Fachada del IES Rafael de La-Hoz

Fachada del IES Rafael de La-HozM. Estévez

La Proporción Cordobesa

Se decía que importantes países árabes, esos de la tradicional «amistad» con España, estaban detrás de ese proyecto de «purificar» la Mezquita

A principio de los años ochenta del pasado siglo XX la fábrica Westinghouse de Córdoba estaba en una situación muy crítica. Los americanos enviaron a Córdoba a un cubano nacionalizado americano, de nombre Jesús Iglesias. Era un licenciado en Economía enviado por la Casa Central para ocupar el cargo de «controller» o jefe administrativo, y desde ese puesto aplicar criterios económicos para lograr una plantilla en «proporción» con la cartera de pedidos.
Sin embargo, cuando llegó a Córdoba parecía uno de aquellos pobres figurantes que ambientaban la película «Ladrón de bicicletas», pues su vestimenta era descolorida y arrugada, y hasta los zapatos dejaban mucho que desear, ya que ni los cordones eran parejos.
A medida que pasaban los días, este hombre fue adquiriendo de forma «proporcional» mayor poder, hasta el punto de que se hizo la persona más respetada de toda la fábrica.

En busca de piso

Nos pidieron que le acompañásemos para buscar piso en Córdoba, y para ello acudimos a la Inmobiliaria Capitán donde nos proporcionaron las direcciones de personas que alquilaban pisos. Entre las muchas direcciones que nos dieron para visitar había una por la calle Teruel.
Fuimos allí y llamamos al timbre. Salió a la puerta el arquitecto don Rafael de La-Hoz Arderius (1924-2000), al que el cubano rápidamente saludó con un simple «¡¡Hola!!», que no le debió caer muy bien según vimos su cara. Por ello me apresuré a excusarle: "Perdone usted, don Rafael, es que este señor es un cubano nacionalizado norteamericano y esta es su forma natural de expresión”. Evidentemente, el cubano no conocía a este señor del que yo llegué a decirle, que fue director general de Arquitectura, Economía y Técnicas de Construcción de la Vivienda en 1971, laureado y premiado a todos los niveles, y que incluso tenía la Medalla de Plata de la ciudad de Córdoba. Además le indiqué que yo presencié su boda que tuvo lugar en la iglesia de San Rafael a primeros de junio de 1951.
La excusa que yo le puse sobre el cubano rompió la barrera que se había interpuesto entre el arquitecto y el economista cubano, y a partir de ahí todo fue cordialidad. Don Rafael nos dijo que el tema de los alquileres lo llevaba su esposa, pero que ésta se encontraba en Madrid. No obstante le preguntó a Jesús Iglesias que para qué había venido a Córdoba y éste le contestó: «Para elaborar una plantilla en 'proporción' con la cartera de pedidos».

Una plantilla con proporción

Trabajando con dos colaboradores, al poco tiempo de su estancia en la fábrica, empezó a mandar datos a los americanos utilizando aquel antiquísimo fax «de manubrio» que había en la Secretaría de Dirección. Casualidad o no, al poco tiempo se sucedieron en fábrica una serie de destituciones, pues cayó el director, un jefe de división, y otros jefes importantes. Además, el cubano tuvo la osadía de poner al propio jefe administrativo a contar tornillos y tuercas por las secciones de taller, porque quería hacer un inventario «real».
Tras estos cambios drásticos, el ambiente terminó de explotar cuando quisieron adaptar la plantilla en 'proporción' a la cartera de pedidos. El 17 de octubre de 1983 estaba reunido el cubano junto a sus jefes americanos en la sala de dirección para llevar a cabo dicha 'proporción'. Mientras estaban reunidos surgió una manifestación de toda la plantilla, algo más «sonora» de la normal junto a las ventanas de los reunidos. Al final todos los reunidos, tuvieron que salir huyendo de Córdoba. Al otro día y por medio del bufete de Garrigues Walker de Madrid comunicaron una suspensión de pagos. Luego seguiría ABB, pero eso es ya otra historia..

De La-Hoz y la Mezquita Catedral

Al poco tiempo de estar instalado en Córdoba, Jesús Iglesias me llamó, pues quería hacer una visita con su «mamá» y su mujer a la Mezquita-Catedral, ya que le había comentado que yo tenía cierta relación con Manuel Nieto Cumplido (1935-2021). Así que un sábado de aquellos acudimos a visitarla acompañados por don Manuel como «cicerone».
El cubano quedó maravillado con el Archivo de la Catedral, el Mihrab, el Crucero y el Coro. Y al salir del templo se asombró de algo más particular: la laboriosidad de las cuatro celosías que daban al Patio de los Naranjos, que le habían llamado especialmente la atención ya que su «papá» había sido carpintero-artesano.
Tras la visita, estando en el Restaurante El Caballo Rojo donde Jesús Iglesias nos invitó amablemente a almorzar, Manuel Nieto habló largo y tendido sobre estas celosías. Nos dijo que fueron colocadas en 1972, siendo un proyecto de don Rafael de La-Hoz Arderius, Se fabricaron en los talleres de la Maderera Industrial que había en la calle Doña Berenguela. Constaban de unas trescientas piezas ensambladas a ambos lados de un grueso cristal central, sin ningún tornillo ni elemento metálico. Su peso era aproximadamente de 850 kilos.

