
Claudia ayudó en los momentos más críticos
Vecinos de Madrid se enfundan sus propios chalecos para ayudar a regular el tráfico en pleno apagón
En la hora punta del mediodía, el caos en las calles de la capital fue total por la falta de semáforos
Pasadas las dos del mediodía, cuando todavía muchos ciudadanos no terminaban de asimilar lo que estaba sucediendo con el apagón masivo que dejó sin electricidad a toda la Península Ibérica, lo lógico era tratar de llegar lo antes posible a casa para saber que los familiares se encontraban bien y resguardarse ante las consecuencias de la caída eléctrica generalizada.
Sin embargo, algunos vecinos de Madrid optaron por hacer todo lo contrario. En plena hora punta, en la que muchos trabajadores salen de las oficinas del centro de Madrid y otros muchos eran enviados a casa ante la falta de suministro eléctrico, el caos en las calles de la capital de España era muy importante, con cientos de coches que tenían que atravesar los cruces sin el orden de los semáforos que también se apagaron ante la falta de luz y miles de personas, de peatones, que trataban de cruzar los pasos de cebra sin la figurita en verde que les anunciara que podían atravesar las carreteras.

Otro vecino se dirige a un vehículo
Sin embargo, algunas personas eligieron no volver a casa. Buscaron un chaleco amarillo de los que es obligatorio tener en los coches y se apostaron en medio del tránsito para tratar de ordenar un poco el caos reinante.
Es lo que hizo Claudia, una joven que vive en los primeros números de la calle Bravo Murillo y que, ante lo que veía desde la ventana del tercer piso en el que reside, decidió lanzarse al asfalto y, en coordinación con otros vecinos, se ubicó en el cruce con la calle Feijóo, silbato en boca para ordenar el trasiego de vehículos y peatones.«No, no soy voluntaria de ninguna asociación. Simplemente he visto la que se estaba montando y he decidido bajar para tratar de ayudar», responde a la pregunta de El Debate.
Ella era la encargada de detener o ceder el paso a los vehículos que querían incorporarse a la calle Bravo Murillo. Otro joven, con pantalón corto, se había posicionado en la perpendicular de la artería de Madrid y organizaba a los vehículos que venían de los números superiores de la calle.

Cientos de personas caminaban por el centro de Madrid camino de sus domicilios
El tráfico este lunes en Madrid fue absolutamente caótico. Muchas empresas decidieron enviar a sus trabajadores a casa y las aceras, y con ellos los pasos de cebra, se inundaron de miles de peatones que trataban de cruzar sin ser atropellados cuando no caminaban entre los propios coches.
Tal fue así que la Policía Municipal se vio desbordada por momentos. Incluso hubo algunos ratos en los que tuvieron que ser los propios agentes de la Policía Nacional quienes se aplicaran para regular el tráfico.
Por suerte, pasada la hora punta, los policías municipales pudieron hacerse con las riendas de la situación y relevaron a los vecinos que habían bajado a ordenar el caos.