
Coche de policía en Pozuelo de Alarcón
Pozuelo de Alarcón
Operación contra una tienda de CBD de Pozuelo: detienen al dueño e incautan más de 1.000 productos derivados del cannabis
Una intervención en la que han participado la Policía Nacional, la Policía Municipal de Pozuelo de Alarcón e inspectores de la Dirección General de Salud Pública de Madrid en una tienda de CBD, el principio activo obtenido del cannabis, se ha saldado con la detención del propietario y la incautación de más de 1.000 productos derivados de esta droga.
Una operación se produce poco después de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, anunciara que iba a poner en marcha una ley para proteger a los menores de estos productos derivados del cannabis y advirtiera de los peligros de esta droga, considerada por algunos expertos como la más nociva que existe porque ser «la puerta de entrada a todas las demás».
Las tres inspectoras de Salud Pública que participaron en el operativo, hicieron en esta tienda de CBD ubicada en Pozuelo de Alarcón un «exhaustivo análisis» del cumplimiento de la normativa sobre seguridad alimentaria y protección del consumidor.
Finalmente inmovilizaron más de ochenta envases de productos alimenticios no autorizados, sin información al consumidor y sin el etiquetado reglamentario, con «el consiguiente riesgo que puede tener su consumo para las personas». Según ha informado la consejería de Sanidad, entre esos productos hay diversos tipos de golosinas, galletas, bebidas energéticas e infusiones, cuya comercialización estaba prohibida.
La operación se originó a raíz de una investigación de la Policía Municipal de Pozuelo de Alarcón, al detectar un cambio sospechoso en la actividad del mismo. El dispositivo policial ha culminado con la incautación de más de mil productos derivado del cannabis, entre las que se encontraban hongos y setas psicotrópicas, más de 3,5 kg de cogollos y resina de cannabis.
Además, la Policía Nacional ha procedido a detener al propietario del establecimiento por un delito contra la salud pública. Las sustancias ilegales se distribuían tanto en el mostrador como en dos máquinas vending que operaban las 24 horas del día sin supervisión directa, como ordena la normativa.