Voluntarios de Cáritas atendiendo a una persona

Voluntarios de Cáritas atendiendo a una personaCáritas Diocesana

Exclusión social

Crece el número de personas sin hogar en Córdoba y ya son alrededor de 400 las que viven en la calle


El estudio anual de la Red Cohabita alerta sobre este crecimiento en los últimos 5 años

Como cada año la Red Co-Habita, formada por distintas entidades y asociaciones como el Ayuntamiento de Córdoba, Cáritas, Cruz Roja o Prolibertas , ha dado a conocer el informa anual sobre personas sin hogar en la capital cordobesa. El estudio, que se viene realizando desde el año 2015, consiste en el recuento durante 24 horas de un día elegido al azar. En esta ocasión dicho recuento se ha llevado a cabo desde la noche del día 8 hasta la noche del 9 de noviembre. Y los datos no son buenos: si en 2018 había 275 personas viviendo en la calle, en este 2022 son 369 tras el último recuento.
No obstante, el estudio establece una diferencia entre los considerados ‘sin techo’, que son aquellos que viven en un espacio público o pernoctan en un albergue pero el resto del día están en la calle, y los ‘sin vivienda’, que mantienen estancia en centros de servicios o refugios, los refugios para mujeres o los asilos temporales para inmigrantes. Se diferencia así mismo otras situaciones como la de ‘vivienda insegura’ (okupas, avisados por desahucio) o ‘vivienda inadecuada’, referida al chabolismo o las viviendas masificadas e insalubres.

Los perfiles

De las 369 personas atendidas, hay mayor número de hombres (304) que de mujeres (65), lo que viene siendo una constante en todos los estudios. Aquí parece ser que no hay perspectiva de género: queda claro que el masculino es el más afectado. Por edades, el 71.80% de las personas se encuentran en una franja de edad de los 30 a los 64 años. El 23.3 % son menores de 30 años. La franja de edad donde más personas hay es entre 45 y 65 años, dato que se repite en anteriores recuentos. Desde Co-Habita han observado este año un aumento con respecto al 2020 en la franja de 18 a 29 años, y crece también la franja de 30 a 44 años. La de mayores de 65 se mantiene en un número aún elevado de 16 personas sin hogar con esa edad en la capital.
Hay que aclarar que los menores reflejados en este estudio son los que residen en la Casa de Acogida Municipal, que dispone de un módulo familiar.
Voluntaria de Cáritas en el servicio de atención nocturna

Voluntaria de Cáritas en el servicio de atención nocturnaCáritas Diocesana

Respecto a las nacionalidades, el 51 % son españoles y el 39.56 % son de procedencia extracomunitaria, principalmente de Marruecos. El aumento antes señalado de la franja de edad 18-29 años, se debe principalmente, según los responsables del estudio, a jóvenes inmigrantes, muchos de ellos procedentes de los centros de protección de Ceuta y Melilla, que pasan a la península quedando en situación ‘de calle’ al cumplir la mayoría de edad.
De todos los que han formado parte de este recuento, cerca de la mitad (45,80%) duermen en la calle.

Por qué están en esa situación

Desde Co-Habita vienen lanzando un mensaje constante en estos últimos años: «Te puede pasar a ti». Y en efecto, nadie está libre de que la vida le saque un mal naipe, un acontecimiento que suponga un punto de inflexión trágico y le coloque en la calle, literalmente. Desde la red de ayuda lo llaman ‘sucesos vitales’ y los recopilados en este ultimo estudio establecen que el mayor porcentaje es como consecuencia de la inmigración, el 30.08 %. El siguiente porcentaje (22.76 %) se debe a la falta de empleo. Los problemas familiares representan un 21.68 % y, al contrario de lo que pudiera pensarse, las adicciones representan tan sólo un 15.98 %. Sin embargo, el estudio, que también se detiene en el estado de salud de las personas que han analizado, descubre que un 30.08 % reconoce tener una patología de adicciones. Un 11.92 % dice tener problemas de salud mental diagnosticado y un 47.45% refiere no tener ningún problema de salud.
Sin embargo, en este recuento lo que se refleja es cómo ve su propia realidad la persona atendida, es decir, se exponen los referidos sucesos vitales que desde su propia perspectiva la persona cree que han sido los que le han llevado a la situación actual. Partiendo de esta premisa -según los responsables del recuento- el fenómeno migratorio, con el 30.08%, la falta de empleo con el 22.76 % y los problemas familiares con un 21.76 % son las causas más comunes.
Normalmente las personas encuestadas consideran dos o más factores bajo su percepción de sucesos vitales desencadenantes para llegar a una situación de sinhogarismo, tal y como reflejan los numerosos estudios sobre el tema.

A dónde acuden

Desde la Red Co-Habita se han analizado los recursos a los que acceden las personas que están en situación de sin hogar y los datos desvelan que acuden principalmente a las Casas de Acogida, los comedores sociales y los Centros de día. Destaca como dato relevante la poca asistencia solicitada a recursos públicos salvo el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) y el Servicio Andaluz de Salud (SAS), mientras que se observa cómo las mujeres prescinden de dichos recursos.
El estudio concluye señalando la dificultad de establecer un perfil-tipo para las personas que viven en esta situación. «No existe porque cada persona es distinta, porque cada una, tiene una historia de vida diferente a pesar de tener puntos en común entre todas ellas». Ocurre así mismo que muchas de ellas no pueden acceder a una vivienda por los requisitos de financiación y precios elevados. «Además de un parque de vivienda social prácticamente inexistente», señalan desde la Red. «Son personas que tienen que acudir a comedores sociales y a por alimentos para sobrevivir, personas sin ningún tipo de ingreso en búsqueda activa de empleo y sin oportunidades, con trabas burocráticas para conseguir la documentación, asilados, inmigrantes, y con problemas de salud, física o mental».
Comedor social de Trinitarios

Comedor social de TrinitariosFundación Prolibertas

Desde Co-Habita ponen el acento en que debería haber más agilidad en las respuestas a las ayudas sociales y económicas y más facilidad en los trámites burocráticos. «Una situación de urgencia no puede esperar meses a una primera intervención».
Y bogan por una mayor sensibilidad social de la población en general hacia las personas sin hogar. «Hoy nadie está exento de una situación de exclusión residencial».
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