Presentación del nuevo manto de salida de María Santísima de la Trinidad
La Virgen de la Trinidad ya luce su nuevo manto de salida
Ha sido bordado por Joaquín Salcedo según diseño de Rafael de Rueda
Había expectación en la iglesia de la Trinidad para conocer el manto de salida bordado en oro que ha sido donado a la titular de la hermandad de la Santa Faz. La Virgen de la Trinidad había sido colocada en el centro de la iglesia, bajo la cúpula, antecedida de grandes blandones y flores blancas para una jornada especial, porque no todos los días se presenta un manto de salida y menos aún a a través de una donación.
En un acto conducido por Irene Gallardo han participado los principales protagonistas mientras el manto, ya sobre la Virgen, estaba cubierto por otro de damasco blanco que sería retirado en el momento culminante de la jornada.
El hermano mayor, Rafael Ortiz, ha explicado cómo recibieron la noticia de la donación, la colaboración prestada por Antonio Salto y Eduardo Heredia como asesores artísticos de la Santa Faz. En su opinión, es «un orgullo aceptar esta donación» que ya ha hecho historia en la hermandad.
Un manto «vivido y disfrutado»
El diseñador Rafael de Rueda ha detallado que «este manto ha sido vivido y disfrutado desde el principio», tanto por la ilusión mostrada por los hermanos, como por la compenetración existente entre los que han participado en el proceso.
Presentación del nuevo manto de salida de María Santísima de la Trinidad
Joaquín Salcedo ha sido el bordador encargado de materializar el proyecto de De Rueda. La primera puntada la dio en su taller de Málaga y la última, en el de Sevilla, ya que entre medias se ha mudado. En sus palabras, ha agradecido que se le confiara este encargo «y hacer que yo disfrute».
El simbolismo de los colores
Por último, el párroco de la Trinidad y consiliario de la Santa Faz, José Juan Jiménez Güeto, ha explicado la simbología de los colores plasmados en el manto, el azul y el dorado, ya que «el color azul expresa la luz del cielo estrellado pero en el manto de la Virgen representa a la humanidad y el dorado representa la divinidad».
También se ha referido a la simbología de las flores bordadas, como las azucenas o las flores de lis y ha terminado sus palabras con el deseo de que «Dios derrame sus gracias a los donantes, que los bendiga, que los proteja, porque es una de las muestras de cariño más grande a la Virgen».
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