PSOE de Madrid
Acérrimo sanchista, opuesto a Lobato y que aborrece a Ayuso: las pistas que deja el aterrizaje de López en Madrid
Si uno cerraba los ojos este jueves en la Agrupación Socialista de Centro, donde Óscar López oficializó su candidatura a liderar el PSOE-M, creía estar escuchando al mismísimo Pedro Sánchez. No en vano, el ministro, reconvertido en aspirante a derrocar a Isabel Díaz Ayuso en Madrid, fue jefe de Gabinete del presidente del Gobierno durante tres años. Todo se pega.
La forma de hablar y la terminología empleadas –utilizó en infinidad de ocasiones la famosa palabra, acuñada por Sánchez para definir a toda la prensa y todos aquellos que no se pliegan a sus deseos y designios, de fachosfera– recordaba sobremanera a Sánchez. A quien, por cierto, López calificó como una de las «mejores» personas con las que había trabajado nunca. Un sanchista de pro.
Pero no sólo en las formas se parece Óscar López a Pedro Sánchez. También en el fondo. Y es que si una cosa quedó clara de su comparecencia para lanzar su candidatura fue su odio a Isabel Díaz Ayuso. Pero luego son otros los «odiadores profesionales».
El candidato se acordó hasta del padre muerto de Ayuso en un festín de insultos y ataques, como si esta no hubiera ganado las elecciones por mayoría absoluta hace poco menos de año y medio. «Todo Madrid sabe la verdad», sentenció. Curioso, todo Madrid sabe «la verdad», pero todo Madrid vota a Ayuso.
Óscar López se irguió como el salvador. El socialista que con un proyecto de auténtica «izquierda» va a librar al pueblo madrileño de las terribles garras del Partido Popular. Un discurso que se asemejaba al del alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, cuando en 2021 concurrió a las Primarias para llegar a la Secretaría General del PSOE-M. Unas elecciones internas que perdió frente a Juan Lobato, al que acusó de no representar un proyecto «nítidamente de izquierdas».
Un Juan Lobato que se torna diametralmente opuesto al ministro que aspira a sucederle. Y es que el ya ex secretario general del PSOE-M se caracterizaba por tener un talante mucho más moderado y un discurso menos en consonancia con «el 1», con el que incluso llegó a discrepar públicamente en temas como la amnistía o el cupo catalán. «Mi forma de hacer política no es igual ni quizá en ocasiones compatible con la que una mayoría de la dirigencia actual de mi partido tiene», afirmaba Lobato en su carta de renuncia. Apenas le ha bastado un discurso como precandidato a Óscar López para dejarlo claro.
Sin embargo, en el PP no preocupan las aspiraciones del ministro, quien, apuntan, debería estar pensando en su posible imputación en la causa que investiga al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por revelación de secretos de Alberto González Amador, antes que en tratar de desbancar a Díaz Ayuso. Algo que, asumen, a día de hoy es, cuanto menos, difícil. Buenas prueba de ello, las muescas en el revolver de la presidenta, que ya ha visto abandonar la Asamblea a todos los candidatos que se enfrentaron a ella en 2023.