Fachada principal de la sede de la Comunidad de Madrid en la Puerta del Sol
El Gobierno ataca a Ayuso por no recordar «las atrocidades cometidas en el franquismo» en su sede de Sol
El Grupo Parlamentario Popular ha adelantado que presentará una enmienda para incluir en la Ley de Gobierno y Administración un capítulo destinado a reforzar la protección de la Real Casa de Correos
La Comunidad de Madrid en busca de proteger la Real Casa de Correos, actual sede de la Presidencia regional, de declararla Lugar de Memoria Democrática, ha recibido un ataque por parte del delegado del Gobierno en la región, Francisco Martín, quien ha comentado que «una barbaridad fueron todas las atrocidades que allí sucedieron durante el franquismo. Reconocerlo y recordarlo es dar un paso adelante que, lamentablemente y para sorpresa de nadie, Ayuso no quiere dar. Por algo será», ha señalado en redes sociales.
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso busca proteger el edificio de la decisión que ha tomado el Gobierno de Sánchez de declarar el inmueble como Lugar de Memoria Democrática por su vínculo con la sede de la Dirección General de Seguridad tras la Guerra Civil.
Desde el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid alegan que desde su uso inicial como oficina central de Correos, ha sido escenario de hechos clave como el levantamiento del 2 de mayo de 1808, además de haber servido como Capitanía General, Gobierno Militar y Ministerio de Gobernación, incluso durante el periodo del Frente Popular.
En la actualidad, es ampliamente conocida como punto de referencia para la celebración de las campanadas de Nochevieja y como el lugar donde se encuentra el icónico Kilómetro 0 de las carreteras radiales.
El consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local y portavoz del Gobierno madrileño, Miguel Ángel García Martín, ha criticado la medida de declarar el edificio como Lugar de Memoria Democrática y la ha calificado de «barbaridad».
A lo que el delegado del Gobierno ha contestado diciendo que «una barbaridad fueron todas las atrocidades que allí sucedieron durante el franquismo. Reconocerlo y recordarlo es dar un paso adelante que, lamentablemente y para sorpresa de nadie, Ayuso no quiere dar. Por algo será».
Según García Martín, «la Real Casa de Correos, con más de 250 años de historia, ha sido testigo de innumerables acontecimientos que trascienden un periodo concreto». Además, defiende la obligación de los poderes públicos de «proteger su neutralidad, pluralidad y significado institucional como sede actual de la Presidencia de la Comunidad de Madrid».
Por su parte, el portavoz del Grupo Popular en la Asamblea de Madrid, Carlos Díaz-Pache, ha señalado que el objetivo que se busca con esta defensa de la sede de Sol es que se «garantice su nombramiento y no se desnaturalice la figura del edificio».
Puerta del Sol de Madrid
Vulnera las competencias
En sus argumentos, la Comunidad de Madrid denuncia que la iniciativa vulnera competencias exclusivas del Gobierno autonómico en la gestión y defensa de su patrimonio histórico.
Además, considera que la medida ha sido tramitada de manera unilateral, sin previa comunicación con las autoridades regionales, lo que refleja una «falta de lealtad institucional».
El Ejecutivo madrileño también rechaza la interpretación histórica del Ministerio de Política Territorial, argumentando que un periodo tan breve no puede definir el significado global del edificio ni su relevancia en la memoria colectiva.
Asimismo, recuerda que la Real Casa de Correos ya cuenta con el máximo nivel de protección al estar catalogada como Bien de Interés Cultural.
Son los poderes públicos de la Comunidad los que tienen la obligación de proteger estas premisas. Y, en el caso de que se promuevan o realicen actuaciones que perjudiquen o sean incompatibles con estos principios, ordenarán su cese inmediato y adoptarán las medidas oportunas para reparar el daño que se haya podido producir.
La fachada principal de la Real Casa de Correos incluye tres placas conmemorativas que honran momentos y personas clave de la historia reciente, como el levantamiento contra la invasión napoleónica, las víctimas del 11-M y los fallecidos durante la pandemia de la covid.
Además, el edificio se ha consolidado como punto de encuentro de millones de españoles durante las tradicionales campanadas de Nochevieja.