket electoral sería del todo arriesgado para los intereses de la formación nacionalista. Ellos, Oltra y Baldoví, suelen ponerse buenas caras unos a otros mientras los focos están encendidos, pero el panorama es bien distinto de puertas hacia dentro. De hecho, ellos mismo se encargan luego de airearlo. No es otra cosa que proyectos en tiempo y forma distintos para el partido.