TRIBUNA ABIERTAReme Mazzolari

El PSOE ha dejado de ser feminista

No considero que para reivindicar y proteger nuestros derechos tenga que esconderme detrás de pancartas moradas

Soy mujer, madre de tres hijos, y también soy feminista. Ahora bien, no considero que para reivindicar y proteger nuestros derechos tenga que esconderme detrás de pancartas moradas. De esta manera, se acaban justificando políticas fallidas de la izquierda. Soy feminista ya que creo en la libertad, la responsabilidad, y en la protección real y efectiva de las mujeres. No comparto el postureo ideológico que convierte el feminismo en un instrumento de marketing político.

Este septiembre, ha puesto de manifiesto que el Gobierno de Sánchez se desmorona entre escándalos. Mientras, las mujeres seguimos pagándolas nefastas consecuencias de su negligencia. La ley del «solo sí es sí», que aún colea tras su desastrosa aplicación, ha acabado beneficiando a más de 1.300 agresores sexuales. Es momento de preguntar, ¿dónde estaban las feministas de la izquierda cuando las víctimas descubrieron que sus violadores vieron reducidas sus penas? ¿Dónde están ahora cuando las mujeres reciben una pulsera de protección que falla y mientras tanto, el agresor pasea libremente por su barrio?

Las pulseras de protección son necesarias, sí, y es urgente mejorar su funcionamiento. El Gobierno ha fallado en lo esencial: evitar que el agresor vuelva a la calle y que pueda acercarse a la víctima. ¿De qué sirve una pulsera si el sistema judicial ha sido saboteado por una ley mal redactada y las pulseras que fallan?

Ante todos estos fallos, el Ministerio de Igualdad sigue gastando millones en campañas vacías, en observatorios duplicados, en informes que nadie lee. Mientras, faltan recursos para reforzar los juzgados de violencia de género.

Como madre, es preocupante el mensaje que se transmite a la sociedad en general, y en particular a nuestros hijos: que el feminismo es gritar más fuerte, no pensar mejor. Que ser mujer es estar siempre en guerra, incluso con los hombres que nos respetan y nos apoyan. Ese mensaje implica sostener que la maternidad es una carga, no una elección libre y valiente. En definitiva, desde los partidos de izquierda se desprecia a las mujeres que eligen formar una familia, que creen en la libertad individual por encima del colectivismo.

Yo creo que es un feminismo integrador, que no divida. No trata de victimizar ni instrumentalizar. El feminismo debe proteger a las mujeres sin convertirlas en peones de una agenda ideológica. Un feminismo que exige justicia, no privilegios. Es preciso defender la igualdad ante la ley, no la superioridad moral de quien milita en el partido correcto.

Las mujeres no necesitamos ser salvadas. Necesitamos respeto. Y eso pasa por dejar de usar nuestro nombre para legitimar políticas que conducen al fracaso, leyes peligrosas y silencios cómplices. Nuestra sociedad, nuestros hijos y nuestras libertades necesitan un feminismo sin hipocresía.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas