Militares del Grupo de Regulares de Melilla nº 52 realizan reconocimientos de itinerarios
Ejército de Tierra Los Regulares se despliegan con blindados para reconocimientos de itinerarios en Melilla
En el marco de las operaciones de Presencia, Vigilancia y Disuasión (OPVD), los militares del Grupo de Regulares de Melilla nº 52 están llevando a cabo reconocimientos de itinerarios con el objetivo de garantizar la seguridad en áreas estratégicas del territorio español. Estas operaciones forman parte de la contribución permanente del Ejército de Tierra a la defensa nacional en tiempo de paz, dentro del despliegue diario que se desarrolla en todo el país bajo la estructura operativa del Estado Mayor de la Defensa.
Los reconocimientos de itinerarios son una de las tareas esenciales que realizan las unidades del Ejército en estas misiones. Permiten identificar posibles amenazas, asegurar zonas de paso y garantizar la libertad de movimientos de las fuerzas propias ante cualquier contingencia. El Ministerio de Defensa considera se trata de una labor «discreta pero fundamental», que permite «anticiparse, proteger y garantizar la seguridad integral de la sociedad española».
Un vehículo táctico VAMTAC recorre zonas de Melilla en una misión de disuasión y vigilancia
El Grupo de Regulares de Melilla nº 52, integrado en la Comandancia General de Melilla (COMGEMEL), es una de las unidades con mayor experiencia en este tipo de misiones. Con una fuerte tradición en operaciones en terreno difícil, los Regulares están capacitados para actuar en entornos urbanos, rurales y accidentados, adaptándose a las peculiaridades del terreno del norte de África. Su intervención en estas tareas demuestra la importancia estratégica del enclave de Melilla en el esquema de seguridad nacional.
Las OPVD constituyen un conjunto de misiones que realiza diariamente el Ejército de Tierra para disuadir posibles amenazas, reforzar la seguridad de infraestructuras críticas y demostrar la presencia de las Fuerzas Armadas en el territorio nacional. Estas operaciones se ejecutan sin solución de continuidad y permiten una intervención inmediata si fuera necesario, todo ello en coordinación con el Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa (EMAD).
Los reconocimientos llevados a cabo por los Regulares nº 52 se enmarcan en esta misión preventiva. A través de patrullas móviles, análisis del terreno y observación continua de rutas clave, se contribuye al mantenimiento de un entorno seguro. Las misiones se realizan tanto de día como de noche, y combinan medios humanos con herramientas tecnológicas de geolocalización, comunicación y observación.
Territorio estratégico
Melilla es uno de los puntos geoestratégicos más sensibles del territorio nacional. Su localización en el norte de África y su condición fronteriza convierten a la ciudad autónoma en un enclave prioritario para la defensa y la vigilancia de los intereses españoles. Por ello, la Comandancia General de Melilla despliega de manera constante unidades de alta disponibilidad como el Grupo de Regulares nº 52, cuya misión incluye tareas de vigilancia de frontera, patrullas disuasorias y apoyo a la seguridad interior.
El Grupo de Regulares de Melilla nº 52 está constituido por personal altamente entrenado en combate terrestre y operaciones de reconocimiento. Sus efectivos combinan tradición y modernidad, y son herederos de una de las unidades más antiguas del Ejército de Tierra, con raíces que se remontan a 1911. A lo largo de su historia, han participado en operaciones tanto nacionales como internacionales, desde misiones en los Balcanes hasta despliegues en Afganistán o Mali.
En el caso del Ejército de Tierra, estas misiones incluyen la vigilancia de zonas de difícil acceso, infraestructuras críticas, apoyo a la Guardia Civil en zonas fronterizas y reconocimiento de rutas logísticas y nodos de comunicación esenciales. También se activan en ejercicios de adiestramiento avanzado y en el marco de los planes de respuesta ante crisis.
La presencia continua de los Regulares de Melilla en estas operaciones permite mantener una vigilancia proactiva en una de las zonas más sensibles del territorio español, reforzando la disuasión y el control efectivo del entorno.