Un plato de ostras

Un plato de ostrasTurismo Rías Baixas

El pueblo gallego que rinde tributo a la ostra, un manjar que cautivó a los Borbones

Arcade, en el municipio de Sotomayor, homenajea a este molusco, un tesoro de la ría de Vigo

Llega la XXXVI edición de la Fiesta de la Ostra de Arcade, con cerca ya de cuatro décadas de historia. Este evento anual, que tiene lugar en el municipio de Sotomayor, rinde homenaje al preciado manjar que se ha convertido en un símbolo de las Rías Bajas y se exporta a todo el mundo.
El icónico muelle de Arcade se transforma en el corazón de la celebración, atrayendo a una multitud de visitantes que acuden para disfrutar de este delicioso marisco. Sin embargo, la fiesta va más allá de lo gastronómico, ya que combina la cocina, la cultura y el entretenimiento en una experiencia única.
En Galicia, la ostra destaca como uno de los moluscos bivalvos más distintivos. Se le conoce también como la «trufa del mar» o «perla de los mariscos». A pesar de ser uno de los productos más codiciados de la cocina occidental, su olor, su intenso sabor a mar y la textura viscosa de sus carnes generan pasiones, dudas e indiferencias a la hora de probarlas.

Cita gastronómica

La Fiesta de la Ostra, que se celebra del 5 al 7 de abril, constituye una cita imprescindible en el calendario gastronómico de Galicia. El evento es un referente para todo el municipio por implicar a los sectores del mar, el vino y la hostelería.
Además , sirve como un escaparate turístico de renombre internacional que atrae a más de 30.000 personas a las carpas. El festejo, que fue declarado Fiesta de Galicia de Interés Turístico en el año 2002, se ha consolidado como uno de los eventos culinarios más destacados de la primavera gallega
La Fiesta de la Ostra nació en 1987 y suele celebrarse en Abril, ya que es el mes óptimo para su degustación. La iniciativa surgió de los ostricultores locales, cuya intención era la de promover el consumo de la ostra de Arcade y convertir a la parroquia en un punto de referencia tanto en el cultivo como comercialización de este marisco.
En las carpas las ostras se sirven al natural con unas gotas de limón, en escabeche y en empanada. Y todo ello bien regado con buenos vinos blancos gallegos, especialmente de las Rías Bajas. Además, la música y actividades culturales, entre otras, complementan el programa del multitudinario evento.

Ostras en la Corte de los Borbones

La Fiesta de la Ostra de Arcade es un testimonio vivo de la estrecha relación entre la localidad y este marisco. Arcade es uno de los puertos donde se encuentran las mejores ostras porque la ría de Vigo es el lugar de excelencia para su cultivo, debido a la confluencia de las aguas dulces procedentes del río Verdugo con las saladas de la ría, que crean unas condiciones ideales para la cría.
Su cultivo tiene una larga tradición; se remonta a la época de los romanos. Desde la época romana hasta bien entrado el siglo XX, la ostra de Arcade forjó un imperio comercial en la ría de Vigo. Junto al pulpo en seco y la sardina en salazón, fue la estrella de las exportaciones durante siglos. En el caso del bivalvo se exportaba en barriles y en escabeche. Tal fue la fama adquirida que llegó hasta la Corte de los Borbones. De hecho, en Pontevedra se creó la Escabechería Rea para preparar las ostras de Arcade y que surtiesen a la Real Casa. Porque, además de buenas, eran baratas. Un barril de ostras en escabeche costaba cuatro reales y medio a finales del siglo XVIII, a lo que había que añadir los portes.
Pero este negocio milenario se vino abajo en pocos años. El banco marisquero ostrícola de la ría de Vigo quedó al borde de la extinción, como sucedió también en el resto de Galicia a mediados del siglo XIX. Un patógeno las arrasó, al igual que ha sucedido con otras especies de bivalvos, y esto repercutió en los precios que se dispararon a causa de la escasez. Por ser pocas, la ostra valía a cinco reales la docena, cuando veinte años antes se pagaba medio real por un ciento.
Una larga tradición de un bivalvo al que este fin de semana se le rinde tributo; lo que pone de manifiesto que la ostra se ha convertido en un símbolo distintivo de la identidad culinaria y cultural de la región. Tanto su producción como su consumo siguen siendo aspectos fundamentales en la vida diaria de los habitantes de Arcade y sus alrededores.
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