Pablo Vierci

Pablo VierciSamira Ouf Calero

Pablo Vierci, periodista y escritor

«Cuando al yo se le quitan todos los disfraces lo que surge es un hombre generoso»

El autor uruguayo ha estado en Córdoba para hablar de su obra 'La sociedad de la nieve'

La cola de asistentes junto a la sede central de Cajasur en Córdoba se ha formado una hora antes del inicio del acto, un encuentro de Pablo Vierci (Montevideo, Uruguay, 1950) con los lectores de ‘La sociedad de la nieve’, obra que ya va por la décimosexta edición y en la que se basa la magnífica película de Juan Antonio Bayona que no se llevó ningún Oscar, lo que demuestra para lo que han quedado los premios de la Academia. El mayor galardón son los 250 millones de espectadores que la han visto, pero sobre todo para Vierci, lo que la historia ha despertado en los jóvenes. Y eso siempre es mucho mejor que el glamour intrascendente e histérico de Hollywood.
Pablo Vierci ha venido a Córdoba como antes estuvo en Cáceres y al día siguiente sale camino de Málaga. Está realizando una gira para hablar del libro, de sus amigos de infancia y adolescencia que protagonizaron la tragedia y así encontrarse con los miles de lectores que le admiran, porque de esa admiración hemos sido testigos y así lo contamos. Vierci, a su vez, rinde tributo a la lengua materna, al español, como casi ningún español hace hoy en día. Este señor es consciente del enorme legado que supone nuestro idioma, del tesoro que es pensar, sentir y comunicarse en español. Por eso la historia sobre la que ha escrito se ha convertido en un éxito masivo. ¿Quién quiere un Oscar ante tamaño logro?
Presentación de 'La sociedad de la nieve' en Cajasur

