Una forma de cocinar la tortilla que le da un sabor muy particular
Así prepara la tortilla este restaurante coruñés que lleva décadas conquistando paladares
El local conserva el espíritu de las casas de comida tradicionales
La cocina gallega tradicional no se aprende en recetarios, sino en las cocinas antiguas, junto al fuego. Es una gastronomía que se cuece a fuego lento, que hace que los sabores se intensifiquen.
En tiempos de hornos eléctricos y cocinas de diseño, cocina tradicional gallega elaborada al fuego de la leña mantiene su presencia en determinados lugares. Este método de cocción, característico de las antiguas casas gallegas, sigue vivo en algunos restaurantes donde se valora el sabor auténtico. Uno de los ejemplos más representativos se encuentra en este municipio coruñés de Coirós.
Una experiencia casera y acogedora
Nos referimos a la Casa Tomé un restaurante familiar que lleva más de 50 años ofreciendo cocina casera elaborada al calor de la leña.
El negocio comenzó como una modesta bodega donde se ofrecía vino casero a quienes pasaban por la zona, pero fue la tortilla la que marcó un antes y un después.
Exterior de la Casa Tomé
Este local ha conseguido una fiel clientela gracias a su particular forma de preparar la tortilla de patata: cocinada al fuego de la leña, lo que le otorga un sabor intenso y único, que la distingue claramente de las que se hacen con vitrocerámica o gas.
Este método, heredado de las antiguas casas gallegas, se mantiene invariable desde los orígenes del local. El resultado es una tortilla jugosa por dentro, con un toque ligeramente ahumado, que recuerda a las comidas de antaño.
Aunque la tortilla es el plato más emblemático, otro tipo de opciones para picotear se fueron uniendo la carta de Casa Tomé incluye diferentes especialidades gallegas. Chorizos, hechos también en leña, jamón, empanadas, pimientos de Padrón forman parte de un menú que apuesta por el producto local y la sencillez. La carne asada o el típico cocido gallego, disponible por encargo, son otros de los platos que rinden homenaje a la cocina de Galicia.
El local conserva el espíritu de las casas de comida tradicionales, con un comedor interior contiguo a la cocina y una amplia terraza al aire libre, situada en la finca que rodea la vivienda familiar.
Las mesas dispuestas en la finca hacen de Tomé uno de los mejores lugares de la zona para aprovechar el buen tiempo, ya sea durante el día a la sombra de una sombrilla o disfrutando de la brisa nocturna durante la cena.
Un espacio y una cocina tradicional que sobreviven a la modernidad y es que los restaurantes tradicionales, no pasan de moda, sino todo lo contrario, siguen ganando seguidores gracias a sus precios accesibles, a su comida casera y a su servicio cercano.