De La-Hoz vs. Félix Hernández

Gran conocedor de todos los entresijos recientes en la Mezquita-Catedral, Manuel Nieto nos relató el enfrentamiento que tuvo el padre del arquitecto, don Rafael La-Hoz Saldaña (1892-1949), con don Félix Hernández Giménez (1889-1975), arquitecto mantenedor del monumento. Éste intentó llevar a cabo unas excavaciones en la mezquita fundacional de Abderramán I a principios de los años 30 para buscar los restos de la basílica de San Vicente que citaban las crónicas árabes, y De La-Hoz Saldaña fue uno de los muchos que se mostraron en contra de esta iniciativa, con tanto revuelo que se tuvieron que abandonar las excavaciones.
Nos siguió comentando don Manuel que Rafael de La-Hoz Arderius, como director general de Arquitectura, fue uno de los impulsores de la idea, en ese mismo año 1972, de desmontar «piedra a piedra» el Crucero de la Catedral, incluido el Coro, y reconstruir las naves islámicas alteradas por los añadidos cristianos a partir del siglo XVI. El proyecto incluía llevarse todas esas piedras y paramentos desmontados a una isla que existía entre los dos puentes que había entonces sobre el río Guadalquivir. Por otro lado, se decía que importantes países árabes, esos de la tradicional «amistad» con España, estaban detrás de ese proyecto de «purificar» la Mezquita.
Afortunadamente, ante la polémica que se planteó ante aquella descabellada idea, que incluso era apoyada en las altas esferas políticas, el Icomos, como organismo especializado de la Unesco, intercedió llegando a la conclusión final de que el monumento "había llegado así a través de la Historia y que así debía conservarse”. Esta frase lapidaria fue pronunciada por el arquitecto e historiador don Fernando Chueca Goitia (1911-2004).
(Un inciso aquí para apuntar la polémica generada estos últimos años por el continuador de la saga familiar, el también arquitecto don Rafael de La-Hoz Castanys, opuesto a que se desmontara una de las celosías de su padre para abrir de nuevo al Patio de los Naranjos una puerta -la cual, por cierto, históricamente siempre había estado abierta-. Según él, "esas celosías desde 1972 ya formaban parte del edificio de la Mezquita-Catedral”. Curioso que un añadido de 1972 sea intocable y su padre propusiera desmontar lo que llevaba ya más de cuatrocientos años incorporado al edificio)

La Proporción Cordobesa

Por último, añadiré que don Rafael de La-Hoz Arderius, aparte de gran arquitecto, era un buen matemático, siendo el descubridor de la llamada Proporción Cordobesa, que la presentó con estas palabras una conferencia ante la 5ª Asamblea de las Diputaciones Provinciales en septiembre de 1973 diciendo:
«La arquitectura de una región posee características propias acuñadas por el impacto de su clima, la limitación de sus materiales locales, los imperativos de sus suelo y el molde de los hombres. Son soluciones que han sobrevivido el roce de la historia por haber resultado las más aptas».
Allí explicaría que llegó a esa conclusión después de estudiar a fondo la construcción de la Mezquita de Córdoba. En un principio esperaba encontrar en el monumento la relación 1,62, la clásica proporción áurea. Pero, para su sorpresa, se encontró una relación de 1,31 repetida en muchos elementos construidos. Así, observó que en el octógono del Mihrab la proporción o razón entre el radio de la circunferencia circunscrita a dicho polígono regular y su lado era, exactamente, 1.306562964.
Hoy, la fórmula de esta proporción se encuentra dibujada, junto a otros dibujos de diferente factura, en las paredes del Instituto anteriormente llamado Condesa de las Quemadas y después dedicado a Rafael de La-Hoz Arderius, en la calle San Francisco de Sales. También aparece dibujada en la fachada principal, a gran tamaño, la cara del propio Rafael de La-Hoz, aunque, humildemente, creo que con poca pericia, porque más de uno se la ha encontrado de sopetón al doblar con el coche por Ronda la Manca y se ha sobresaltado al creer que era un retrato de Franco.
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