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Esto es lo que harán muchos gallegos en el Puente de la Constitución

Esto es lo que harán muchos gallegos en el puente de la Constitución: la tradición que da comienzo a la Navidad

La competencia por alumbrados más espectaculares, impulsada sobre todo por ciudades como Vigo, ha adelantado el calendario festivo hasta situarlo prácticamente a las puertas de noviembre

La Navidad ha experimentado en Galicia una transformación notable en los últimos años. La competencia por alumbrados más espectaculares, impulsada sobre todo por ciudades como Vigo, ha adelantado el calendario festivo hasta situarlo prácticamente a las puertas de noviembre.

Calles iluminadas semanas antes de diciembre, inauguraciones multitudinarias y espectáculos pensados para atraer visitantes han desplazado la antigua costumbre de esperar a que el mes avanzase para sumergirse en la celebración. Sin embargo, en los hogares gallegos pervive una tradición que resiste a este adelanto generalizado.

La tradición que pervive en Galicia

Hablamos de la tradición de montar el árbol de Navidad y decorar la casa durante el puente de la Constitución y la Inmaculada. Aunque en muchas ciudades ya es habitual ver luces, coronas y guirnaldas desde finales de noviembre, la mayoría de familias gallegas continúa reservando estos días festivos para preparar el árbol, colocar el Belén y, en definitiva, dar por iniciada su Navidad en el hogar.

El calendario ofrece varios días consecutivos de descanso que, sumados al fin de semana, se convierten en la ocasión perfecta para desempolvar cajas, revisar adornos y transformar el salón en un espacio plenamente navideño.

Pero ¿por qué precisamente el puente de diciembre se ha consolidado como el momento de decorar la casa en Galicia? Aunque la costumbre es tan común que parece innata, lo cierto es que tiene varias explicaciones culturales e históricas que ayudan a entender su arraigo.

Una tradición marcada por el calendario

Una de las teorías más extendidas sitúa el origen de esta práctica en la celebración de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre. Tras la proclamación del dogma en 1854 por el papa Pío IX, esta fecha adquirió una importancia especial dentro del calendario cristiano. A partir de entonces, en muchos países de tradición católica se vinculó el inicio de la decoración navideña a este festivo, señalando el comienzo simbólico de la preparación para la Navidad.

Esa coincidencia, unida al hecho de que el día 6 también es no lectivo, consolidó el puente como el momento idóneo para que las familias se reúnan y monten el árbol.

Los celtas, presentes históricamente en Galicia, también rendían culto a la naturaleza durante esta época del año, lo que alimenta la hipótesis de que algunas tradiciones pudieron pervivir transformadas con el paso de los siglos.

Hoy, mientras las ciudades compiten por inaugurar antes su iluminación y algunos hogares adelantan también sus rituales navideños, la mayoría de familias gallegas sigue vinculando el comienzo de la decoración doméstica a este puente de diciembre.

Son días de descanso, reuniones familiares y la emoción de preparar la casa para unas semanas que prometen estar llenas de encuentros, comidas y celebraciones. Más allá de las modas, las luces anticipadas o las nuevas tendencias decorativas, son estas tradiciones las que continúan marcando el ritmo del calendario navideño en Galicia, recordando a cada hogar la importancia de la familia, la cultura y la ilusión compartida que caracteriza estas fechas.

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