
El templo que tiene la mayor colección de lápidas gremiales
El templo que alberga la mayor colección de lápidas gremiales del mundo está en España
Un lugar donde los oficios se esculpen en piedra y revelan la historia laboral de Galicia
Galicia es tierra de leyendas, piedra y memoria. Y esa memoria se conserva, a menudo, en los lugares menos esperados: los cementerios. Más allá de su función como espacios de recogimiento, muchos de estos recintos funerarios guardan historias grabadas en mármol, granito o pizarra.
No es casualidad que el camposanto de Redondela, en Pontevedra, haya sido reconocido como uno de los más bonito de España, pero no es el único cementerio gallego que destaca. En la villa coruñesa de Noya, se ubica uno de los cementerios más singulares de Europa por su valor etnográfico.
En este espacio funerario medieval, las lápidas no muestran únicamente fechas o nombres: revelan los oficios de quienes allí reposan.
Un templo con más de 500 lápidas
Este insólito conjunto se encuentra en el entorno de Santa María a Nova, una iglesia gótica del siglo XIV hoy convertida en museo, donde más de quinientas lápidas conforman la mayor colección de laudas gremiales conservada en el mundo.
Levantada en 1327 sobre una iglesia románica anterior, el templo fue diseñado en estilo gótico marinero y está rodeado por el cementerio conocido como la Quintana dos Mortos (La Quintana de los Muertos). La leyenda asegura que parte de la tierra de este camposanto fue traída desde Tierra Santa por marineros peregrinos en su camino hacia Compostela.
La iglesia y su cementerio acogen una colección de lápidas considerada única en Europa. La mayoría son laudas gremiales, sin nombres ni fechas, donde el oficio del difunto queda representado mediante las herramientas utilizadas para el desarrollo del mismo: tijeras para sastres, cuchillos para carniceros, compases para carpinteros, anclas para marineros, entre otros. Esta forma de representación era común en la Edad Media, cuando el trabajo definía la identidad de una persona.
Junto a estas, también se conservan laudas nobiliarias con escudos heráldicos y algunas figuras yacentes esculpidas, así como sarcófagos completos insertos en los muros del templo. Todo el conjunto fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1973.
Así es este templo que es memoria
De nave única, con cubierta de madera y arcos apuntados que dividen el espacio interior en cuatro tramos, el edificio destaca por su sobriedad.
El retablo barroco del altar mayor, fechado en 1760, y la capilla renacentista de Pero Carneiro, construida en 1575 con una bóveda en forma de concha de vieira, completan el recorrido visual por el interior del templo.
También llaman la atención la pila bautismal del siglo XV y una colección de laudas almacenadas en las sacristías, ahora utilizadas como archivo y sala de exposición.
En el exterior, dos cruceros del siglo XVI, uno de ellos bajo un baldaquino conocido como el 'Cristo do Humilladoiro', y decenas de lápidas alineadas completan el conjunto.