Dos niños, viendo el Museo Valenciano del Juguete, en la localidad alicantina de Ibi

Dos niños, viendo el Museo Valenciano del Juguete, en la localidad alicantina de IbiMuseo del Juguete / Jose A. Silvestre

El pueblo de Alicante donde los Reyes Magos recogen los juguetes de los niños de toda España

El municipio de Ibi cuenta con más de 70 fábricas en las que Melchor, Gaspar y Baltasar se abastecen cada 5 de enero para repartir ilusiones por todo el país

El inicio de un nuevo año es uno de los momentos más esperados por los más pequeños del hogar, ya que es sinónimo de la llegada de los Reyes Magos de Oriente. Por eso, en estas fechas la mayoría ya se encuentra escribiendo en su carta los regalos que Melchor, Gaspar y Baltasar les harán llegar. Los elementos más repetidos en cada una de ellas son los juguetes que van desde muñecas, coches o casas hasta figuras de sus personajes favoritos. Pero si algo tienen en común es que la mayoría procede del mismo lugar: Ibi.
Los Magos están presentes allí durante todo el año. Esta localidad fue la primera del mundo en tener un monumento en honor a Sus Majestades. De hecho, desde la década de los 70, cuentan con una estatua en la misma plaza a la que dan nombre.
Para este municipio del interior de Alicante, ubicado en la comarca de la Hoya de Alcoy, la industria del juguete lo ha supuesto todo, ya que durante cien años ha sido testigo de las más de 70 fábricas de juguetes que ha albergado y ha visto cómo este fenómeno lo ha convertido a nivel nacional en la inconfundible Villa del Juguete.

La tartana, el primer juguete

En sus comienzos, la producción de juguetes dentro del territorio español se concentraba sobre todo en Barcelona. Pero, ¿qué pasó para que un pueblo de poco más de 3.000 habitantes se hiciera pionero del sector? A finales del siglo XIX, Ramón Mira y el matrimonio formado por Eduardo Juan y Agustina Mora en la localidad vecina de Onil se iniciaban en la fabricación de muñecas con cabeza de barro, según cuenta el investigador e historiador José Ramón Valero Escandell en un estudio realizado para la Universidad de Alicante. Esto se debía a las posibilidades de la tradición alfarera de la zona.
Parque de Fofó, en Ibi, Alicante

Parque de Fofó, en Ibi, AlicanteAyuntamiento de Ibi

Pero años después, en 1893, empezó el ascenso de la industria del juguete en Ibi gracias a empresarios como Rico, Picó, Moltó o Payá. El nieto de este último, Raimundo Payá, contó en el documental Relatos de la industria ibense, que el inicio del juguete en Ibi nació por casualidad, ya que su abuelo era hojalatero y se le ocurrió recrear aquello que hacía en miniatura.
El paso de la hojalatería al juguete ocurre en febrero de 1905 cuando Rafael Payá traspasa a sus hijos Pascual, Emilio y Vicente su taller. Los primeros juguetes fueron copias de algunos objetos cotidianos como platos, tazas o regaderas que ellos mismos vendían por los mercados de la comarca. Esta experiencia ligada a la inspiración que podían hacer del mercado alemán, les valió para realizar una producción seriada utilizando moldes sencillos hasta elaborar el primer juguete de la industria de Ibi: la tartana. A esta se unirían otros juguetes de locomoción como trenes o barcos.
El Museo Valenciano del Juguete alberga figuras clásicas e históricas

El Museo Valenciano del Juguete alberga figuras clásicas e históricasTurismo C.V.

A inicios de siglo, no había comunicación directa con Alicante. Ni con Villena ni Alcoy, a donde solo se podía acceder por caminos. Este aislamiento fue un gran freno para el progreso económico de la empresa, teniendo en cuenta que en 1925 Ibi todavía carecía de Administración de Correos y la comunicación telefónica sólo era posible a través de Alcoy.

Gran salto generacional

Pero esto no frenó su fama, porque entre 1912 y 1936 fue cuando se consolidó en Ibi la industria juguetera. Entre sus éxitos estuvo el crear la primera locomotora eléctrica del país: Santa Fe. Según el libro Centenario del juguete, en 1936 en su catálogo ya había más de 800 juguetes y, a finales de los 40, fueron de los primeros en incorporar una máquina para fabricar los juguetes de plástico.
Payá Hermanos S.L. fue todo un referente en la industria del juguete, aunque no fueron los únicos que explotaron este mercado en Ibi. Con el tiempo fueron apareciendo nuevas empresas como Rico S.L., González y Cía, Claudio Reig Company, Alfredo Martínez Guillem, La Mecánica Ibense S.L, Manuel Picó Gisbert, Juguetes Feber, así como muchas otras.
Todos ellas lograron que el pueblo fuera conocido como la Villa del Juguete e hicieron que el empleo aumentase. Numerosas personas procedentes de todas partes de España, pero sobre todo de Andalucía, se trasladaron hasta Ibi, pasando a ser más de 23.000 habitantes.
La historia del juguete se puede conocer más a fondo a través de los museos que hay en la ciudad. En el Museo Valenciano del Juguete, el más veterano de estos centros ubicado en la antigua fábrica de Payá Hermanos, se encuentran piezas históricas como los virtuosos trabajos que hacían en hojalata. Se trata de un centro para la conservación, la investigación y la difusión del patrimonio juguetero. Un espacio que permite viajar al pasado y dejar que los juguetes nos hablen de las infancias vividas y los modos de entender el mundo en otras épocas.
En la otra vertiente está Arcade Vintage. Este museo de los videojuegos representa un gran salto generacional ya que se centra en el ocio electrónico. Desde máquinas de los recreativos hasta las consolas familiares, su propuesta invita a ver en las pantallas (y a jugar) a las primeras representaciones de los personajes que hoy jugamos.
Los juguetes fabricados en esa época son míticos entre los coleccionistas de hoy en día. Y en muchas casas todavía podemos observar piezas míticas como el primer coche Porsche teledirigido.
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