El pueblo más pequeño de la provincia de La Coruña pero con un gran patrimonio
El pueblo más pequeño de La Coruña con la mayor riqueza patrimonial por metro cuadrado
Este enclave esconde un valioso legado de piedra frente al mar
Galicia es una comunidad de contrastes, donde los paisajes naturales se mezclan con un patrimonio arquitectónico que habla de siglos de historia. Desde sus aldeas de montaña hasta sus puertos pesqueros, cada rincón ofrece una experiencia diferente a quienes la exploran.
Entre estos destinos, hay un municipio que destaca por la singularidad de ser el más pequeño de la provincia de La Coruña y, sin embargo, uno de los que concentra mayor riqueza histórica y cultural por metro cuadrado.
Un núcleo marinero con alma histórica
Situado en un rincón de la Costa de la Muerte, Corcubión se abre frente a la ría que lleva su mismo nombre, formando un anfiteatro natural que alberga un conjunto urbano de gran valor patrimonial. Esta villa conserva un casco histórico declarado conjunto histórico-artístico, donde predominan las casas tradicionales con galerías de madera, patios orientados al mar y edificaciones nobles en piedra.
Entre sus edificaciones más destacadas están la Casa Castreje con escudo nobiliario; la Casa de los Obregón, de fachada rococó; y varios pazos como el de Antonio de Leira y Castro, conocido popularmente como el Pazo de los Condes de Traba. También es célebre la conocida como Casa del pirata, antigua residencia de un marino relacionado con el corsarismo de la zona.
Ayuntamiento de Corcubión
El patrimonio de Corcubión, además, incluye varios templos y construcciones de interés. Entre ellos destaca, la iglesia de San Marcos, ejemplo del gótico marinero y el templo de San Pedro de Redonda, una iglesia decorada con motivos vegetales.
En cuanto a edificios civiles, el Ayuntamiento se aloja en una antigua casa indiana de 1924 conocida como el edificio José Carrera. La oficina de turismo, por su parte, ocupa un inmueble rústico de 1858 que en su día funcionó como cárcel. Además, en el municipio pueden encontrarse hasta 14 hórreos tradicionales.
El entorno natural de Corcubión también ofrece atractivos para el visitante. La playa de Quenxe, de 350 metros de longitud en cuyas inmediaciones aún se conservan restos de antiguas construcciones ligadas a la industria de la salazón.
A dos kilómetros del centro, se alza la batería del Cardenal, fortificación militar del siglo XVIII construida para proteger la entrada de la ría. Frente a ella, en el otro margen, se encuentra el castillo del Príncipe, y según la tradición, ambas estructuras estuvieron unidas por una cadena que impedía la entrada de embarcaciones enemigas.
A cuatro kilómetros del núcleo urbano, en el llamado Cabo Cee, se erige un faro construido en 1860 con torre octogonal y sin cúpula acristalada. Desde este punto se puede disfrutar de una panorámica de la ría de Corcubión, el cabo Fisterra y el Monte Pindo, cuya cima considerada el ‘Olimpo de los celtas’ ya que se alza a 627 metros sobre el nivel del mar.
Corcubión, pese a su tamaño reducido, ofrece al visitante una inmersión en la Galicia más auténtica: una mezcla de historia, arquitectura marinera, naturaleza y leyenda que lo convierte en una de las joyas discretas del Atlántico gallego.