Grabado de Isaac Robert y George Cruikshank que representa una velada en los Jardines del Vauxhall en Londres
El Jardín del Tívoli: el ocio en el Madrid del siglo XIX al estilo de Jane Austen
En pleno Paseo del Prado, donde actualmente se ubica el Hotel Ritz, se construyó un espacio de recreo estacional al modo de los que triunfaban en París y Londres
El Jardín del Tívoli fue el primer jardín de recreo abierto Madrid en 1821, donde se acudía a pasear, disfrutar de la naturaleza, del encuentro social, a lucir los trajes y asistir a eventos. Situado en pleno Paseo del Prado, junto a la actual Plaza de la Lealtad, era un complejo creado para el entretenimiento en la ciudad, con entrada libre pero la asistencia a actividades requería el pago de la entrada. Se trataba de una iniciativa privada que seguía la moda del plesure garden inglés y el parc de loisirs francés.
Este espacio se convirtió de inmediato en el mayor reclamo de la sociedad madrileña del siglo XIX. Sus bailes, conciertos y espectáculos fueron tan populares que el coste de mantenimiento, incluyendo los soldados contratados para asegurar el orden público, superó el presupuesto calculado en un principio por la compañía francesa Peret, dueña del complejo. Imaginar cómo serían los eventos en el Jardín del Tívoli es fácil para los lectores de Jane Austen, aunque su impacto en la cultura actual permite que quienes no han leído sus novelas también puedan hacerse una idea al respecto.
Los Jardines de Austen
La autora publicó la versión inglesa de su obra Mansfield Park en mayo de 1814 y en ella reflejaba, más que en las anteriores si cabe, el gusto por la naturaleza de la época y su extendido interés por la jardinería, el paisajismo y, sobre todo, por los paseos. También refleja cómo alrededor de ella se articulaba la vida social de una clase media alta en construcción. Aunque, en Sentido y Sensibilidad es en la que sus personajes pasan más tiempo en la ciudad y acuden a estos parques de recreo de camino a sus recados en las principales calles comerciales.
Tomando las palabras de Jane Austen pronunciadas por Fanny Price en Mansfield Park podemos hacernos una idea de cuál sería un comentario acertado en un evento nocturno en el Jardín del Tívoli: «Cuando contemplo una noche como esta, tengo la sensación de que ni la maldad ni el dolor pueden existir en el mundo; y es seguro que de ambas cosas habría menos si se atendiera más a la sublimidad de la naturaleza y la humanidad llevara su mirada un poco más allá del círculo de mezquindades en que se encierra, contemplando un espectáculo como este».
Moda en la fiesta de Vittoria, Vauxhall”, de 1814
La célebre escritora inglesa bebía inspiración en la naturaleza y el paseo destaca en sus obras tanto como importancia tuvo en su vida esa actividad realizada junto a su hermana Casandra. Los principales jardines de recreo presentes en su biografía fueron los Jardines de Vauxhall en Londres y los Jardines de Sidney en Bath. Además de cenas, bailes y espectáculos, en los Jardines de Vauxhall el evento estrella era acudir a escuchar la obra de Handel y en los Jardines de Sidney los ascensos nocturnos en globo aerostático.
Los nuevos gustos
La sociedad burguesa liberal trataba de impulsar sus ideas y de hacer fortuna. En su afán por demostrar su elegancia, los nuevos hombres y mujeres modernos aborrecían los fuertes olores de las ciudades industriales y su suciedad. Por ello, se crearon estos jardines en las principales ciudades europeas y americanas, en los que imperaba la proporcionalidad de las superficies y los volúmenes y donde los espacios interiores mostraban diseños que permitían mayor privacidad.
: Aguafuerte anónimo, Café del Jardín del Tívoli de París. Museo
El primer Jardín del Tívoli fue el primero y más grande de París construido a finales del siglo XVIII. Tras su éxito, se abrieron otros con el mismo nombre en muchas ciudades europeas, entre las que estuvo Madrid. Al mismo tiempo se desarrollaron en Londres y en Estados Unidos. Su desarrollo supuso un cambio en el ocio, hacia un tono más formal, pasando de las ferias y los espectáculos circenses a los bailes de sociedad, las veladas musicales o teatrales, las exposiciones y el encuentro social en cafés, restaurantes y paseos.
Detalles del Jardín
El Jardín del Tívoli de Madrid era un recinto con forma trapezoidal vallado por una cerca de madera blanca y rodeado de faros para iluminar las actividades nocturnas, con una superficie de 4.000 metros cuadrados, según el estudio realizado por la historiadora del arte Concepción Lopezosa Aparicio. En el centro del trapecio se encontraban los edificios dedicados a la música y el baile, también había un café y una fonda y un espacio donde se exponían objetos curiosos. Todos ellos eran desarmados en la temporada de invierno y volvían a la actividad entre principios de mayo y el 15 de noviembre.
El jardín fue concebido para estar en consonancia con la magnificencia del Museo Nacional de Pintura y Escultura, actual Museo del Prado, que había abierto sus puertas en 1819. El nuevo centro de ocio permitía la entrada gratuita en un principio, pero pronto se comenzó a cobrar también.
En 1826 la compañía Peret, ante la imposibilidad de mantener su actividad en invierno por estar reservado ese derecho a los teatros, vende el terreno al Ayuntamiento de la Villa. Al año siguiente fue comprado por don Juan García de la Vega y en 1829 se produjo su cierre definitivo. En 1830 se aprobó la petición del pintor José de Madrazo de construir en este espacio un laboratorio litográfico.
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