Castellana 200

Castellana 200Europa Press

Paseo de la Castellana

Compran un hotel de lujo cerca del Bernabéu que nunca se terminó de construir por la quiebra de su promotora

Drago Capital ha adquirido este hotel que nunca terminó de construirse por la quiebra de la promotora Reyal Urbis

L gestora de fondos Drago Capital ha comprado el hotel de lujo del complejo de Castellana 200, situado a apenas un kilómetro del estadio Santiago Bernabéu, que nunca pudo terminar de construirse por la quiebra de su promotora, Reyal Urbis.
Tal y como ha adelantado El Confidencial, Drago Capital, dirigida por Luis Iglesias, ha sido quien ha adquirido el activo que salió a subasta el pasado mes de febrero con una valoración de 7,66 millones de euros. El despacho BDO y la Agencia Tributaria son quienes administran Reyal Urbis, que está en fase de liquidación después de protagonizar la segunda mayor quiebra de la historia después de la Martina-Fadesa, con un pasivo superior a los 3.500 millones de euros.
La idea de Drago Capital, de acuerdo con el citado periódico, es aprovechar la «metamorfosis» que está viviendo la zona, gracias a la remodelación del Santiago Bernabéu y del antiguo Palacio de Congresos, que va a acoger la futura sede de la Organización Mundial del Turismo. Ambas circunstancias hacen que el precio de las tarifas de los hoteles cercanos se esté incrementando.
Con todo, y aunque el activo que acaba de adquirir Drago Capital tiene licencia para operar como hotel, aún no es seguro que la compañía vaya a terminar de construirlo y ponerlo en funcionamiento o se decante por un cambio de uso, como ya ha hecho en anteriores proyectos.
Rafael Santamaría presentó en noviembre de 2006 el proyecto de Castellana 200 -un complejo de oficinas, centro comercial y hotel de lujo cercano a Plaza de Castilla-, junto con el entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, con una inversión prevista de 350 millones. Ese mismo año Santamaría había lanzado una OPA a través de su inmobiliaria Reyal sobre Urbis, controlada por Banesto, por 3.317 millones de euros, en plena burbuja inmobiliaria.
En 2009, Reyal Urbis abandonó la construcción de Castellana 200, dejando en el Paseo de la Castellana de Madrid un bloque de hormigón de ocho plantas. No obstante, la compañía consiguió un año después un acuerdo con la banca acreedora para refinanciar su deuda, y proseguir con las obras, finalizando al menos el proyecto destinado a oficinas y centro comercial en 2012, antes de la entrada en concurso.
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