obras de la macsura

Obras de la macsura de la Mezquita CatedralJesús D. Caparrós

La macsura comienza a desvelar sus secretos

El Cabildo Catedral acomete la intervención en «la joya del edificio» por cuatro millones de euros

Antes de mover una teja de las cubiertas de la macsura se han dedicado muchos años a estudiar desde las más diversas disciplinas este elemento arquitectónico que el arquitecto conservador Gabriel Rebollo califica como «la joya del edificio».
Efectivamente, la macsura es la parte de la Mezquita Catedral que, situada en la quibla, tiene en su centro el mihrab escoltado por otras dos zonas a las que sólo el califa y sus más allegados tenían permitido acudir a la oración de los viernes.

Las otras intervenciones

Desde su construcción por Alhakén II en el siglo X han sido muy escasas las intervenciones que se han llevado a cabo en este recinto. El primero en poner sus manos en este lugar fue el francés Baltasar Dreveton en 1771, a quien el Cabildo ordenó que «no alterase ni mudase» absolutamente nada de la construcción ni de la decoración musulmana.
A comienzos del XIX ordenó el obispo Pedro Antonio de Trevilla una intervención «para recuperar la macsura como era en época musulmana desmontando dos altares muy importantes, como el de la Sagrada Cena y el de San Pedro», en opinión de Rebollo. A inicios de la centuria siguiente lo hizo Ricardo Velázquez Bosco, aunque fueron trabajos de escasa importancia.
El proyecto tiene un presupuesto inicial de cuatro millones de euros, que serán aportados en su integridad por el Cabildo Catedral. La duración será de tres años y se irá trabajando de cúpula en cúpula para que nunca estén las tres tapadas por los andamios.
Joaquín Alberto Nieva y Gabriel Rebollo

Joaquín Alberto Nieva y Gabriel RebolloJesús D. Caparrós

Sobre la posibilidad de visitar las obras, el deán presidente del Cabildo, Joaquín Alberto Nieva, ha adelantado que se seguirán los criterios técnicos y que «en función de las posibilidades que nos permita el desarrollo del proyecto intentaremos, si es posible, que los visitantes no sólo vean las partes inferiores de las tres cúpulas sino también algo de la restauración».

Las cubiertas

A finales de enero se comenzaron a retirar las tejas y a día de hoy, a poco más de un mes, los técnicos han confirmado buena parte de las hipótesis que barajaban. El objetivo de «comenzar la obra por el tejado» es, como ha explicado Rebollo, hacer que cuando se trabaje en el interior del templo se haga con garantía de que no hay que volver a subir a las cubiertas.
En este tiempo se ha descubierto un cinturón formado por vigas de madera, que por un estudio dendrocronológico han sido datadas en época de Alhakén II, que cumplían la misión de abrochar y sujetar la bóveda para impedir que se abriera.
Según el arquitecto conservador, «hemos comprobado con alegría que las bóvedas de ladrillo están bien y se van a mantener». Del mismo modo, se van a respetar los remates de estas cubiertas, ya que al menos uno de ellos se ha modificado con el paso del tiempo, como se comprueba en el dibujo de Anton van den Wyngaerde de 1567.
Esta intervención se está realizado con unos criterios que se aplican con rigor cada vez que se toca algo en la Mezquita Catedral: «estudiar bien el edificio, ser rigurosos en la conservación y que todo lo que hagamos pueda tener marcha atrás».

Las celosías

La zona que se encuentra en peor estado es la de los muros que emergen de las cubiertas de las naves para sostener las cúpulas. Hace años se recubrieron de madera con su correspondiente cámara de aire y en ellos se encuentran las celosías encargadas de aportar la luz al interior. Corresponden a periodos distintos y todas ellas se van a restaurar por expertos antes de volver a su lugar original convenientemente protegidas por un cristal para evitar los daños causados por las palomas.
Para poder intervenir en las cúpulas de la macsura ha sido necesario instalar un complejo sistema de andamiaje para permitir un libre y cómodo tránsito sin perjudicar las cubiertas de las naves del templo. El coste de este andamio supera los 140.000 euros.
Los técnicos esperan terminar en esta zona para final de año, sobre los meses de noviembre o diciembre. A partir de ese momento la actividad se trasladará al interior de la Mezquita Catedral, donde se comenzará a trabajar, una a una, en las cúpulas.
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