El perol sideralAlfredo Martín-Górriz

El manifestante de usted

El manifestante de usted está más pendiente de lo que opinará sobre la manifestación el causante de la manifestación que de los motivos de la manifestación

Actualizada 05:00

Desde hace unos días, tanto Madrid como diversas capitales de España cuentan con manifestaciones en sus calles o frente a las sedes del Psoe. Nace de ellas una generalizada preocupación por las formas, por la educación que se muestra. Mucha gente que se ha manifestado o piensa hacerlo están muy pendientes de la urbanidad, de la amabilidad en la protesta. De las palabrotas incluso o de los lemas empleados.
Hemos visto en la capital a señoras que ponían los contenedores en su sitio, a grupos increpando a los asistentes que llevaban la bandera del águila de San Juan o a otros que abucheaban a Isabel Peralta, a la que los medios califican de falangista. ¡Cuidado, una falangista entre nosotros! Muchas personas amonestan a los que han sido más violentos y han provocado la carga de la policía. ¡Así no, así no!, exclaman desde sus redes sociales.
Son los… (música in crescendo)
MANIFESTANTES DE USTED
El manifestante de usted está más pendiente de lo que opinará sobre la manifestación el causante de la manifestación que de los motivos de la manifestación. El manifestante de usted cree que una sentada al modo escolar puede parar la desmembración de la patria. El manifestante de usted piensa que ante el asalto a los poderes se puede oponer una pancarta enarbolada por los sonrientes niños de una familia. El manifestante de usted no dice tacos y tentado está de traerse una escoba y una fregona de casa para pasarlas por las calles una vez terminada la concentración.
El esquema mental del manifestante de usted parte paradójicamente del Psoe State of Mind (copyright Quintana Paz), la propaganda socialista que por tierra, mar y aire ha cubierto este país durante décadas. Infiltrada en los medios, instituciones, sistema educativo, aparato cultural y casi todos los partidos políticos, hipnotiza también a miles y miles de centristas o conservadores con sentido patriótico. Al convertirse en una ideología omnímoda, el manifestante de usted siente que se está oponiendo a su padre o su madre, y por ello solicita mesura. El manifestante de usted, sin poder verbalizarlo, sin entenderlo del todo, pues tales son los efectos de la desinformación, percibe que está haciendo algo dañino contra Papá Socialista o contra Mamá Socialista. O contra Elle Socialiste. O sea, contra su propia familia. Quizá sería más preciso el término famiglia.
El manifestante de usted acepta contra sí mismo todo tipo de abuso, lo que le lleva a protestar, pero ya dentro de la protesta está en contra de que se ataque al abusón. El manifestante de usted quiere manifestaciones limpias como patenas y confortables como mecedoras, que el vaivén de la masa de un lado a otro de las calles le suma en el mismo letargo que el Tour de Francia durante las tardes de verano. El manifestante de usted quiere una ida y una vuelta compatible con el ratito del vermú. El manifestante de usted tiene hora para volver a casa.
Desconectado en España, al menos de momento, cualquier tipo de contrapoder capaz de enfrentarse al descuartizamiento territorial y económico del país, el manifestante de usted escoge su mejor camisa del armario, compra una bandera en el chino y procede a regañar a los díscolos de su propia manifa.
Es que encima la llama manifa.
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