Así será el nuevo barrio de Vigo, que tendrá más de 2.000 viviendas

La Xunta de Galicia anunció el pasado año que construirá 15.110 viviendas en siete municipios, con la meta de que las expropiaciones se realicen en 2027 y las edificaciones estén en obras en 2028. Una de las ciudades escogidas para esta iniciativa es Vigo, donde el Gobierno gallego construirá más de 2.000 pisos.

La actuación prevista en la urbe olívica acaba de dar un importante paso adelante con el inicio de la tramitación administrativa para aprobar el proyecto. En concreto, está en marcha la evaluación ambiental, en la que se determinará el posible impacto de crear este nuevo barrio, previsto en un lateral de la avenida de Madrid y cerca de la calle Anduriña. La ordenación propuesta por el Gobierno gallego establece un 80 % de uso residencial y un 20 % de terciario.

El proyecto diseñado por el Gobierno autonómico de Alfonso Rueda recoge que se pretende «desarrollar un gran proyecto urbanístico dirigido principalmente a la construcción de vivienda sujeta a algún régimen de protección pública sobre una superficie de 21,16 hectáreas» en la que, alrededor de «un uso predominantemente residencial, se pretende integrar un conjunto de espacios libres, infraestructuras y otros usos (dotacionales, terciarios, etc.)».

Según recoge la propuesta técnica, este desarrollo urbano generará «volúmenes que se abren hacia este valle y conectan con las demás áreas verdes, distribuyéndose y concatenándose en planta para lograr una óptima exposición solar y una buena ventilación cruzada». Eso sí, tal y como advierten los redactores del proyecto, «con ciertas limitaciones derivadas de la nueva estructura vial en relación con la topografía existente».

Ordenación

En la zona oeste, cerca de la avenida de Madrid, la planificación abarca desde una serie de edificios en manzana abierta de hasta trece alturas, donde se concentrará la mayor parte de la oferta de vivienda libre (toda ella en vivienda colectiva), hasta bloques de vivienda colectiva protegida de siete o seis alturas, que forman manzanas más o menos cerradas. Para garantizar la movilidad transversal, las manzanas cerradas deben establecer corredores peatonales que promuevan la conectividad entre las zonas verdes, según señala la documentación de la Xunta.

Estos edificios integrarán espacios comerciales en las plantas bajas, «lo que favorece la mezcla de usos y fomenta la vitalidad urbana en las calles principales», según afirma el proyecto. Además, se prevé la incorporación de una zona comercial más amplia, ubicada junto a los espacios comerciales de la zona suroeste.

Hacia el este, también se dispondrán bloques de edificios en manzanas cerradas de vivienda colectiva protegida, en este caso más abiertos que los anteriores, y también algunos bloques alineados (con alturas escalonadas de entre 7 y 4 plantas). De este modo, la planificación busca resolver un espacio vacío de articulación entre las diferentes parcelas que convergen, adaptando la geometría a las parcelas urbanas existentes.