Pablo VierciSamira Ouf Calero

- La sociedad de la nieve es un libro de 2008. Pero, ¿ cómo le marca a usted como autor que ya en 1974 se publicara el famoso Viven de Piers Paul Redd y además se hiciera una película? ¿Qué quiso hacer de distinto o diferente?
- El libro Viven es muy importante para la historia de estos chicos que eran mis compañeros de colegio y de infancia, de adolescencia y de juventud. Es una obra muy importante porque se publica un año después de que ellos regresen y desmiente todas las falacias que empiezan a surgir. O sea, inmediatamente que ellos llegan hay versiones infundadas, falsas. El libro Viven es una suerte de crónica oficial, contada por ellos, de lo que ocurrió realmente en esos tres meses en el año 72. Está contado por un inglés, un muy buen escritor que es Piers Paul Redd, pero está contado desde afuera. Faltaba contarlo desde adentro, de la cercanía. Qué nos pasó y no qué pasó. El libro Viven cuenta qué pasó, qué sucedió, pero el libro de La Sociedad de Nieve, es un abordaje más intimista, donde participan los 16 sobrevivientes. Supone contar qué les pasó en primera persona a través de una historia coral, o sea, donde hay 45, pero con 16 testigos. Y yo siempre sentí desde el primer momento, por hablar con ellos, por ser amigo, por ser compañero de infancia y adolescencia, y tener memorias compartidas, que faltaba el relato de qué nos pasó en primera persona.
- Lo que se ha quedado claro años más tarde es que hay historias que no terminan.
- Exacto, es así. Determinado tipo de historias son las que no terminan. Hay historias más superficiales, que solamente es una acción, que de repente se agotan en su relato. En este caso estamos hablando de una exploración entre la vida y la muerte. Son jóvenes de 20 años que viven con la muerte pisándole los talones durante 72 días, en el lugar más inhóspito del planeta, que es el medio de la cordillera de los Andes, la mayor del planeta Tierra. Entonces, con esas circunstancias, ese tipo de historias son las que no terminan, porque estamos hablando del sentido de la vida, el sentido de la generosidad, la fraternidad, hasta cuándo decimos basta, hasta cuándo podemos seguir soportando las penurias. O sea, estamos hablando de temas que hacen a la vida misma, del sentido de la vida misma. Esos temas son los que no se agotan.
- El hombre ejerce roles y está formado por capas que la sociedad le otorga. En este caso nos habla de una sociedad que desnuda a los hombres supervivientes del accidente de esas capas.
- Es exactamente eso. Eso lo dicen ellos. Adolfo Strauss lo expresa de esa manera, claramente. Dice que lo que les sucedió es que, estando ahí en su lugar tan inhóspito, abandonados por el mundo, el yo, el ego, se va despojando de todos los atributos con los cuales nos disfrazamos en la vida corriente. Para mí lo más trascendente y el legado de todo esto, la inspiración que genera, es que descubren que cuando al yo se le quitan todos los disfraces, lo que surge es un hombre generoso. Creo que eso es un poco lo que simboliza toda esta historia y es lo que dura, porque nos reconcilia con el ser humano, nos reconcilia con el sentido de la vida. Siempre el mundo es atribulado, siempre la vida es atribulada, siempre la vida sucede con claroscuros, blancos y negros, no hay grises, nunca es del todo bella, pero tampoco es del todo mala, al contrario, y esto nos reconcilia con lo mejor de nosotros, creo yo.
- En efecto su libro y posteriormente la película, nos enseña algo que no parece que en el mundo actual esté de moda, y es que la misericordia y la generosidad también crean héroes.
- Creo que ese es el punto más importante, y que esa es la explicación por la cual no solo 250 millones de personas han visto la película, lo que es un número desmesurado, sino que entre esas 250 millones de personas hay una gran mayoría de jóvenes de la misma edad que estos chicos, o sea, jóvenes de 20 años, esos que según los estereotipos actuales, los que están de moda, solo les interesa lo inmediato, solo les interesa lo banal. Y no es así. Ocurre que no se les ofrecen historias que calan hondo, con las que puedan identificarse y crecer. No se les ofrecen referentes interesantes, y bueno, tampoco es culpa de los jóvenes, es responsabilidad de todos, en particular de los que transmitimos. En este caso yo soy un mero transmisor, junto con J. Bayona, que convertimos otra vez la historia en una película. Somos simples representantes de un episodio que ocurrió hace 52 años.
- Hablando del director, más que guionista, Bayona a usted le convirtió en un custodio de la historia, ¿no?
- Claro, él me llama siempre guardián y custodio de la historia, porque trabajé en el guión los primeros años y al final terminé como productor asociado. Pero significa ser un poco, como dice, el guardián y custodio de la historia de los personajes. Y en ese sentido, trabajar con él ha sido tocar el cielo con las manos, porque es una persona que une la sabiduría con lo artístico. O sea, ve más profundo, ilumina siempre áreas nuevas. Y además tiene una especial bondad. Esta historia hay que tratarla con mucha bondad, porque los jóvenes descubren que también la vida de ellos puede ser efímera, y entonces te replanteas muchas cosas. ¿Estoy haciendo todo lo que debo?¿Estoy haciendo todo lo que quiero?,¿Estoy siguiendo mi vocación, haciendo todo por ayudar a otros, por ser digno? Te formula las preguntas que se hacían estos chicos en el 72, en un lugar inimaginable y ante una adversidad extrema.
Pablo Vierci

Pablo VierciSamira Ouf Calero

- Ahora que está presentando el libro prácticamente a lo largo y ancho de la geografía española, ¿ qué se está encontrando usted como autor y qué es lo que más le está llamando la atención?
- En primer lugar lo estoy haciendo como un agradecimiento por España, el país que ha hecho que esta historia se generalizara en el planeta a través de la obra soberbia de J. Bayona y un equipo predominantemente español. Como te decía, son 250 millones de personas que la han visto, que la sintieron, que la quisieron y que están discutiendo y debatiendo, que la tienen en la conciencia. No es una historia que te resbala. Lo que más me llama la atención sin ningún género de duda es el hecho de que los jóvenes son los que acuden a las presentaciones, la cantidad de jóvenes que están en este momento dentro del avión planteándose las mismas preguntas y los mismos dilemas que los chicos en el 72. Para mí lo que lo más sorprendente es la presencia y el involucramiento con que los jóvenes responden ante los estímulos que se generan en esta historia que tiene 52 años. Eso es lo más sobresaliente y donde más aprendo. Las respuestas que recibo son siempre mejores que las preguntas de las que yo parto.
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