Edificio de Rafael de La-Hoz en la calle Cruz Conde

Edificio de Rafael de La-Hoz en la calle Cruz CondeJC

La joya de la arquitectura moderna que Córdoba tiene en plena calle Cruz Conde

El Colegio Oficial de Arquitectos lo reconoce con la placa Docomomo

Este lunes, con motivo de celebrarse el Día Mundial de la Arquitectura, el Colegio Oficial de Arquitectos de Córdoba va a reconocer por su relevancia en la arquitectura moderna en la capital a la manzana de viviendas para Pedro Guerrero, construida por Rafael de La-Hoz entre 1956 y 1958. A las 12:00 de ese lunes se va a descubrir la placa Docomomo en el acceso al inmueble y ahí mismo se va a dar lectura al manifiesto con motivo de este día.

Este reconocimiento se concede con caracter anual por parte del colegio profesional y en ediciones anteriores lo han sido la Subdelegación del Gobierno, los Pabellones Militares, el poblado de La Montiela, el Hospital Provincial o la cooperativa lechera Colecor.

En esta edición se va a distinguir un edificio situado en una calle de nueva apertura que es todo un catálogo de la arquitectura del siglo XX, con sus diversas etapas y sus variadas concepciones, que la convierten en una pasarela con destacados ejemplos, entre los que destaca Rafael de La-Hoz, con algunos ejemplos.

En este caso se trata de una manzana completa compuesta por dos edificios de viviendas recayentes a las calles Cruz Conde, Conde de Robledo, Eduardo Lucena y Pastores. Se construyó en dos fases, y como se recoge en la ficha del catálogo de arquitectura moderna, su autor manifiesta «una clara voluntad de redondear, con cierto expresionismo, las esquinas de la calle de Cruz Conde y de enfatizar la planta baja y la cornisa, resuelta con una delgada losa de hormigón en voladizo».

Un edificio con avances técnicos

Efectivamente, estas dos esquinas, sobre todo la meridional, son los elementos más potentes e identificativos del edificio, en donde llama la atención los grandes cristales en curva de una sola pieza que hacen que el exterior entre en las propias viviendas. En la planta baja del inmueble, donde ahora hay una conocida marca de moda, estuvo en sus inicios el Banco Popular Español, con acceso desde la misma esquina. Cuenta el arquitecto Francisco Daroca, gran estudioso de la obra de De La-Hoz, que cada mañana a la hora de la apertura se congregaba un grupo de personas para ver cómo ese gigantesto cristal bajaba lentamente y desaparecía en el suelo.

Otro elemento característico que, además, da unidad a los dos inmuebles que componen la manzana, es el revestimiento a base de grandes franjas verticales compuestas de piedra y de gresite, un elemento muy típico de la época al que este arquitecto le supo sacar un gran provecho en muchas de sus obras.

La silueta de este inmueble que va a ser reconocido por el Colegio Oficial de Arquitectos con la placa Docomomo forma parte de la memoria sentimental de varias generaciones de cordobeses. Muchos de ellos, además, lo enlazarán a los establecimientos que hubo en la planta baja. Algunos recordarán Calzados Segarra, los más la discoteca Saint Cyr y los más mayores lo harán con la Cafetería Valera, en el sótano, con las primeras escaleras automáticas que se vieron en Córdoba.

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