
Comercios textiles de la calle Cruz Conde
Desconocimiento y pesimismo en el centro de Córdoba ante la próxima Zona de Gran Afluencia Turística
«¿ Gran afluencia?¿Qué afluencia?»
La próxima propuesta del Ayuntamiento de Córdoba para reducir la Zona de Gran Afluencia Turística (ZGAT) ha abierto un debate en el sector comercial y hostelero del centro de la ciudad. Si bien la medida busca adaptar la regulación a la realidad del turismo y el comercio local, lo cierto es que entre los afectados hay una gran falta de información sobre su impacto y utilidad. Además, persiste una sensación de desilusión sobre la vitalidad del centro histórico, que muchos consideran apagado en comparación con otras capitales andaluzas.
Uno de los aspectos más llamativos es el escaso conocimiento que los comerciantes tienen sobre la ZGAT y sus implicaciones. Javier Soler, uno de los propietarios de Gold Saucer en la calle Eduardo Dato, admite: «No sabemos a qué se debe esa denominación». Su tienda, especializada en productos japoneses y de entretenimiento, se trasladó al centro en agosto pasado, y aunque reconoce que la ubicación ha mejorado sus ventas respecto a su anterior local en la Victoria, no tenía claro cómo le afectaba esta regulación.

Javier Soler y sus socio, en Gold Saucer, en la calle Eduardo Dato
Eduardo Bautista, gerente de Cortinas Cazorla, un comercio veterano en la ciudad, también muestra desconocimiento sobre el concepto: «Sinceramente, no tengo muy claro en qué consiste». Para él, cualquier regulación adicional al comercio suele traducirse en «mayor caos y más problemas».
Una medida poco aprovechada
Actualmente, la ZGAT de Córdoba permite a los comercios de todo el municipio abrir los domingos y festivos durante los meses de abril, mayo, septiembre y octubre, así como en Semana Santa, desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección. Esta normativa busca potenciar la actividad comercial en los periodos de mayor afluencia turística, aunque su efectividad es cuestionada por parte del sector.
Sin embargo, muchos no ven sentido en aplicarla. Iñaki Cespedosa, quien regenta dos negocios de periféricos para teléfonos móviles en Cruz Conde y Concepción, es tajante: «No merece la pena. Nadie lo está aplicando». Explica que ha probado a abrir en horarios ampliados y que la afluencia de clientes es tan baja que no justifica el esfuerzo: «Para hacer dos ventas en una mañana y dedicar cuatro horas de tu tiempo, no merece la pena».

Iñaki Cespedosa, en su establecimiento de Cruz Conde
Bautista coincide en que esta opción no es viable para los pequeños comercios, que no cuentan con el personal necesario para cubrir turnos extendidos sin afectar sus condiciones laborales: «No pienso estirar más o apretarles más a los compañeros».
Por otro lado, Soler reconoce que en su caso, como negocio joven, la opción de abrir en horarios ampliados podría ser una oportunidad: «Siempre nos gusta hacer cosas diferentes... queremos cambiar un poco el típico comercio local de toda la vida». Aun así, admite que aún está conociendo la dinámica de la zona y no ha decidido si aprovechará esta posibilidad.

Eduardo Bautista, de Cortinas Cazorla
La falta de vida en el centro de Córdoba
Más allá de la ZGAT, los comerciantes coinciden en una queja recurrente: la falta de dinamismo del centro de la ciudad. Iñaki Cespedosa lo expresa con rotundidad: «Córdoba tiene menos vida que cualquier otra ciudad». Comparando con Granada, Sevilla o incluso Jaén, considera que el casco histórico cordobés está «dejado», con problemas como la escasa iluminación y un ambiente poco atractivo fuera de las temporadas de alta afluencia.
En el sector de la hostelería, Vanesa Cantillo, responsable de la Cafetería Moremi, coincide en que la actividad es escasa fuera de eventos concretos como la Semana Santa o las Cruces de Mayo. «El centro es más bien un sitio de paso y para los peatones», explica. Además, señala que la falta de acceso para vehículos desincentiva a posibles clientes: «Si tienes que darle la vuelta a Córdoba para poder ir a un sitio, tú no te vas a mover para el centro a tomarte un café».

Vanesa Cantillo, en Cafetería Moremi
El turismo, un factor incierto
Mientras el Ayuntamiento justifica la existencia de la ZGAT por la mayor afluencia de turistas, algunos comerciantes consideran que este argumento no se sostiene. «Turismo en el centro es que no lo hay», asegura Cantillo. Indica que los visitantes se concentran en la Mezquita, la Ribera y el Puente Romano, dejando otras zonas del casco histórico con un flujo reducido. «¿Afluencia?¿Qué afluencia?» se pregunta irónicamente Iñaki Cespedosa.
Sin embargo, Soler observa que los turistas sí pueden ser una clientela potencial para ciertos comercios: «Nos estamos dando cuenta de que son clientes que se llevan regalos de vuelta a casa». Este contraste evidencia que, aunque hay negocios que podrían beneficiarse de la ZGAT, la percepción general es que el turismo no impacta significativamente en la mayoría de los comercios.
Un consenso que no todos perciben
El Ayuntamiento destaca que la revisión de la ZGAT ha sido fruto de un consenso entre los grupos políticos, comerciantes, grandes superficies y sindicatos. Sin embargo, varios entrevistados aseguran no haber sido consultados. «A mí no me ha preguntado nadie», dice Cespedosa. Bautista también se muestra escéptico sobre cómo se alcanzan estos acuerdos: «Le dan un telefonazo a los dos que hay al cargo y le dicen 'vamos a hacer esto'... y ya está».