Ayuntamiento de Madrid
«¡Adiós, España!»: los poemas del escritor catalán que da nombre a la calle donde vivirán Almeida y Teresa Urquijo
El alcalde de Madrid y su recién estrenada mujer van a vivir en el piso en el que ya residía Almeida, ubicado en la calle Poeta Joan Maragall
La encendida defensa de una concejal de Madrid ante las críticas a la boda de Almeida: «He leído cosas horribles»
Oda a España
que te habla en lengua — no castellana:
hablo en la lengua — que me ha dado
la tierra áspera:
en esta lengua — pocos te han hablado;
en la otra, demasiado.
Te han hablado demasiado — de los saguntinos
y de los que por la patria mueren:
tus glorias — y tus recuerdos,
recuerdos y glorias — sólo de muertos:
has vivido triste.
Yo quiero hablarte — de forma muy distinta.
¿Por qué verter la sangre inútilmente?
En las venas — vida es la sangre,
vida para los de ahora — y para los que vendrán;
vertida, está muerta.
Demasiado pensabas — en tu honor
y demasiado poco en tu vivir:
trágica llevabas — a la muerte a tus hijos,
te satisfacías — de honras mortales,
y eran tus fiestas — los funerales,
¡oh triste España!
Yo he visto los barcos — partir llenos
de los hijos que llevabas — a que muriesen:
sonrientes marchaban — hacia el azar;
y tú cantabas — cerca del mar
como una loca.
¿Dónde están los barcos? — ¿Dónde los hijos?
Pregúntaselo al Poniente y a la ola brava:
todo lo perdiste, — no tienes a nadie.
¡España, España, — vuelve en ti,
arranca el lloro de madre!
Sálvate, oh!, sálvate — de tanto daño;
que el llanto te vuelva fecunda, alegre y viva;
piensa en la vida que tienes en derredor:
levanta la frente,
sonríe a los siete colores que hay en las nubes.
¿Dónde estás, España? — No te veo en ninguna parte.
¿No oyes mi voz atronadora?
¿No entiendes esta lengua que te habla entre peligros?
¿Has desaprendido a entender a tus hijos?
¡Adiós, España!